Punto de fuga
Con los años he aprendido a viajar ligera de equipaje. En aquel entonces pasaba demasiado tiempo fuera de casa, casi siempre por trabajo. Tenía la costumbre de llevar conmigo la fotografía d emi marido; no una foto pequeña que resultara fácil guardar en la cartera. Todo un señor retrato enmarcado en plata que, en nuestro dormitorio, ocupaba la mesa de noche de la izquierda. Tiene..., tenía, una nariz importante y una expresión serena que me gustaba.
—No olvides llevarte a papá —solía recordarme con algo de sorna. Ya era una broma habitual en cada uno de mis viajes el “no te olvides de...”. Ahora, cuando lo pienso, sonrío con cierta tristeza.
El día que cumplí los cuarenta, mi marido vino a nuestro apartamento de Milán sin avisar, quería darme una sorpresa.
Ninguno de los dos escuchamos la cerradura de la puerta al abrirse; estábamos profundamente dormidos, aún medio abrazados con la lasitud que el buen sexo deja en los cuerpos satisfechos.
Al levantarme vi uno de sus guantes en el suelo, el dedo índice, acusador, apuntaba hacia la cama.
Inmediatamente, para comprobar mi sospecha, la casi certeza, llamé preocupada a Barcelona.
Inmediatamente, para comprobar mi sospecha, la casi certeza, llamé preocupada a Barcelona.
—Hola mamá, ¿cómo estás? Feliz cumpleaños. ¿Cuándo vuelve papá?, ¿vendrás con él? Tengo muchas ganas de verte.
No tuvimos un adiós definitivo, no hubo abogados,ni juzgados, ni documentos que avalaran nuestras cada vez más prolongadas ausencias, tampoco hubo pactos, ni desacuerdos, ni discusiones. A partir de entonces, los dos actuamos como autómatas, jamás hablábamos sobre...
A pesar de mis deslealtades, de que la distancia entre nuestras dos camas era abismal, juro que lo amaba. Él nunca entendió la realidad de que existen tantos puntos de fuga como direcciones en el espacio. Yo lo quería con la fuerza de la costumbre, con la contundencia de la rutina, con todo el peso definitivo del proyecto familiar. Así lo pienso con la perspectiva que da el tiempo, desde mi presente mediato, desde el compartimento en el que hasta ahora, y por fortuna, viajo sola.
Pese a que creí tomar el Direto, el tren hace una parada en la estación de Porta Susa, en Turín. En el andén, una mujer con las manos ahuecadas sobre su boca grita hacia alguna de las ventanillas cercanas: Quando arriverá a casa mi scriva súbito! Una escena anacrónica y bonita con la que fantaseo. Imagino como llega el hombre de la estación a su casa; un pasillo oscuro; el pellizco de luz en la pared que lo ilumina; el perchero dónde cuelga su sombrero. Enseguida toma la pluma y escribe sobre el papel con letra sesgada: Cara, te envío la presente para decirte que he llegado bien, a Dios gracias.
Arranca el tren, no lo hace con el traqueteo pesado y lento que propicia la escena caduca que ensueño. Apenas se nota como acelera. Va como la seda.
Suena el móvil, es mi hijo, vendrá a recogerme a la estación. Le contesto que estoy bien, que no se preocupe y le pregunto: ¿Y tú cariño? Otro beso para ti. Yo también te quiero.
Intento dar una cabezada. No lo consigo. Ojeo un periódico de manera mecánica. En la página de sucesos un hombre ha matado a su padre; otro a su mujer. Lo cierro.
Miro el paisaje de una mujer reflejada en una mujer con la frente apoyada en el cristal, no se parece nada a mí, la que mira a quien me mira, en cierto modo una asesina. ¡Asesina!, ¡asesina!,¡asesina!, exclaman los postes de la luz a velocidad vertiginosa; cada uno de ellos clamando un ¡asesina! El repiqueteo continuo de la lluvia en la ventanilla deletrea a-se-si-nas. La megafonía informa del último destino y con voz impersonal avisa de que, a bordo, se encuentra una asesina.
Procuro apaciguar mi corazón desbocado. A la derecha el monte; a la izquierda el mar. Pienso que hay paz en los bosques sin hollar y cierto éxtasis en las solitarias costas.
Por fin arriba el tren a Barcelona. Tengo frío, tiemblo. Dejo el maletín en el suelo junto a mis piernas, me abrocho el abrigo y espero. Es raro que mi hijo no haya llegado aún, claro que el tráfico de...
Me siento aturdida, una mujer solitaria en el arcén mirando el tren que llega, el que se aleja, las vías, la marquesina de metal ondulado. Todo se resuelve en líneas paralelas convergentes hacia un punto de fuga diluido en el infinito.
Mi hijo me abraza mientras vuelvo poco a poco de mi ensoñación.
—Tranquila mamá, no sufrió nada.
—¿Eso es verdad?
—Nada, te lo prometo. Créeme, todo fue muy rápido.
—¿Cómo...?, ¿dónde?
—Esta madrugada, en su despacho, con una de las pistolas de cuando estaba en el ejército.
—¡Dios!
—¡Ojalá hubiera podido hacer algo más por él! Pasar más tiempo a su lado.
—¡Dios!
—¡Ojalá hubiera podido hacer algo más por él! Pasar más tiempo a su lado.
—No te culpes cariño, ya sabes que sufría de una profunda depresión.
—Anda, vámonos. Ya te iré contando de camino al tanatorio.
Dos trenes llegan casi a la misma vez encajonándonos en un pasillo de cristal y acero. Por encima del abrazo de mi hijo, de los ruidos de la estación, de la algarabía de la gente que llega o se va, se saludan o despiden..., las gaviotas graznan. Parece que ríen.
La metáfora de los puntos de fuga que separan a la protagonista de su marido, en cuanto a la forma de entender la vida amorosa entre ambos, la encuentro muy apropiada. Ella más bien lo quería por costumbre y él, en cambio, la amaba desde la óptica de lo convencional, por lo que indirectamente la dejó "señalada" con aquel guante acusador, sin mediar palabra alguna.
ResponderEliminarHay toda una descripción acusatoria que la propia conciencia se encarga de hacer florecer durante ese viaje en solitario de la protagonista. Perfectamente narrada a través de la voz de la conciencia que la intimida y acusa.
Dentro de este bien elaborado, lenguaje introspectivo y metafórico en algunas descripciones, en el que se ha gestado esta interesante y muy trabajada trama, sorprende el giro final, con un diálogo donde se despejan todas las incógnitas sobre ambos cómplices de un asesinato, que como en la novela de Patricia Highsmith, también traman sus dos principales protagonistas.
Un guiño muy apropiado para este concurso y que genialmente has ido urdiendo a lo largo y ancho de esas líneas paralelas convergentes de las vías del tren, que nos conducen por la sinuosa vertiente de tus fantásticas letras, compañera Isabel. ¡Chapeau!
Extraordinario relato que competirá en los primeros puestos, sin duda alguna.
Un gran abrazo para ti, Isabel, compañera y señora escritora de tantos géneros.
¡Hola Estrella! Eres una comentarista entusiasta, y no solo ¡por supuesto! a mis relatos.
EliminarEl punto de fuga no solo está en el título, como bien has sabido ver, efectivamente. Incluso el dibujo elegido de "Mujer en el tren" de Edwar Hopper, no solo es en función del tren y de la mujer solitaria, una tónica en sus dibujos... sino por las líneas verticales, horizonteles y oblicuas que si se extienden en la imaginación también son puntos de fuga. En fin Estrella, que me divierto con estas cosas.
La verdad es que el amigo David nos ofrece un lugar en Tintero de Oro para tener la oportunida no solo de escribir, sino de comunicarnos (como las vías del tren y los propios trenes), los unos con los otros.
Gracias Estrella... tú historia del tren de los Alpes me gustó mucho.
Un abrazo de los fuertes.
Bueno, Isabel, ¿qué te digo? Últimamente pocos relatos me han sorprendido pero este tuyo me ha hecho un nudo en la garganta. Qué historia más triste pero qué elegante a la vez. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias compañera. Espero que tú también participes, que me gusta mucho como escribes.
EliminarUn abrazo de los fuertes.
Menuda historia, Isabel! La metáfora de los puntos de fuga, como dice Estrella, me parece genial, también la forma de mostrar la relación de pareja de la protagonista y la continua voz de su conciencia. Un relato que cumple las exigencias del reto de forma muy original. Fantástico!
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. A mi también me pareció genial tu "Incompatibilidad de cacacteres", y te aseguro que no te lo digo para dorarte la píldora. Es la percepción que tengo de tu relato.
EliminarHola, me ha gustado mucho. Un relato bien elaborado y comprensible, lo digo porque hay muchos que no los pillo, y no sé si soy yo...Enhorabuena.
ResponderEliminarHola Mari Carmen. Me alegro de que te haya parecido comprensible la historia, eso ya es un plus, desde luego. Graciassss.
EliminarHola Isabel, esa escena de asesina, asesina, es de cine y me quedo aquí para aportar algunas cosillas. Los dos puntos del comienzo no los veo ¿o es un punto y aparte? los espacios en blanco... no se cuál ha sido tu intención ya me cuentas. Yo acabo de coger dos trenes y ahora no hay forma de apearme de ninguno, los dos pasan a más de mil palabras por hoja. Un abrazo
ResponderEliminarBuenos días Eme, te respondo con un cafecito mañanero. Lo primero muuuchas gracias por tu ayuda.
ResponderEliminar¿A los dos puntos te refieres al que antecede a Milán-Barcelona/Barcelona-Milán?
Los espacios en blanco es culpa de mi torpeza ¿qué intención voy a tener para ponerlos?Creo que me sale al justificar el espacio de la izquierda, la verdad es que no estoy segura. El amigo David Rubio me indicó que hay una crucecita roja por ahí para enmendarlo, esta tarde veré de arreglarlo a ver si me sale.
Gracias Eme... deseando leer la locura que se te ocurra a ti, que te conozco :))
Para quien me pueda ayudar... tengo una duda con el porqué de esta frase:
ResponderEliminar"Nuestro hijo no entendía porqué no me conformaba"
¿Junto?¿Separado? ehhh?
Separado, como si fuese una pregunta. ...no entendía por qué no me conformaba.
EliminarDisiento. Junto. Equivale a causa, motivo o razón.
EliminarUn saludo.
Fe de erratas: ya no disiento tanto. Estoy de acuerdo con lo que han dicho Kurt y Beri, según los siguientes ejemplos de la RAE:
EliminarNo comprendo el porqué de tu actitud [= la razón de tu actitud].
Todo tiene su porqué [= su causa o su motivo].
Como otros sustantivos, tiene plural:
Hay que averiguar los porqués de este cambio de actitud
---
No comprendo por qué te pones así
Disculpen.
Pues cada vez tengo más dudas con el dichoso porqué por-qué ;(
EliminarGracias Sbm
Hola Tara! Ahora que lo dices, leyendo tu maravilloso relato (¡ole!) me he fijado en este "porqué". Yo lo escribo separado porque cumple la misma función que en una frase interrogativa: "¿por qué no te conformas, mamá?" (por ejemplo) Pues lo dicho, que me ha encantado el relato. El pasaje de los remordimientos, sublime. Un abrazo!
ResponderEliminarCorregido lo del "por qué", creí que era causal. Gracias Beri.
EliminarTambién creo que he solucionado lo de los espacios en blanco que me apuntó la compañera Emerencia.
Muchas gracias por tu ayuda Beri. Otro abrazo para ti.
Impresionante, Isabel. Cómo se puede condensar toda una historia en novecientas palabras. Se me ocurre que podías alargarla en un guion para el cine. Te sale una película redonda de suspense con ese giro que convierte en asesinos a una madre y su hijo aparentemente normales.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso muy grande
o en aparentemente normales a unos supuestos asesinos ¡A saber!
EliminarGracias Anita, un beso de los gigantes.
Me ha gustado mucho tu relato, tienes una forma de escribir que las metáforas se te dan de cine. Mezclas la realidad y la voz de la conciencia muy bien. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mamen... lo de la conciencia que algunos de vosotros mencionais lo tuve muy en cuenta. Me parece gratificante que lo destaqueis.
EliminarUn abrazo Mamen.
Vaya, ¿acaso será un crimen perfecto? Parece que sí. Madre e hijo cómplices de un asesinato. Eso sí que da morbo, je,je. En todo caso, ha resultado una historia de lo más adecuada para este reto. Tren y asesinato. Y con el valor añadido de ser contada con tanta destreza.
ResponderEliminarPor cierto, no he sabido hallar la frase motivo de tu consulta: "Nuestro hijo no entendía por qué no me conformaba". ¿La has eliminado o estoy cegato?
Y otra pregunta: ¿sólo hay una hora de Turín a Barcelona en tren?
Me ha encantado el relato. Que tengas suerte en el concurso.
Un abrazo, Isabel.
Que yo sepa hay 4 horas de Milán a Barcelona. Estaba ya más cerca de su destino, eso intenté decir.
EliminarSobre el por qué porqué... seguramente copiaste el relato antes de que lo modificara (lo hice varias veces... primer separado, luego junto...luego...). no estaba segura de cómo se escribía e hice varias correcciones.
Un abrazo Josep... a ver que sorpresa nos das tú.
Josep Mª, tenías razón.
EliminarRepasando vi que la frase de la hora de llegada iba inmediatamente de la parada en Turín... así que ¡zas! quité la hora.
Graciasss
Hola Josep! Un placer. La frase en cuestión se halla en la línea 10 del relato. Por cierto, yo al leer la historia de Isabel he interpretado que la madre ha asesinado al amante; mientras que el hijo ha matado al padre. Y es más: diría que la protagonista no sabía nada acerca de lo que iba a hacer su hijo; de ahí su reacción de sorpresa al conocer la noticia: "—¿Cómo..., dónde?" No sé, ¿cómo lo véis compañeros/as? Un saludo.
ResponderEliminar¿Nadie ha contemplado la posibilidad del suicidio? ¿einnn...?
EliminarAunque tiene un final abierto es una de las posibilidades. Yo me sentiría culpable si alguien se suicidara por infligirle dolor.
Vaya, Isabel, me has dejado de piedra con el giro del relato. Pero sobre todo con la introspección de la "asesina". Cuánta culpa, aunque también mucha sangre fría de meter a un hijo en el ajo o ¿solo lo engaña y le hace creer otra cosa? La reacción del hijo tampoco es la de haberse encontrado a su padre muerto por suicidio, así que ¡vaya par!
ResponderEliminarMe gustó mucho la confesión a modo de monologo interior que hace la madre, sobre todo, y a parte del calvario de ser asesina, la parte en la que se dice a sí misma que y cómo lo quería; el amor es algo abstracto y como tal cada uno entenderá su esencia a su manera, aunque eso es un conflicto que da "pa" muchos relatos.
Me gustaron las imágenes que nos trasmites a través de las que evoca la madre, y el sentimiento de pérdida que rezuma de ellas; después de todo, y concibiendo todo el texto en conjunto, casi me atrevo a decir que me cae bien esa mala "pécora", y eso es mérito de un autor que ha sabido trabajar muy bien el personaje.
Felicidades, como te han dicho por aquí, yo también creo que estarás muy alto en el concurso.
¡Ay el amor Pepe! ¡Anda que no se ha escrito sobre el amor... esa cosa tan abstracta y maravillosa que genera tanta literatura!
EliminarGracias Pepe, deseándo leer tu participación.
Muy buen relato, Isabel. Ese traqueteo del tren, esa ventana que refleja, esas despedidas a gritos en el andén... como hija de ferroviario y viajera incansable en tren hasta mis treinta años, conozco muy bien esas sensaciones. Bueno, excepto la de que mi conciencia me reproche un asesinato.
ResponderEliminarEl giro y el giro sobre el giro, están muy logrados.
Mucha suerte en el concurso.
Un beso.
Gracias Rosa. Una de las cosas malas de vivir en las islas es que no tenemos trenes ¡algo malo teníamos que tener!:)) Siempre me han atraído los trenes, me parece una manera cómoda de viajar viendo paisajes con calma. La prisa lo mata todo.
Eliminar¿Hija de ferroviario? Pues la de km. que habrás hecho Rosa.
Tienes que perdonarme también porque al margen de las propuestas de tinteros estoy pasando poco por vuestros blogs. Que el tiempo no da para todo.
Un beso Rosa.
Qué decirte que no te hayan dicho ya, Isabel, ¡es un relato estupendo! A mí me ha gustado en particular la forma en que dibujas esa escena en la que la protagonista apoya la frente en el cristal y se ve reflejada como alguien ajeno a ella misma. Esa sensación de estar fuera de ti cuando estás psicológicamente saturada la has bordado.
ResponderEliminarEl giro final me ha pillado completamente por sorpresa el final: madre e hijo cómplices de un asesinato. Me hubiera gustado saber los motivos de él, pero ya entiendo que en 900 palabras y con una historia así, hay cosas que deben quedar a la imaginación del lector. ¡Lo dicho, un señor relato!
Un beso.
Gracias Julia. Me alegra de que te hayas fijado en esa imagen de la mujer con la frente apoyada en el cristal.
EliminarPor lo demás ya he explicado mis intenciones.
Un beso Julia, a ver que se te ocurre a ti.
Hola Isabel:
ResponderEliminarNo ando sobrado de tiempo, pero una visita a tu blog es obligado para prender, deleitarme con el estilo y con la trama tan bien urdida. Así que te felicito. En mi lectura, tengo que decir poco reflexiva, me ha parecido que el marido se suicidaba y que la esposa tenía sentimiento de culpabilidad desde que le pilló, pero el comentario del hijo me ha despistado.
Respecto al porqué entiendo que en este contexto es un sustantivo que indica causa y se escribe junto.
A veces me doy una vuelta rápida por ese Tintero de Oro y me entra el gusanillo de participar, pero desisto rápido por diversos motivos.
Bueno, es el único relato que he leído, pero estoy seguro que sales ganadora. Tienes mi apoyo moral aunque no mi voto, lógicamente.
Un saludo.
Pues si Isan, suicidio y culpabilidad, los dos ejes de la historia.
EliminarUna alegría que hayas pasado por aquí, te lo agradezco mucho.
Ya dices que no tienes tiempo..., pero ojalá te decidieras a participar, me gustaría mucho. Me gusta como escribe usted, señor :)
Claro que me gustaría tener uno de los Tinteros, es todo un prestigio tenerlo dado como escriben algunos compañeros, pero no es la causa principal la que me motiva a escribir por este lugar.
Un saludo cariñoso Isan, y espero que nos veamos-leamos pronto.
Corrijo de nuevo el porqué.
EliminarHola amigos. Contesto globalmente por esta vez.
ResponderEliminar¿Qué es lo que me interesa de mi historia? Además de la faceta creativa en la que todos estamos inmersos, saber la opinión del lector, al margen de la intención del autor. Recordad que tenemos un tiempo de corrección antes de "concursar" y nos podemos ayudar mucho los unos a los otros en esta fase.
La autora no tiene que explicarse, debe hacerlo el propio relato, pero también es bueno que sepamos como funciona el pensamiento de la creación. Es cierto que la narradora en primera persona insistió mucho en el asesinato "asesina-asesina-asesina" y esta afirmación hizo que se focalizara la atención en esas afirmaciones. Creo que el eje de la historia es, como habeis dicho algunos de vosotros, en la culpabilidad de la mujer. Quizás no fue conveniente hacer esa labor de presdigistación porque confunde al lector.
Por otro lado si la mujer hubiera matado al amante, el hijo al padre, o los madre e hijo estuvieran aliados para asesinar ¿por qué? ¿Por qué al amante? ¿Por qué el hijo al padre? ¿Qué intereses los movería? La historia se habría quedado coja. No tendría sentido, no sería coherente.
Como apunta el compañero Isan, es un suicidio, el hijo le cuenta a la madre algún detalle, probablemente ya lo hizo por tfno. suscintamente.
Pero dado que genera dudas y varias interpretaciones diversas, algo he tenido que hacer mal. Por eso me interesa tanto vuestra opinión chicos.
Os contesto ahora individualmente para daros las gracias compañeros.
Gracias, Isabel, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarGracias a ti Mestre David. Un fortísimo abrazo.
EliminarGracias a vuestra ayuda he corregido algo el final para que no de lugar a equívocos el final del marido.
ResponderEliminar
ResponderEliminarHola querida Tara
He leído tu magnifico relato y los comentarios.
Agarrándome al último, como al asidero de un tren que se va, voy a aportar mi granito de arena:
buono-treni o abbonamento-treni y, un poco más abajo: subito en lugar de subitto, (las dobles consonantes solo van donde hace falta, para los muy muy italianos también, jeje!!)
En principio pensé que ella había matado al marido, exactamente aquí:
Intento dar una cabezada. No lo consigo. Ojeo un periódico de manera mecánica. En la página de sucesos un hombre ha matado a su padre; otro a su mujer. No cuentan nada de como asesiné a...
Seguí leyendo y no tuve dudas de que había sido suicidio y lo demás sentido de culpa. Pero ese: no cuentan nada de como asesiné... creo que despista.
Dicho esto, el relato me encanta. El tema: cada uno ve la vida de diferente manera y hay quién la ve con varios puntos de fuga como la prota, me ha gustado y lo has sabido vender bien, por lo menos a mí me lo has vendido aunque parece que al marido no, ¡vaya por Dios!!!
Enhorabuena y saludos
¿Sabes Paola que estuve a punto de preguntarte sobre el italianini? Corriendo voy a arreglar el buono-treni y el subito.
EliminarSi es que me paso más tiempo corrigiendo que escribiendo ;)
Graciasssss
Bueno, Isabel, te cuento el porqué de mis conclusiones para ver si así puedo ayudarte, y ojo, no lo hago para tratar de justificar mi falta de perspicacia.
ResponderEliminarEl suicidio era una posibilidad, pero yo me decanté por el asesinato por dos razones: la primera, la sugestión que trasmitistes, no solo con lo de "asesina", sino también con el personaje buscando su nombre en el periódico entre noticias de asesinatos. La segunda fue la escena final con el hijo, me pareció muy mecánica, como algo que estuvieran esperando (o planeando), incluso la reacción del hijo ante la muerte del padre es la de consolar a la madre, y por muy culpable que supiera que fuera esta, no hay pena. Aunque puede ser que la depresión del padre les augurara ese final, y ahí es donde reside mi falta de suspicacia. Con los cambios de ahora parece más claro.
Otra cosa que me he dado cuenta en esta lectura es que cuentas una historia pasada en presente. Me gusta mucho como pasas a ese tiempo verbal a raíz de una acción rutinaria: "el tren hace una parada en la estación de Porta Susa", pero luego, ¿la historia se queda en ese tiempo pasado? ¿Permanece allí a riesgo de restar redondez al relato?
Bueno, solo es eso, mi punto de vista con ánimo de aportar, y puede que mi famosa falta de perspicacia haya jugado en mi contra de nuevo, así que eso: si aporta, bien, si no, es más que desechable.
Un abrazo.
Buenos días de nuevo Pepe.
EliminarCuando me comentaste lo de los cambios de tiempos verbales, estuve repasando el relato con mirada crítica (como siempre hago, sobre todo con los míos). La etapa final la narro en presente, no noto lo que me indicas que se queda anclado en el pasado.
De todas formas te agradezco mucho tu interés, suelo tomarme en serio las indicaciones de vosotros, los lectores, (por eso tardé unos días en contestarte a esto), aunque algunas veces, como ves, permanezca el criterio de la autora.
Gracias de nuevo pepe, eres un solete.
Te estaba leyendo Pepe. Ya he comentado que he cambiado algo el relato conservando las 900 palabras (procuro ajustarme a ellas), y pensando en lo que me comentó Paola y varios colegas más... acabo de cambiar una frase de asesina, (la delperiódico que me mencionas), en la que digo ahora: "en cierto modo una asesina", el cierto modo creo que le da otra connotación.
ResponderEliminarEspero con todas estas correcciones mejorar el relato, y lo deseo de corazón, que a veces me pasa que de tanto retocar las historias las dejo para el arrastre jajaja
Me gusta que seais sinceros, y por temor a ofender no se diga lo que se piensa. Con cariño y respeto, como siempre lo haceis.
Ahora sí, buenas noches. Mil gracias Pepe.
Buen relato. Atendiendo a tu solicitud de comentarios y pareceres, y dentro de ese cariño y respeto, EMDO tal vez necesite un pulido en la trama.
ResponderEliminar1 - La clave de bóveda del relato es la acción descrita con esta frase:
"El día que cumplí los cuarenta, mi marido vino a nuestro apartamento de Milán sin avisar, quería darme una sorpresa."
2 - Como la clave de bóveda no esté bien colocada, la construcción corre riesgo de venirse abajo.
3 - Entre otras posibilidades, pienso que tal vez, solo con dejar la frase aislada, con un punto y aparte, pueda obtener relevancia esa escena :
"El día que cumplí los cuarenta, mi marido vino a nuestro apartamento de Milán sin avisar, quería darme una sorpresa.
Ninguno de los dos escuchamos la cerradura de la puerta al abrirse…
4 - Es más, incluso el párrafo podría ser dividido en varios párrafos, marcando un ritmo más potente en ese momento clave del pensar de la narradora/personaje. Tal que así:
"El día que cumplí los cuarenta, mi marido vino a nuestro apartamento de Milán sin avisar, quería darme una sorpresa.
Ninguno de los dos escuchamos la cerradura de la puerta al abrirse. Estábamos profundamente dormidos, aún medio abrazados con la lasitud que el buen sexo deja en los cuerpos satisfechos.
Al levantarme vi uno de sus guantes en el suelo, el dedo índice, acusador, apuntando hacia la cama.
Inmediatamente, para comprobar mi sospecha, la casi certeza, llamé preocupada a Barcelona."
Y esto es así, en la medida en que el personaje está reconstruyendo "su" orden lógico (restructuración cognitiva) para ordenar los elementos de una escena clave en su vida (desarrollo del sentimiento de culpabilidad a partir de un suceso del que no fue testiga directa, ya que deduce el hecho de que su marido estuvo allí y se fue sin decir nada. Esa forma de pensar (conducta verbal privada) sucede con el efecto de las cerezas enlazadas en la cesta: Coges una que arrastra a las otras ;-).
Porque conviene no olvidar que quien está contando la historia es el personaje jugando el rol de narradora, y no la autora Isabel Caballero.
En resumen, un buen trabajo, para el cual me atreví a hacer una aportación después de ser invitado,
Un abrazo
Toda ayuda es poca, y más si viene de usted que sabe de bóvedas, entramados y demás construcciones señor arquitecto o albañil :)) lo digo en serio aunque sonría.
EliminarMe parece un recurso excelente de separar en párrafos la escena álgida.
Me pongo a ello.
Gracias Javier, de corazón.
Hola Tara! Nada que agregar a los come tarios más que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias Mirna.
EliminarTara, simplemente queda aplaudir. La lectura fue repetida en tres ocasiones. Primero barajé el doble asesinato, luego sólo el del padre a manos de alguno de los dos familiares para quedarme finalmente con la idea de suicidio del padre, entendiendo que el "asesina, asesina" fluye por mera culpa y amor. Por cierto, imposible no visualizar esa escena en pantalla gigante, las dos caras mirándose a través del cristal mientras los bajos aturden el "asesina, asesina", una genialidad.
ResponderEliminarSobreleyendo los comentarios, me topé con tu expicación que no pude evitar leer completa, lo que le sacó un poco de magia pero confirmó mi último análisi de tu obra. Tal vez, y para quedarte tranquila con el mensaje, podrías agregar al inicio hechos entre mujer-amante y alguna actividad del hijo al momento del suicidio para evitar las posibles confusiones.
Gran trabajo, primeros puestos seguramente. Un abrazo
¿Tres lecturas? ¡Vaya! Gracias Kurt.
ResponderEliminarMe alegra que destaques la escena del reflejo de la ventana y el"mea culpa" de asesina-asesina. Al igual que hay aspectos que no me terminaron de convencer (ya corregidos,espero), creo que no salieron mal del todo las escenas de la ventana y de la culpa.
Un abrazo kurt, espero que sigamos leyéndonos. Me gusta como escribes compañero.
Hermoso Isabel,... como un lejano lugar hacia el que se escapan todas las cosas, ... como una antesala donde debaten sus diferencias el final y el principio...
ResponderEliminarYa te leí por algún lugar de que vas corto de tiempo, así que te agradezco doblemente, Norte, que hayas asomado por este tren.
ResponderEliminarUn abrazo, señor viajero.
Saludos Tara, me gustó mucho tu relato, muy de thriller psicológico. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery. Ya vi que participaste, desde que tenga un ratito te leeré compañera.
ResponderEliminarDespués de leer tus relatos queda en mi memoria la impresión del todo. Pero en este caso algo puntual sobresale del resto: el paso del tiempo que da la perspectiva de la existencia, del pasado. Tu originalidad, Isabel, es el imán que me atrae a curiosear tus textos, sin duda disfruto al leerlos.
ResponderEliminarLlamar textos a mis relatos es un poco exagerao!!! pero vale, acepto tus elogios y me alegra de que los disfrutes querido Ariel.
EliminarHola, Isabel.
ResponderEliminarDespués de leerte entiendo y siento esa culpa de la protagonista, como también el dolor que provocan algunas de tus maravillosas frases, me quedo con esta: yo lo quería con la fuerza de la costumbre; terrible y es que solo con leerlo duele y mucho.
Trágica, sentida y emocional historia, de un viaje que aguarda toda una vida. Enhorabuena, Tara.
Un beso enorme.
Muchas gracias Irene. Llevo unos días con poco tiempo para leeros a todos, pero ya voy ya voy... estoy yendo :))
EliminarBesos.
tu texto tiene vida
ResponderEliminarabrazos desde Miami
Gracias recomenzar. Abrazos desde Gran Canaria
EliminarEl relato cumple a la perfección el número de palabras. Dejas entrever una realidad oscura, muy bien llevada por cierto. La lectura final es impactante. Abrazos.
EliminarCasi siempre procuro ceñirme al reto del número de palabras, aunque no siempre lo consigo. Gracias por tus apreciaciones. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola Isabel! de nuevo es un placer volver a comentar en tu blog después de tanto tiempo. Confieso que me ha llevado más tiempo leer los comentarios y aportaciones de los compañeros que el propio relato jaja, es lo que tiene tener un blog tan "vivo". Ya había leído el relato hace unos días y lo he vuelto a releer, supongo que desde la primera versión el escrito ha sufrido ya algunos cambios, pero mi conclusión fue la idea del suicidio, que creo que queda clara tras finalizar la lectura, aunque reconozco que la escena en la que la mujer lee en el periódico sobre el asesinato padre-hijo y marido-mujer genera dudas, supongo que esa era también la intención, abrir una expectativa en el lector para mantener la atención y el misterio.
ResponderEliminarDurante todo el relato nos muestras las escenas, para que seamos nosotros quienes deduzcamos el contexto en función de como avanza la historia. Hay modernidad y costumbrismo, mezclado con un sentimiento de nostalgia de la protagonista y ese sentimiento de culpa que subyace en toda la trama. Buen relato, como acostumbras, firme candidato al podium del Tintero. encantado de volver a leerte. Un abrazo.
Echaba de menos tus comentarios, Jorge.
EliminarMe alegra que te hayas fijado en lo que llamas "modernismo y costumbrimo", tienes razón, así es.
Sobre la frase que me mencionas del periódico, quise hacer un guiño al pacto de asesinar a un padre y a una esposa de "Extraños en un tren".
Tu tren tiene muchas posibilidades de un Tintero, no es solo un deseo, es porque está bien escrito.
Abrígate Jorge, que ese norte gallego está que se las pela.
Hola Tara. ¡Menudo relato te has marcado! Me ha encantado que todo gire en torno a los puntos de fuga. Y es que realmente la vida depende de la firma en que la enfoquemos y entendamos, ya se llame punto de fuga, perspectiva, "cristal con que se mire", etc.
ResponderEliminarY, al final, solo queda el sentimiento de culpa, y la risa de las gaviotas.
Un abrazo y mucha suerte.
Gracias Bruno. Acabo de leer y comentar tu estupendo "Finse stasjon. El último caso del inspector Alfons Lår". ¡Eres la lexe! :))
ResponderEliminarHola Tara
ResponderEliminarEs un argumento que te atrapa desde el primer momento, me encanta como juegas con los "hechos” y dejas depender, de nosotros los lectores el interpretar la intriga.
Bueno, yo lo interpreto asi: ella no fue la asesina ni el hijo, el se suicido por la traición. No será fácil que se deshaga de esa voz interior que la llena de culpa, responsabilidad.
!Suerte en el Tintero, aunque se que no la necesitas!
!Un abrazo!
Muchas gracias Yessy, gracias por tus buenos deseos.
ResponderEliminarLas vías del tren son como la convivencia de algunas parejas en las que es imposible el encuentro. los trenes sirven para unir o separar a los que viajan en ellos. Puras metáforas que descubro en tu relato.
ResponderEliminarPor otro lado no veo a la esposa como asesina sino una mujer llena de remordimiento y sentido de culpabilidad ante lo acaecido cuando el marido la pilló in fraganti junto a su amante.
escenas muy bien descritas con un ritmo acertado.
Suerte.
un abrazo.
Buenas noches Francisco. El epicentro de la historia es la pillada y la posterior culpa que ella siente (no por el hecho en sí de la infidelidad, algo que tiene asumido, sino por el daño involuntario que ha infringido)... si es que que con las cosas de los cuernos, ya que se ponen, hay que tener cuidao ;)
EliminarGracias Francisco.
Tu relato, Isabel, tiene algo que atrapa al lector. La voz en primera persona es potente. El estilo del texto es muy natural (nada de florituras) y resulta muy visual, algo con lo que todos nos peleamos en nuestros textos. Me he embarcado en ese tren yo también y he sentido nostalgia y ansiedad en el trayecto. He de decir que la idea del suicidio fue mi única interpretación,pero con los ajustes en el texto resulta más evidente. En definitiva, un buen candidato ganador.
ResponderEliminarUn saludo compañera
Mil gracias Araceli. Me alegro de que te haya gustado, el tuyo, ya te lo dije, me encantó.
EliminarHola Isabel, justa en los días pero presente leyendo tu fabuloso relato.
ResponderEliminarEstá claro que el asesinato es una decisión extrema, pero que el matrimonio haya caído en esa situación a lo largo de los años es muy real. Que hombres o mujeres decidan llevar una vida paralela diferente es más común de lo que se reconoce.
Es muy triste al principio llegar a esa situación, pero lo dicho, tu relato se ajusta mucho a la realidad y eso hace que me guste tanto.
Un besote, y muchas felicidades en este nuevo año.
Muchas gracias Carla.
EliminarYa te he visto estos dias super implicada en Tintero, eso es bueno compañera. Te deseo una feliz estancia, que te inspire el lugar y que sigamos escribiendo y leyéndonos.
Besos, Feliz 2020.
Interesante la descripción del matrimonio roto pero en apariencia funcional y la complicidad descrita entre la madre y el hijo sorprende. Felicidades, en un gran relato 🐾
ResponderEliminarMil gracias por tu apreciación Rosa. De tu aporte ya te dije que me gustaba un montón.
EliminarFeliz año compañera.
Hola, Isabel, una historia de suspense muy cinematográfica. Te atrapa de principio a fin. Y el final de aplauso por lo que sorprendes al lector. La escena del reflejo de esa mujer en el criltal y la repetición de: Asesina..., como música macabra de los postes de la luz que giran en su propia danza, el repiqueteo de la lluvia..., ese punto de fuga diluido en el infinito...; me ha parecido de lo más impactante y se te queda como un eco que te va anunciando el final.
ResponderEliminarMe tomo la libertad de señalarte esta frase en la que me parece sobra el signo del diálogo.
"—Cara, te envío la presente para decirte que he llegado bien, a Dios gracias".
¡Un saludo y mucha suerte en El tintero!
Hola María Pilar. Tienes tooooda la razón, corriendo voy a quitar el signo del díalogo que me indicas. Me gusta que me lean con atención, y tú lo haces compañera.
EliminarMuchas muchas gracias por tus apreciaciones a mi aporte.
Feliz año María Pilar.
Hola soy Raquel de Venezuela, y ya he entrado bastante tarde a la Edición,pero lo importante es participar, en realidad he venido a realizar una aventura de aprender de todos ustedes. Buen relato Tara con una mezcla de emociones muy interesante, es muy cierto que existen relaciones muy tóxicas, sobre todos las que duran mucho tiempo y te apegas a ellas, es eso lo que quizás haya afectado la psique de tu protagonista y se sienta culpable de la muerte de su esposo cuando gritan:"asesina, asesina" pero, lo dejas claro en el texto que no se refieren a ella, por supuesto es tu personaje quien lo asume, es mi percepción. Suerte y te espero por mi blog. Espero David lo vea antes de concluir el año. Lo subí dentro del límite.
ResponderEliminarHola Raquel de Venezuela :))
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Ya vi que escribiste comapañera, me faltan los dos o tres últimos por leer y comentar, me gusta hacerlo con calma, como os mereceís.
Te deseo también una feliz estancia en Tintero, ya verás que te encontrarás a gusto en él. Y También un Feliz año.
Hasta pronto compañera.
Jamás decepcionas, compañera!
ResponderEliminarEstupenda historia, muy bien narrada para hacer honor a su título y al contenido
¿Qué te puedo decir, Tara? Me cuentas entre tus fans, eso es seguro.
Un abrazo y mil felicidades
Y tu eres muuy generosa Juana, y no solo conmigo, siempre positiva con los comentarios, dando ánimos.
EliminarGracias compañera, nos vemos por aquí, en Tintero, y por allí en Café Literautas.
Un cariñoso abrazo Juana.
Un relato de categoría que estará muy arriba en las votaciones. Con un lenguaje preciso e inspirado creas unas metáforas muy logradas que rematan una historia redonda aunando a partes iguales suspense y vigor narrativo. Me encantó lo de los puntos de fuga que me recordó mi etapa de bachiller. Suerte en el Concurso, Isabel. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu apreciación Paco. Acabo de leer tu Túnel. Muy intrigante.
EliminarSuerte para ti también Paco. Un abrazo de los fuertes.
Hola Isabel, un texto fantástico, mi enhorabuena.Se lee con fluidez y buscando ese final que sorprende. Muy buenos los diálogos y la ambientación.
ResponderEliminarHay una cosa en la que disiento contigo creo que si necesitas que los lectores te corrijan el texto para eso tiene en el blog del Tintero de Oro un espacio para corrección de textos.
Un abrazo
Puri
Hola Puri. Muchas gracias compañera.
Eliminarya sé que hay un lugar específico para correción de textos en Tintero, pero se trata de que os sintaís libres para opinar en cualquier sentido en TODOS los relatos que publico. Agradezco mucho los halagos y palabras positivas, pero más aún algunas correcciones, opiniones o puntos de vista por el bien de la historia. Es posible que a algunos escritores les moleste determinadas correcciones, a mi me ocurre todo lo contrario, los agradezco enormemente.
Un abrazo Puri. Hasta pronto, ponte guapa para la Gala de Tintero.
Buenas, Tara.
ResponderEliminarYo estoy un tanto perdida con el relato. Me parece un suicidio, pero por lo que comentan los compañeros, veo que estoy completamente equivocada... Sin embargo, por más que lo leo, no veo el asesinato, debo de estar hoy muy espesa.
Un saludo.
Hola Irene. Me parece estupendo que tengas y mantengas tu propio criterio e impresión sobre el pormenor, más bien pormayor ;) del suicidio/asesinato, sin dejarte llevar por las opiniones del resto de los compañeros.
EliminarUn cordial saludo compañera, nos vemos en la Gala, ponte guapa.
Hola, Isabel. Siempre es un placer leer tus relatos. La nostalgia de la protagonista enredada con los puntos de fuga de su vida´y sus remordimientos o de los raíles de un tren que le aleja de su marido. Metáforas isabelinas, maravillosas. Palabras que se convierten en imagen, como la escena de la protagonista reflejada en la ventanilla del tren. Creo que queda claro lo del suicido. Una gran historia contada con la maestría de una gran escritora. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarGracias Jose. Otro fuerte abrazo para tí, es-cri-tor.
EliminarSiempre es un placer leerte. Historia que perfectamente podría ser real, sencilla y contada con sencillez (sí, me repito, pero tengo razón). Es fácil ponerse en el lugar de la protagonista, la primera persona ayuda y yo tengo debilidad por eso.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias David. Lo de la sencillez lo llevo por bandera. Nos vemos en la Gala compañero. nohace falta que te pongas un clavel en la solapa, eres el de la barba y el de los relatos especiales.
EliminarAbrazos.
Hola, Tara. Has elaborado y trabajado el relato de una forma estupenda. La culpa, o la falta de ella, me parece un referente literario -y cinematográfico- indispensable para fomentar la creatividad de los autores. Hay un matiz, además, en el relato que me ha parecido súper acorde con los avatares de la vida. Cuando escribes "Yo lo quería con la fuerza de la costumbre, con la contundencia de la rutina, con todo el peso definitivo del proyecto familiar" nos hablas de algo tan complejo como es la finalización del amor y sus consecuencias sentimentales.
ResponderEliminarUn gran saludo y mucha suerte para el concurso.
Buenas noches Miguel. Es lo que tiene la costumbre (en las parejas, y en el resto de las facetas humanas), que nos acomodamos a ella.
EliminarNo sabía que tenías una página de cine ¡Qué sorpresa!
Muchas gracias por tu comentario Miguel. Un fuerte abrazo.
Pues, no sé cómo abordar mi comentario, pues me imagino que con tantos comentarios, ya te habrán dicho por activa y por pasiva lo bueno que es, lo que atrapa, lo que mantiene en una tensión dramática, pero nada agobiante. lo mucho que consigue empatizar con el lector. En fin, es un magnífico relato, y me encanta haber encontrado este concurso para aprender de escritoras como tú, de verdad, una maravilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra Miguel de que te encuentres a gusto en Tintero.
EliminarMis colegas han sido tan generosos como tú, compañero, mchas gracias por tus palabras. Tú tampoco te lo has montado nada mal con "Los Idus de marzo" :))
Nos vemos en La Gala el día 15
Me alegra de que te encuentres a gusto en Tintero.
Buenas noches compañera y amiga Isabel, regreso a tu "casa" de letras para expresarte mi más sincera enhorabuena por este segundo puesto en el palmarés. Un gran trabajo creativo que ha recibido la justa recompensa.
ResponderEliminarMuchos muackssss...
Muchísimas gracias Estrella por tu generosa felicitación.
EliminarMañana leeré tu aporte en Café Literautas, vi que lo publicaste en tu blog, pero prefiero copiarlo y guardarlo para, desde la calma, comentarlo.
Buenas noches Estrella. Más besos.
Hola Isabel, felicidades por tan buena trama y el tintero obtenido.
ResponderEliminarNo habia leído el relato hasta ahora, muy trabajado el guión, escenas bien recreadas, muy visuales y figurativas.
Al leerlo hoy (ya corregido y libre de dudas) se entiende bien que se trató de suicidio, y que su sentimiento de culpa la obligaba a cargar con ese cuadro de su marido como un recordatorio de su equivocación, y a calladamente sentirse como una asesina, pues se culpaba de matar su relación y el amor de él.
Además entediendo que ya sabe lo del suicidio, y por eso acude al lugar a reunirse con su hijo, pues de seguro fue él quien le avisó (con más razón para que su conciencia le grite ese "asesina" tan seguidamente) y por eso la va a recoger a la estación, y le da los detalles del mismo tratando de tranquilizarla, con ese: "no sufrió nada, todo fue muy rápido", y le añade: "¡Ojalá hubiera podido hacer algo más por él! Pasar más tiempo a su lado", esta escena deja a ambos libres de toda sospecha, y me parece incluso tierna.
Isabel, tu relato se lee en la misma sintonía con que lo escribiste, de no agrasión ni agravios verbales a pesar de las circunstancias, y me deja con una sensación de paz al terminar la lectura, como si junto a ese suicidio liberador, ella también suicidara su culpa, por eso iba cada vez más ligera de equipaje.
Por último, me quedo con esta bella frase: "Pienso que hay paz en los bosques sin hollar y cierto éxtasis en las solitarias costas".
Un relato humano, psicológico y conmovedor. La narrativa de una sensibilidad madura y serena. Me ha encantado la personalidad de la protagonista y la actitud reservada de su esposo, quien en su fuero interno pudo manejar la situación sin agravios, aunque es casi seguro que también él, tuviera sentimientos de culpa que lo llevaron al suicidio.
En hora buena Isabel, genial participación.
Buenos días Harolina.
EliminarA pesar de que no participaste en esta ronda de relatos, nos has hecho a los dos compañeros de podio y a mi, un comentario a fondo. Te agradezco infinito tu generosidad compañera.
Gracias también por tu acertado análisis del relato.
Un abrazo gigante, Harolina.
Felicidades Isabel por ese Tintero de Plata, otro más. Buen trabajo. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge. Espero que nos "veamos" en "Rebelión en la granja", si es que consigo terminar algo.
EliminarAbrazos.
ENHORABUENA, Isabel, por ese flamante Tintero de Plata, en una Edición de gran nivel.A mi, particularmente, me gustó mucho tu historia. Vamos con los animales, a ver que pasa. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Paco, la verdad es que esta vez había mucha competencia, y como dije en algún comentario, tenía serias dudas si se entendía lo del suicidio. Gracias a todos vosotros lo solucioné.
ResponderEliminarSobre Rebelión en La Granja, tenía dos relatos a medias, ninguno de los dos me convencen, y creo que me voy a decidir por un tercero... estoy en ello. A ver que sale...
Un abrazo Paco.
Amiga Isabel, no te queda espacio en la estantería para tanto trofeo, ji, ji, ji. Un abrazo fuerte y mis felicitaciones.
ResponderEliminarjajja es verdad Carla, voy a tener que ir a Ikea a por una estantería más grande.
EliminarMe siento muy afortunada de que mis compañeros, entre los que te incluyo, hayan considerado que los cuentos que escribo valen la pena.
Gracias guapa, a ver si logro terminar algo para la granja y si llego a tiempo.