¡Que viene el lobo!
—Yo era el puto amo del lugar hasta que dejé de serlo. Al fin y al cabo, les dimos trabajo a todos ellos.
—Bueno, quitaremos lo de puto amo, Carlos, no queda bien para un artículo.
—Por supuesto, solo era un comentario informal. No grabe eso.
Mi hermano Carlos sacudió con el revés de la mano unas pelusas imaginarias de sus pantalones. Mantenía las piernas cruzadas; el blazer azul marino de botonadura metálica, abierto; los zapatos tan brillantes que se reflejaban en ellos los fluorescentes del techo. De vez en cuando echaba un vistazo a la pequeña grabadora que el periodista dispuso sobre la mesa y continuó hablando con cierta displicencia, algo habitual en él.
—Mi familia tenía una granja de abejas negras canarias. Una raza que hace miles de años se separaron de sus homólogas, las abejas africanas. Diferenciadas de sus congéneres, formaron una nueva especie en las islas. La marca de nuestra miel, con un alto grado de pureza, es equivalente a calidad y prestigio. Éramos de los primeros exportadores del país y lograremos serlo de nuevo
Todo un hombre de negocio mi hermano, aprovechando al máximo la entrevista para publicitar el nuevo proyecto. Si los abuelos y nuestros padres vivieran, no sé si estarían orgullosos de nosotros. Recordé el declive del negocio familiar, el cierre, la bancarrota, el impago al personal.
—La granja daba trabajo a mucha gente —intervine por primera vez siguiendo las reglas pautadas por él para promocionar la empresa.
—Eso ya lo dije yo, María. Como le decía… éramos una familia importante. Los primeros bancos de la iglesia estaban reservados para mis abuelos y mis padres…, y para nosotros dos, claro —dijo señalándome con el dedo índice y a sí mismo con el pulgar.
—Los forasteros solían preguntar quiénes eran esas personas. “¡Ah! Son los dueños de El Colmenar”, contestaba alguien. Así se llamaba la granja. El pueblo se sentía orgulloso de que el lugar fuera tan próspero.
—¿Qué recuerda de su infancia, señorita?
—Éramos felices. Crecí entre flores y abejas, entre aromas y zumbidos. Aprendí a respetarlas y a comprender su comportamiento. Jamás ninguna de ellas me clavó su aguijón. Ya le digo, era una niña contenta de vivir en el valle, donde el aire es limpio y florecen los almendros, el brezo, la lavanda…
—El alimento de los bichos es la flora. — Interrumpió Carlos algo molesto por lo que él llamaría estúpido romanticismo. Continuó exponiento que, al ser tan variada y diversa, hace que la miel sea sumamente especial, con unos matices y aromas únicos.
—Por esa razón es tan requerida nuestra excelente producción.
—Por esa razón es tan requerida nuestra excelente producción.
—¿En qué fecha será la inauguración de la nueva fábrica?
—El próximo sábado. Está usted invitado, por supuesto. La Granja ya está en funcionamiento, no es tan grande como la original, pero estoy convencido de que pronto, ¡muy pronto!, volveremos a estar entre los primeros exportadores.
—Disculpe Carlos, hay rumores de que sus abejas no son las originarias negras, sino una especie mezcladas con…
—Chismes sin fundamento. Tenemos las genuinas abejas negras, las mejores, puesto que poseen una capacidad de supervivencia que muy pocas razas tienen. Son resistentes a las enfermedades, no solo por genética, sino por su comportamiento de limpieza bestial. El único problema es que son extremadamente mansas.
—¿Y eso es malo?, disculpe mi ignorancia Carlos, supongo que al ser mansas no picarán.
—Lo que ocurre es que la avispa lobo le dobla en tamaño. Los machos se limitan a libar el néctar diezmando el territorio, lo que no es poco, desde luego, pero las hembras, ¡joder las hembras…! —exclamó mi hermano.
—¿Qué ocurre con ellas?
—Son unas inteligentes asesinas —contesté al periodista —. En unas pocas horas los batallones de avispas pueden aniquilar a miles de abejas. Excavan sus nidos bajo tierra, y allí mantienen a las abejas que cazan en estado semiinconsciente, lo que supone alimento fresco para sus larvas. Se llegaron a entrometer en mis pesadillas infantiles, más de una vez desperté aterrorizada pensando que me faltaba un trozo de la cara, una mano...
Carlos me hizo un leve gesto para que no me extendiera, y entonces me callé. No conté que las lobos acabaron con las abejas en el invierno en que nevó por primera vez en el valle. Las que no perecieron, huyeron. En el cobertizo protegido del frio y de los ataques de las temibles avispas, se vigilaba con mimo los pocos paneles intactos que pudieron salvarse. Una reina aterciopelada, de velloso manto y sensibles antenas por panal. Multitud de macetas protegidas del frio servían de alimento a las supervivientes, en especial el aromatizado romero.
Aquella madrugada de enero pude ver, desde mi ventana, luz en el cobertizo y salí casi sin abrigarme. Y ahí estaban, revoloteando por encima de las felices cabezas de mis abuelos. Mi padre quieto como una estatua cubierto en parte por ellas, un manto movible, un dulce zumbido de abejas.
Sin embargo, no hubo más cosechas de miel. Aquello fue el principio del fin.
Aquella madrugada de enero pude ver, desde mi ventana, luz en el cobertizo y salí casi sin abrigarme. Y ahí estaban, revoloteando por encima de las felices cabezas de mis abuelos. Mi padre quieto como una estatua cubierto en parte por ellas, un manto movible, un dulce zumbido de abejas.
Sin embargo, no hubo más cosechas de miel. Aquello fue el principio del fin.
—Son auténticas, garantizado, se lo aseguro —mintió.
Mi hermano ha conseguido un híbrido muy parecido a la abeja negra canaria, un poco mayor y más agresiva. No hay que ser experto en mieles para distinguir la diferencia de sabor.
Carlitos es un lobo feroz. La voz de alarma de: ¡que viene el lobo… que está viniendo!, no es solo una escena de un cuento de niños para no dormir.
Isabel Caballero
ResponderEliminarBuenos días Isabel, por aquí de vuelta a tu casa (panal), esta vez repleta de abejas, que ya veo no me han dejado como un colador, se nota que les has dado mucho cariño y me han obsequiado con un ben tarro de miel, pero ojo que no soy Caperucita y el lobo feroz, es una paparrucha que le cuentan a los niños.. ja, ja, ja...
Me ha gustado mucho esta entrevista tan amena y fluida que has montado con este periodista, para publicitar la nueva empresa apícola y qué gustazo aprender todo este intrincado mundo de los insectos.
No hay duda de la originalidad y buena documentación para llevar a cabo esta curiosísima historia que nos narras con todo un despliegue fabuloso de diálogos, que le confieren de gran ritmo y credibilidad, ayudada también de explícitas descripciones respecto a sus personajes.
Sugerente la imagen del lobo feroz que planea a lo largo del relato, pero con la variante de la avispa lobo, que se "merienda" de un bocado a la dulce y trabajadora abeja (iba a llamarla Maya, pero eso es otro cuento...).
En cuanto a los pequeños errores de forma y con mi total empeño en servirte de utilidad, he observado principalmente en los diálogos, que o bien el dichoso teclado no funcionó correctamente o el lío de la puntuación con los verbos discendi y los no discendi, te ha llegado a jugado alguna "trastada"... Lo cierto es que has sido valiente introduciendo una gran variedad de ejemplos.
Para no alargarme mucho te anoto por números y anteponiendo tu frase y debajo la correcta, espero que me entiendas:
1. —Eso ya lo dije yo, María. Como le decía… éramos una familia importante. Los primeros bancos de la iglesia estaban reservados para mis abuelos y mis padres…,y para nosotros dos, claro —me señaló con el dedo índice y a sí mismo con el pulgar.
(El verbo señalar no es discendi, por lo que antes de este inciso se pone punto y los incisos se escriben en mayúsculas, cosa que el tuyo final va en minúscula).
—Eso ya lo dije yo, María. Como le decía… éramos una familia importante. Los primeros bancos de la iglesia estaban reservados para mis abuelos y mis padres…,y para nosotros dos, claro. —Me señaló con el dedo índice y a sí mismo con el pulgar.
2. —El alimento de los bichos es la flora —interrumpió Carlos algo molesto por lo que él llamaría estúpido romanticismo —. Al ser tan variada y diversa, hace que nuestra miel sea especial, con unos matices y aromas únicos. Por esa razón es tan requerida nuestra excelente producción.
(El verbo interrumpir es discendi, por lo que no se separa con la raya a lo largo del inciso, justo al contrario de los no discendis, que ya te comenté antes)
—El alimento de los bichos es la flora —interrumpió Carlos algo molesto por lo que él llamaría estúpido romanticismo. Al ser tan variada y diversa, hace que nuestra miel sea especial, con unos matices y aromas únicos. Por esa razón es tan requerida nuestra excelente producción.
3. —Son unas inteligentes asesinas —contesté al periodista —.
Ocurre lo mismo otra vez, ya que el verbo "contestar" es discendi, por lo que lo correcto sería:
—Son unas inteligentes asesinas —contesté al periodista.
4. —Son las auténticas, se lo aseguro — mintió.
No es correcto porque el verbo "mentir" es discendi de modo que la raya final va unida al verbo:
—Son las auténticas, se lo aseguro —mintió.
5. "Diferenciada de sus congéneres, formaron una nueva especie en las islas."
Falta de concordancia del sujeto en singular con el verbo en plural.
"Diferenciada de sus congéneres, formó una nueva especie en las islas."
No considero que estos pequeños fallos puedan restarle la calidad de tu concienzuda narración, que es para triunfar en el concurso.
Un abrazo Isabel y nos seguimos leyendo.
P.D: Te agradezco muchísimo tus importantes y certeras correcciones respecto a mi participación, de las que he tomado nota, pues es verdad que tenía exceso de adjetivación.
Perdón por el entrometimiento, pero quería agradecer a Estrella la deferencia de marcar estos detalles, no siempre los tengo tan claros, la verdad. Tomo buena nota yo también de ellos.
EliminarSigo leyendo tu relato, en breve te comento.
Besotes a las dos.
Puedes meter la nariz todo lo que gustes. Estrella nos ha dado una lección magistral sobre incisos, acotaciones y demás vainas necesarias para el buen escribir y el mejor dialogar. :)
EliminarLa que te lo agradezco soy yo ¡y no sabes cómo!
ResponderEliminarNo es fácil lo de las actaciones. Ando "estudiando", lo tengo al lado, el libro de la Administradora de la página de Literautas, "Iría López Tejeiro" "Cómo escribir diálogos"... donde explica lo de los dicendi y no dicendi, pero así y todo me hago un lío líoso.
Graciasssss Estrella, ahora mismo me pongo a corregir.
Y que me alegra de que te haya gustado el cuento, a pesar de todo ;)
He corregido siguiendo algunas de tus indicaciones Estrella. He cambiado y variado algunas frases, y sigo conservando las 900 palabras.
Eliminar¡Esto sí que es todo un reto compañera!
Saludos Isabel, tu relato es muy fluido y dejó notar muy bien lo arrogante del comerciante Carlos con el negocio de las abejas, como muchos, lobos que vienen ;). ¡Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarHola, Isabel. A mí también me ha gustado mucho tu relato. Me ha parecido una historia ingeniosa y muy original contada a modo de diálogo con mucha naturalidad, pese a lo difícil que resulta eso siempre con los diálogos. Muy buen aporte para el reto. Un beso y mucha suerte.
ResponderEliminarMery, Marta... gracias a las dos por vuestras lecturas y compentarios. Suerte para vosotras también chicas.
ResponderEliminarHola Isabel. Estupenda historia la tuya. ¡Qué bien escribes, compañera! ( envidia sana, jeje). Por cierto, ¡vaya lío con eso de los dicendi y los no dicendi! ¡Qué nivelón, madre! Besos.
ResponderEliminarjajja Beri, desde luego, son super difíciles. Sé colocar los incisos de diálogos simples, la dificultad llega cuando hay que colocarlos en medio de una o dos frases del diálogos. La teórica del uso de los discendi parece fácil, siempre que sea el verbo "decir" peeero, se complica con los sinónimos, y no hay nada más feo que un catálogo de sinónimos del decir, parece que queremos evitar la repetición y lo que conseguimos es ser poco naturales.
EliminarUn rollazo, sí
Graciasssss Beri.
Hola Tara
ResponderEliminarSiempre planteando casos extraños... ahora avispas asesinas y abejas negras mansas. Dios,lo que aprende una contigo!!!
Me ha gustado un montón. La pobre no podía ni acabar las frases con ese lobo que tenía por hermano!!
Enhorabuena y un abrazo grande
Sip... un lobo feroz y voraz el hermanito ;)
EliminarGracias Paola. No es por corresponder, en serio, pero tu relato es... buenisisisimo!!!!
Hola, Isabel.
ResponderEliminarTe leí por algún sitio que tus relatos los pasabas por Literautas para el correspondiente pulido. Como este no lo has publicado por ahí, me animo a hacerlo yo. Así que te comento pequeñas minucias.
“…padres…,y para nosotros dos…” Separar la ye de la coma.
“…aclaré —.El pueblo… ” Unir el guión a la palabra que le precede y separar “El” del punto que le precede.
“…fuera tan próspero,” Cambiar la coma por punto.
“…romanticismo —.” Unir el guión a la palabra.
“…convencido de que pronto ¡muy pronto! Volveremos a…” ¡muy pronto! Entre comas y volveremos con minúscula.
“…que posee una capacidad…” poseen en plural por referirse a las abejas.
“…las avispas lobos le doblan en tamaño…” Mejor las avispas lobo les doblan.
“…contesté al periodista —.” Unir el guión a periodista.
“…avispas puedes aniquilar…” Mejor pueden.
“…en estado semiinconscientes,” semiinconsciente en singular.
En cuanto al fondo me han quedado algunas dudas. La primera es la muerte de los abuelos y los padres que cabe sospechar por cómo se dice que hay algo que investigar. Otra es el alcance de la manipulación de Carlos con las abejas.
El final me ha parecido un poco brusco y extraño. El planteamiento lo veo bien, los diálogos, ritmo, lenguaje, también. El comienzo lo he visto muy logrado en la presentación y descripción del hermano.
Quizás le falta un poco de garra o, si la tiene, no he sabido captarla. Me ha parecido un puntazo el guiño que haces a tu tierra.
Ya sabes, puedes despreciar cuanto digo, coger lo que interese y borrar este comentario de tu página.
Ha sido un placer como siempre.
Estaba corrigiendo algo cuando ha entrado tu comentario Isan. Te agradezco mucho tu ayuda Isan.
ResponderEliminarTe cuento. Independientemente de mis errores (que asumo tenerlos), no sé que ocurre que al encuadrar los márgenes se me quedan muchos espacios en blanco. Esto no cuenta con que tenga que mejorar el tema de las acotaciones de los diálogos.
Es posible que tengas razón en que se queda en la duda el modo en que murieron los familiares, posiblemente por intentar silenciar esa parte el hijo. A ver si se me ocurre algún modo de solventarlo, porque no era mi intención., segurametne me faltó espacio y capacidad para expresarlo.
¡Ay Isan! A mi el final si que me gusta, pero respeto la opinión del lector, que es quien debe opinar al respecto.
Sea como sea, agradezco tu sinceridad tan bien fundamentada, también tus estupendos elogios.
Mil gracias colega.
¡Ahh Isan! , que no todos los relatos los paso por literautas y luego a mi blog. Los que pongo en Literautas, generalmente, suelo pasarlos ya corregidos al blog.
ResponderEliminarAhora sí que te digo adiós. Adiós.
No me pude ir a dormir sin arreglar el cuento. Creo que he solventado, en parte, la duda sobre la muerte de los familiares. He conservado las 900 palabras.
ResponderEliminarY otra cosa Isan, creo que corregisto en un formato inicial. Ya había corregido algunas cosillas (erratas y despistes).
Con tu ayuda, compañero, espero haberlo mejorado.
Y ¡ahora sí que sí! A dormirrrrrrrrrr
Hola Isabel. Buena vuelta de tuerca al dicho: "¡Que viene el lobo!". Lobo-hombre, lobo-avispa,... El mundo es un lugar peligroso, sin lugar a dudas.
ResponderEliminarUna vez corridos los apuntes de los compañeros, ha quedado un relato muy redondo.
Un abrazo y mucha suerte.
Los peores lobos son los que tiene piel de oveja porque no se les ve venir ¿o no?
EliminarGracias Bruno. Un fuerte abrazo.
Precioso relato de una hermosa época pasada, representada por la chica y su nostalgia, y de una estafa económica y aprovechada representada por el chico. Real como la vida misma.
ResponderEliminarDentro de poco, entre el cambio climático y la avispa asiática, puede que la miel sea tan solo un hermoso recuerdo.
Un beso y mucha suerte en el concurso.
Buenas tardes Rosa. Muchas gracias por tus buenos deseos.
EliminarA veces utilizan a los lobos para asustarnos. ¡Que vienen los rojos...que nos quitan la pensión...que el fin del mundo se acerca...el apocalipsis... la guerra nuclear! Todos esos miedos variantes del cuento del lobo.
Un beso Rosa.
Saludos y primero felicitarte por tu logro en la Edición XVII del Tintero de Oro.Este cuento de abejas híbridas muy ingenioso y esperando que no vengan a asesinar y terminen siendo tan dulces como la miel. Saludos desde Venezuela.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Raquel. Nos vemos en La Gala seguramente, a ver que nos prepara esta vez el maestro David.
EliminarIsabel es un relato estupendo y como todos lo que escribes este me ha servido para aprender y repasar el mio, que lejos está de poder conseguir un premio. Incluso a pesar de darle vueltas, no estoy contenta con lo que estoy escribiendo y no sé si lo enviaré. Pero esas correcciones de los compañeros me sirven a mi para fijarme cómo hacer los diálogos. Un abrazo.
ResponderEliminarAprendemos todos Mamen. Que no estés contenta con lo que escribes no es mal síntoma, quiere decir que eres perfeccionista e intentas hacerlo lo mejor posible.
EliminarLos diálogos son un peñazo, pero ayudan mucho al ritmo, y a conocer mejor a los personajes.
Un abrazo muy fuerte, y ¡ánimo con tu cuento! ¡Tú puedes, seguro!
El espíritu de supervivencia muchas veces desemboca en comportamientos egoístas y en el fraude organizado. Los estafadores no se detienen ante nada ni tienen escrúpulos y siguen con sus mentiras caiga quien caiga.
ResponderEliminarSe dice que nuestra vida depende de la de las abejas. Siemdo así, espero que sobrevivan a todo tipo de despropósitos por parte de los humanos.
Se me olvidaba: me ha encantado tu relato, ja,ja,ja.
Un abrazo y que repitas su triunfo en el concurso.
Eso cuentan Josep, las abejas son primordiales para el desarrollo de la vida. Escribiendo este relato he aprendido mucho sobre ellas.
EliminarUn abrazo compañero, el triunfo es teneros por aquí leyendo mis cuentos.
Graciassss.
Si pides miel mira a quién, Isabel, y eso vine a buscar aquí, je, je, je.
ResponderEliminarUn muy buen relato. Me engañaste con el título y la posibilidad de una fábula con animales huyendo e ingeniándoselas para paliar lo del lobo. Pero me encuentro un relato, con un fondo interesantísimo (eso de las abejas me ha parecido sobervio) realizado en forma de entrevista. Se palpa la tensión del hermano, un lobo que, aunque entrevistado, lleva el peso de la entrevista, y la ternua de la hermana que narra la historia e intenta, aunque poco consigue, narrar también otro punto de vista.
Destaco ese estilo a modo entrevista, con un periodista perfecto en su papel de informador, saliendo solo en los momentos que debe de salir y dejando que la historia discurra con su prooia vida.
Un placer (y ya van....) tu lectura. Mucha suerte y un abrazo!
... y a mi qu ela miel me empalaga, al menos las industriales, seguro que le añaden azúcar y otros derivados. Me gusta la que viene pegada a la cera y hay que chuparla, esa está de rechupete.
EliminarBueno Pepe, muchas gracias. Es verdad que procuré que el periodista fuera un simple "enlace" para contar, no dándole relevancia apenas. Me alegra de que te hayas fijado en ese detalle.
Gracias Pepe, nos vemos en la Gala. Ponte guapo, yo iré de abeja Maya por si no me reconoces.
Buenas, Isabel.
ResponderEliminarVaya con Carlos, ahí, ocultando lo que ha pasado. Pero si como dices al final, no hay que ser un experto para notar la diferencia en el sabor, toda esta farsa le va a durar muy poco.
Nos leemos.
Un saludo.
Buenas noches Irene. Andaba leyendo tu San martín, estupenda aportación, ya te diré.
EliminarPués no sé si le durará el negocio a Carlitos, ¡a saber! mira el caso Tous, lo estaba viendo ahora mismo en las noticias, tantísimo años vendiendo sus supuestas joyas a precios desorbitados, y resulta que, al parecer, están rellenas de material de segunda.
¡Todo por la pasta!
Gracias Irene, hasta pronto.
Hola Isabel, anda, mira, no te había leído nunca un relato tan didáctico. Utilizando un periodista que quiere enterarse de todo, nos dejas toda una lección magistral de razas de abejas. Esta vez si que te has empapado de miel de primera, con avispas traicioneras con lobos falsos y unos guiños a la especulación, creo entender. Yo soy de las de miel en la mañanita, por lo de la garganta, disuelta en una infusión de tomillo. Echaría de menos esta maravillosa mezcla si las abejillas desaparecieran, ni me imagino poníndole macetas en la ventana, pobres, es como lo de los bebederos a los pájaros en verano. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Eme. Te cuento que algo de hormigas y abejas sabía porque mi padre tenía una colección de libros de animales, y me llamó la atención lo bien organizadas que estaban las hormigas y las abejas. Contaba unas cosas sorprendentes.
EliminarPor otro lado, es verdad que la miel de determinadas zonas canarias son espectaculares, no se queda atrás con la miel de Alcarria (según los expertos), y eso se debe a nuestro benigno clima que durante todo el año favorece que las plantas florezcan.
Por supuesto, no puse todo lo que he aprendido leyendo e informándome dentro del cuento, que no somos una enciclopedia, y además aburriría hasta hartar.
Creo que en eso nos parecemos las dos, compañera, que disfrutamos "estudiando".
Un abrazo, cuídate esa garganta corasssón.
Y la triste realidad es que las abejas están muriendo a miles por causas del cambio climático de las narices. Al final terminaremos aniquilando todo a nuestro alrededor antes de auto finiquitarnos a nosotros mismos. No nos hacen falta lobos amenazadores. nos bastamos con nosotros mismos.
ResponderEliminarUn relato en el que destaco el ritmo y la información aportada.
Un abrazo.
¡Pues sí Francisco! ¡Qué triste! Menuda herencia dejamos a nuestros hijos.
EliminarUn abrazo compañero, graciassss.
Me ha encantado tu historia, Isabel, entre otras cosas, porque siempre me ha fascinado el mundo de las abejas y deploro su alarmante situación actual con la amenaza mortal que supone la avispa asiática. Tu relato refleja, pues, el drama de cientos y cientos de apicultores que han visto diezmadas sus colmenas, y el desastre que supondría para las plantas la desaparición de la vieja y entrañable apis melífera. De la abeja africana, pariente de tu compatriota canaria, también había oído hablar. Protagonizan la novela "el enjambre", no sé si la leíste. Por lo demás, narración impecable, como acostumbras, personajes muy bien caracterizados y frases muy inspiradas que evocan imágenes muy sensoriales y sorprendentes. Suerte en El Tintero. Un fuerte abrazo, Isabel.
ResponderEliminarHola Paco. Muchas gracias por tus palabras.
EliminarPues no, no he leído la novela "El enjambre", ni siquiera me suena. Ya me dirás quien es el autor o autora, y si vale la pena leerla.
Suerte para ti también colega, has escrito un relato muy bueno, ya te lo dije.
Nos vemos en la Gala, Paco.
Hola Isabel. Toda una lección apícola la que nos das en este relato, supongo que te has documentado pero me imagino también que conoces del tema y de la abeja canaria, cuya existencia desconocía hasta leerte. Bien retratada la personalidad de ambos hermanos, él siempre dominante y seguro de sí, queriendo llevar la voz cantante y callando a su hermana cuando le robaba protagonismo. Ella soñadora, apegada a la añoranza de tiempos pasados y algo apocada, sumisa a los designios de un hermano del que es consciente sin embargo que esconde negrura en su interior. Buenos diálogos, enlazados con las intervenciones de ambos hermanos y el periodista que sirve de argamasa para contar la historia.
ResponderEliminarCreo que tras las revisiones se han colado todavía dos faltas de concordancia de género y número, de poca importancia. "No conté que los lobos acabaron con las abejas", entiendo que al hablar de avispas debería ser "las lobos". "las felices cabezas de mi abuelo", supongo debería decir "de mis abuelos".
Buen relato, con su parte de originalidad en cuanto al tema, y escapando por otro lado de la típica fábula con animales que tanto hemos abundado en esta edición. Mucha suerte y un abrazo.
Hola Jorge. Ya he corregido los despistes que me apuntas, creo que ahora sí que ha quedao niquelao :))
EliminarMe gusta mucho de estas últimas ediciones, en la que no nos cortamos a la hora de indicar a los compañeros facetas a corregir, (no solo de halagos y miel vive el hombre... y las mujeres), y creo que esa es la mejor de las ayudas. En Tintero, además, nos distinguimos por hacerlo con respeto. Me siento privilegiada por formar parte del grupo de Tintero orquestado por nuestro polifacético amigo David.
Recuerdo cuando estábamos en otra página, donde la gente sin criterio se permitía hacer críticas sin sentido, y todo era una avaricia por estar en los primeros puestos de popularidad, algo absurdo para quienes pretendemos compartir letras y aprender.
Bueno... que para variar, me he enrollao.
Y que nos vemos en la Gala Jorge.
Un cariñoso abrazo.
Que razón tienes Isabel, es cierto, el ambiente aquí es de lo mejor y se nota que hay buena gente, y buen nivel literario también. Un abrazo.
EliminarHago nuevo comentario, porque en alguna parte se perdió el anterior. Relato muy interesante y bien estructurado desde el título que anuncia y señala la explicación y los matices que diferencian a la fábula clásica.
ResponderEliminarPara nota.
Muchas gracias Barry.
EliminarTu relato también es un puntazo.
Tara, Isabel, Tiatula, compañera, de veras que los peores lobos son los disfrazados de cordero. ¡Flor de hermanito se echó tu protagonista! Ahora, que los hay, los hay Y peores también. Espléndida y tremenda historia contada con mucha sutileza aunque no le falta precisión; más acá o más allá de los benditos dicendi y sus problemas.
ResponderEliminarSiempre encantada de leerte y aprender contigo. Un abrazo
jjaja Juana... si te digo mi nombre en la partida de nacimiento te caes patrás: María Isabel del Carmen de la Cruz ¡Casi ná!
EliminarGracias Juana por tus siempre positivas palabras.
Ya estoy leyendo tu Buho, serpiente y pavo real..., estoy en ello.
Un fuerte abrazo compañera.
Juana, anoche, creo recordar, leí tu relato, pero ahora cuando intento entrar en él, no puedo. Hay un aviso que de que existe tu página ¿....?
ResponderEliminarQuise decir que NO existe la página.
ResponderEliminarHola Tara:
EliminarMetí la pata, como decimos aquí. Una sugerencia de Beri, me hizo pensar que tenía razón y que el Búho sobraba en el título. Lo saqué, y ahora pasa lo que dices, pero si te fijas sobre el margen derecho aparece el nombre actual. Estoy avisando aunque creo que lo mejor será volver al original. Si seré torpe!!!
Que viene el lobo!!!, jajaja. Muy bueno el relato Tara con esa mezcla de especies foráneas que causan un desequilibrio ecológico,... esa lucha biológica para encontrar un remedio, a costa de perder calidad, la agresividad de las nuevas empresas en la que hay un poco de cuento,...
ResponderEliminarTambien hacerte alguna consideración con respecto a la documentación. No soy ningún experto en abejas pero que chirrían un par de cosas: los machos son zánganos y creo que no liban,... y me parece que las orquídeas no son especies melíferas, pero no me hagas mucho caso.
Hola Norte.
EliminarPues no lo sé, si los machos de las avispan liban o ono. Tomé prestada la información de una página del Cabildo de Gran Canaria, la responsable de la granja apícola de la abeja negra canaria. Habrá que darle un tirón de orejas :))
Sobre las orquídeas... claro que te hago caso, ahora mismo las quito¡pena, con lo bonitas que son!... voy voy...estoy yendo.
Gracias Norte. Muchas gracias.
Hola, Isabel:
ResponderEliminarMe ha gustado lo que cuentas sobre las abejas negras mansas y las avispas asesinas. Se nota que te has documentado o que eres experta en el tema. Me admira esa habilidad literaria al introducir al periodista como recurso para agilizar la lectura. Me ha parecido muy acertado. Y sobre todo en cómo pones en valor la sugerencia, creo que el valor de este texto está más en lo que te sugiere que en lo que te cuenta, que también. Lo bien construidos que están los personajes de los dos hermanos. Todo el universo emotivo que se nos insinúa en las relaciones de familia. Carlos, es imperativo, dominante, llama a las abejas “bichos”, su personalidad es el de la avispa lobo; su hermana, la abeja negra, en segundo plano, silenciada. ¡Ah, los lobos! “Carlitos —entiendo que así se le llama en familia desde niño— es un lobo feroz”
Sugerencias:
—“¡Ah! Son los dueños del colmenar”. En esta frase si se refiere al nombre de la granja como dices, yo la pondría con mayúscula: El colmenar.
—“pude ver desde, desde la ventana,”. Aquí te sobra un desde.
Un abrazo y suerte en El tintero.
¡Ayayayy! En esta edición me la paso corrigiendo :)) pues eso corregido El Colmenar y el "desde" repetido.
ResponderEliminarGracias María Pilar por tu casi casi disección del relato, y por lo que has incidido en el caracter diferenciado de los dos hermanos.
Un gusto tenerte de compañera.
Suerte para ti también y un fuerte abrazo.
Hola Isabel,
ResponderEliminarPoco queda por decir de este relato. Me parece un acierto el recurso a los tres narradores/personajes y no solo para dar puntos de vista diferentes, que sí lo hacen, sino para construir muy hábilmente la trama del cuento. Con ese recurso el narrador testigo en tercera persona desaparece (narrador heterodiegético) y deja el campo libre para que el lector disfrute a su gusto de lo que se muestra sin más por los tres narradores homodiegéticos (dentro de la historia). El hermano como personaje y narrador juega el punto de vista desde la perspectiva emic,(emociones, interpretaciones, pensamientos etc), mientras la hermana plantea el punto de vista etic (lo real, la perspectiva del observador sin falsas interpretaciones, lo que sucede). Como si de una bisagra se tratase, el eje ajustado y discreto, lo ejercita el periodista interviniendo en el momento justo, con cuatro preguntas que hacen que la trama funcione sin chirridos.
Lo dicho, un acierto aunque en algún momento también se me ocurre pensar como Isan, que la escena padres abuelos ( eso que en el texto se señala como "principio del fin") pudiera ser una verdadera clave de bóveda de una forma más explícita, tal vez Pero este es un comentario sin más, mientras tomamos un café jeje..
¡Ah! y efectivamente el macho del lobo de las abejas toma (liba) el néctar de las flores. En el norte de la península andamos más peleados con las velutinas asiáticas jeje..
Bueno, pues nada más. Es un cuento apropiado para ampliar tu armario de trofeos del tintero, a poco que me equivoque, aunque la competencia es dura y las puntuaciones posibles pocas. Un abrazo y enhorabuena
Pues no sabes la alegría que me das, Javier. Empezaba a dudar si el trabajo era medianamente pasable, así que un chute de ilusión me viene genial :))
EliminarYa sabes que no hay porqué contar todo, más aún en un relato de solo 900 palabras. Algún compañero me comentó algo sobre la importancia de lo que se sugiere. Creo que no importa lo que le sucedió a los padres y abuelos (el modo que murieron o las circunstancias), sus muertes son anecdóticas. El hecho es que una plaga de avispas acabó con las abejas. No es la primera vez que sucede.
¿Armario de trofeos? ¡Anda ya! ;)
Y usted...¿no escribe ultimamente?
Hermoso tu relato de las abejas, un enfoque diferente al concurso. Lo que más me ha gustado ─aparte de lo simpáticas que me resultan las abejas─ es la profundidad del tema, es una realidad que se están acabando las abejas, otra cruzada, compañera, en este caso insectos indefensos que hay que salvar.
ResponderEliminarLos temas que propone David son geniales, dan para muchísimo.
Te contesto por aquí tu respuesta en mi blog respecto al estante ji, ji.
Aunque hace bastaaaaante que escribo (desde los 12 años) hace muy poco que publico, y hasta ahora tenía realmente muy poco tiempo para hacerlo, ahora ya me puedo dedicar un poquito más (a Dios gracias!). Soy consciente de que aún me falta mucho por aprender y pulir, por eso estoy aquí, je, je, rodeándome de tantos excelentes escritores y repito que vivo agradecida con todos por permitirme compartir este espacio con vosotros.
Dos besos, querida Isabel.
Gracias carla. Todos estamos en el proceso de aprendizaje... y lo que nos divertimos ¿qué?, ¿ehhhh?
EliminarBueeeno, ya terminé de leer y comentar a todos mis compañeros, incluída tú carla. Tengo más o menos claros los tres primeros, pero de ahí "palante" Ufff
difícil difícil.
Hola Tara
ResponderEliminarMe ha encantado ese halo de cuento clásico, ya no sólo por su ambientación, llena de elementos mágicos y escenarios, sino también por tu forma de narrarlo. Mucha suerte en el tintero!
Muchas gracias Yessy. Suerte para ti también!!!
EliminarMe gustan mucho las abejas y tu historia es muy original. Suerte en el Tintero 🐾
ResponderEliminarMuchas gracias Rosa. Nos vemos en la gala.
Eliminar!Hola Isabel!
ResponderEliminarBueno creo que todo se ha dicho ya, te felicito por esta genialidad de relato, creativo, instructivo y didáctico, tanto a nivel de guión como de reglas gramaticales, y además con mensajes reflexivos incluidos, tanto a quema ropa como a discreción, no se puede pedir más de un buen escritor homenajeando a Orwell.
Gracias por el derroche de ingenio. Que tengas buen disfrute de la semana.
Que tal Harolina.
EliminarEs asombrosa tu capacidad de generosidad con todos nosotros. A pesar de no haber participado en la propuesto de Tintero, sacas tiempo para comentarnos en profundidad. No eres una vuela ojos, esto no solo se nota sino que se agradece.
Espero que puedas participar para la próxima.
Un abrazo de los grandes, Harolina.
Obviando los detalles de forma que te han apuntado, es una historia buenísima. El desarrollo de la colonia de abejas y la remontada de la empresa familiar está muy bien hilado. Mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Beatriz. Como ves, nuestros compañeros me han ayudado un montón.
EliminarUn fuerte abrazo.
La próxima vez espero tener más tiempo para ir comentando los relatos según se van publicando, porque me pilló el lobo esta vez, y llego tarde. Ya está dicho casi todo. Solo decirte que me gusta el planteamiento de la historia dialogada, en plan entrevista. Sin duda un relato de los buenos. Un saludo y mucha suerte.
ResponderEliminarUn saludo Carmen. Lo que comentas del planteamiento le estuve dando vueltas hasta que me decidí. Me alegra de que te guste.
EliminarNos vemos en la Gala Carmen. Muchas gracias.
Como dice Carmen Ferro,el problema de llegar tan tarde a comentar es que te lo han dicho casi todo y mucho mejor de lo que yo lo haría. Es un relato con un enfoque diferente y con la calidad de siempre. Imagino un gran trabajo de documentación o una gran conocimiento sobre el curioso mundo de las abejas y avispas. Aprendo y disfruto ¿qué más puedo pedir? Un placer leerte. Un abrazo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarTe voy a comprar un reloj Jose, que siempre llegas a última hora chico ;)
EliminarBueno, lo importante es que da gusto leerte, llegues a la hora que llegues.
Al hilo de lo que me comentas, más labor de documentación que otra cosa.
Nos vemos en la Gala, seguro que el tuyo estará entre los primeros puestos, porque es muy bueno.
hola Tara Good Morning to you
ResponderEliminarMe gusta tu escrito ...
No es fácil que te den una orden
y estés lista para eso
Simplemente por eso te felicito el doble
Te dejo un abrazo
Gracias Recomenzar.
ResponderEliminarÓrdenes ninguna... sugerencias, todas las del mundo.
Interesante relato. Saludos
ResponderEliminarSaludos. Muchas gracias.
EliminarSabes de preeminencia de la forma sobre el contenido, pero confiar demasiado en ello es vanidad, de modo que dotar la trama con sustancia, cuerpo (en tu caso con un bien documentado mundo de las avejas), hace un relato más atractivo. El tuyo es orgánico como la mayoría de los tuyos. Esa parte la aporta el narrador que es la hermana: dos detalles cuando Carlos calla a la hermana que "muestra" más al lobo que lo que se dice en la última frase. Un abrazo de tus admirador umbrio.
ResponderEliminar¡Pero bueno Umbrío! ¡Qué alegría saber de ti!¡Cuánto tiempo compañero!
EliminarUn fuerte abrazo.
Escribí avejas, que risa, estuve leyendo algunos cometarios, destaco la aportación de los guiones y sus reglas, que sólo son eso. Lo difícil es dar voz a los personajes, que sus tonos y expresiones lingüísticas y corporales sean diferentes y congruentes.
ResponderEliminarLas letras B y V están pegadas en el teclado, es normal que el dedo se despiste. No te preocupes Umbrío.
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