La saguia con agua
La Saguia seca
Vientos de guerra
Nuestra casa estaba en la bajada al río Saguia el Hamra de aguas intermitentes; un cauce seco de color rojizo la mayor parte del año.
Mi padre era maestro albañil al cargo de una cuadrilla de hombres en El Aaiún, capital del Sahara Occidental español. Nadie como ellos para trazar muros, colocar las reglas y miras, vigilar el cierre de los cargaderos y nivelar el rasado. La mayoría de las casas eran de techos abovedados y ventanas enjutas. Para octubre de aquel año cuarenta y seis acabaron la escuela y vivienda del maestro, en la Avenida del Ejército. Pronto edificarían la iglesia de San Francisco y el hospital.
Yo prefería jugar con mis vecinos en la saguia que ir a la escuela. Por compañeros, Ataf y su hermana Munia, hijos del saharaui administrador del pozo.
Munia solía contarme historias bajo las palmeras de la ribera del río, frente al cuartel de la legión que parecía un palacio si se miraba con los ojos entornados. Ella le hacía versos hasta al agua pantanosa llena de mosquitos, al abrevadero de camellos, a nuestras dos sombras unidas en una sola silueta.
El resto de su familia: abuelos, tíos e incontables primos, vivían en las jaimas del frig. En ocasiones me llevaba con ella a visitarlos. Todos me trataban como si fuera una princesa, aunque solo era una niña flacucha, manchadas siempre las grags de tierra y barro. A menudo, terminaba perdiendo las chancletas de suelas de corcho en la saguia.
Mucho más bonitas las jaimas que mi casa; a las paredes de la mía le salían dibujos.
Mucho más bonitas las jaimas que mi casa; a las paredes de la mía le salían dibujos.
—No son dibujos, tonta, es la maldita humedad del río —se quejaba mi madre desesperada con la brocha de encalar en la mano. Donde yo veía animales fantásticos, demonios y ángeles…, ella, solo muros desconchados.
Durante parte de la adolescencia dejé de lado a Munia. Tenía nuevas amigas que se burlaban de mí al verme con la mora. Fue una breve etapa de ausencia en la que Munia no me hizo ningún reproche.
El pocero construyó en su patio un pequeño hammam. Los viernes tomábamos baños de vapor, casi siempre las dos solas, sin su madre. Munia se hizo mujer antes que yo. Sus pechos de grandes areolas teñidas de rojo con henna. Yo también tinté las dos insinuaciones de mi incipiente seno. Me enseñó a depilarme con una mezcla de azúcar y limón, y a suavizar la piel con aceite de argán. Procuraba que mi madre no me viera sin bragas, pues tenía el pubis tan liso como los de mis muñecas.
Una tarde, aquel lugar ya no fue un cuarto en penumbra lleno de vaho y sahumerios. Era una comunión en un templo con sus dos altares. Fue matriz y resurrección. Un milagro húmedo. Por instinto y por pasión, nos tocamos, miramos, besamos, lamimos, amamos. No hubo una oquedad, ángulo o vértice, valle o loma que no recorriéramos.
Los viernes nos consagrábamos la una a la otra con devoción y en silencio. El resto de la semana hablábamos mucho. Un día le dije a Munia que su Dios y el mío nos condenarían al infierno por lo que hacíamos.
—Dios no puede entrar en el hammam.
—Dios está en todas partes —contesté.
—No en el hammam, ni siquiera él puede ver a las mujeres desnudas. No deberíamos hablar de lo que hacemos, Dios nos puede escuchar.
A pesar de nuestro secreto y temores, éramos felices, y entonces, nuestros vengativos dioses, celosos de nuestro amor, nos castigaron.
A Munia la prometieron y la casaron.
—Es mi destino y la voluntad de Alá.
—Es la voluntad de tus padres, ni siquiera conoces a ese hombre… ¿y qué pasará con nosotras?
Me tapó la boca con sus manos.
Casi por el mismo tiempo, mi madre me dio la noticia de que nos marchábamos del Sahara.
—Ya no puedo más, estoy harta del siroco, de la suciedad, de los moros…
Para su asombro, no protesté.
Nos escribíamos cosas que pudieran leer el marido, el suegro, los cuñados…, todos ellos tutelando a Munia. Su última carta fue al poco de morir Franco. Mientras, miles de marroquíes con pancartas y fotos de su rey Hasan II avanzaban hacia el Sahara aún español. En la trastienda política ya se habían firmado los acuerdos de Madrid cediendo el territorio a Marruecos y a Mauritania. En ella me contaba Munia sobre el Polisario, la inminente guerra, su preocupación.
Luego no supe nada más.
Unos años más tarde recibí noticias de Ataf comunicándome la muerte de su hermana. Ocurrió en el éxodo masivo de saharauis de enero del 76 huyendo hacia Argelia. Cayó, como tantos otros exiliados, bajo las bombas de napal y fósforo blanco. Enterraron los cuerpos que pudieron, demasiados, sin marcar las tumbas improvisadas. Pronto el siroco las cubriría de arena y olvido.
Todos los veranos, los padres de la pequeña autorizan a que viaje, junto a otros niños acogidos, desde el campamento de refugiados de Tinduf, Argelia, hasta mi casa. Le hablo de su abuela, ella me dice en su gutural lengua hassaní que me quiere mucho.
Conocí y quise a otras mujeres; otras mujeres también me quisieron. A mi iniciática Munia nunca le pude decir lo mucho que la amaba.
Conocí y quise a otras mujeres; otras mujeres también me quisieron. A mi iniciática Munia nunca le pude decir lo mucho que la amaba.
En el horizonte marino de este suave atardecer, mientras acaricio los oscuros rizos de mi guayeta, el vaivén de una vela se hincha y se desinfla al conjuro del alisio.
900
palabras
Isabel
Caballero
GLOSARIO
El Aaiún.- El Aaiún o Laâyoune, es actualmente la ciudad más importante del Sahara Occidental. Al autoproclamada República Árabe Saharahui Democrática, la considera su capital, pero en la práctica se encuentra ocupada y administrada por Marruecos. Está situada junto al cauce seco del río Saguia el Hamra. Durante el colonialimo y hasta diciembre de 1975 fue considerada la capital del Sahara Occidental español.
Frig o Al Frig.- Se trata de una serie de tiendas o jaimas agrupadas en un espacio llamado “manzla, donde se reúnen todas las condiciones de producción: rebaño, pastores, artesanos, de un lugar destinado a la plegaria “amsala”, que suele ser un espacio plano cubierto de arena y rodeado de piedras, (un recinto sagrado)
Frig o Al Frig.- Se trata de una serie de tiendas o jaimas agrupadas en un espacio llamado “manzla, donde se reúnen todas las condiciones de producción: rebaño, pastores, artesanos, de un lugar destinado a la plegaria “amsala”, que suele ser un espacio plano cubierto de arena y rodeado de piedras, (un recinto sagrado)
Guayete/guayeta.- Niño o niña.
Henna.- La henna alheña o arjeña, es un tinto
natural de color rojizo que se emplea para el cabello y técnicas de coloración
de la piel.
Hammam.— También conocido como baño árabe, turco o
hamán. Es una modalidad de baño de vapor que incluye limpiar el cuerpo y
relajarse. Por extensión se denominan igualmente así, los edificios públicos en
los que estos se encuentran.
Hasaní o Hassanía.- Dialecto del idioma árabe-magrebí hablado
en la región desértica del sroeste del Magreb, entre el sur de Marruecos,
Argelia, Sáhara Occidenta y Mauritania, también en zonas de Malí, Níger y
Senegal.
Jaima.- La jaima, jayma o haima, es una tienda de campaña de los
nómadas del norte de África. Es considerada como la primera unidad social de la
sociedad saharaui.
Polisario o Frente Polisario.- Movimiento de liberación nacional del Sahara Occidental, para acabar con la ocupación de Marruecos y conseguir la autodeterminación del pueblo saharahui. El Frente Polisario, es el sucesor del Movimiento para la Liberación del Sahara de finales de los 60, dirigido por Mohamed Sidi Brahim BASIR, desaparecido a manos de la policía territorial española.
Polisario o Frente Polisario.- Movimiento de liberación nacional del Sahara Occidental, para acabar con la ocupación de Marruecos y conseguir la autodeterminación del pueblo saharahui. El Frente Polisario, es el sucesor del Movimiento para la Liberación del Sahara de finales de los 60, dirigido por Mohamed Sidi Brahim BASIR, desaparecido a manos de la policía territorial española.
Saguía
el Hamra.-
Significa "La acequia roja". Su denominación proviene del torrente del mismo nombre que desemboca, cuando lleva agua, a unos kilómetros al oeste de El Aaiún, muy cerca de su puerto.
Disculpad compañeros por la mala calidad de las dos postales, tiene muchos años. Eran de mi señor padre, están muy viejitas y estropeadas, esta mañana les saqué unas fotos porque me vienen de perlas para la historia.
ResponderEliminarAy, Isabel, qué bonito! Un relato que respira nostalgia, impotencia y dolor por lo perdido. Me gustan mucho estas historias tuyas sobre el Sáhara, recuperas un tiempo que está muy olvidado y una guerra ya totalmente desconocida. Un beso grande y mucha suerte. Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. En los relatos del Sáhara pongo un énfasis personal, y creo que eso se nota.
EliminarUn beso Marta, suerte para ti también.
Qué historia más intensa, Isabel, trisre y dura como la vida misma.
ResponderEliminarEl primer amor verdadero, ese que se queda arraigado en nuestro entendimiento y, sin ser conscientes de ello, queda ahí de por vida.
Relato de amores pasados mezclados con tabúes e historia española, lo que le da un tinte aún más dramático y profundo. Esa época queda genial dentro de la historia del primer amor que nos relatas; qué duro debe ser abandonarse a una tradición que no se comprende, pero que se tiene tan adentro que se lleva como si nada.
Me encantó, Isabel, muy profundo y con un sentimiento brutal.
Por cierto, es increíble como cambia el paisaje en aquel lugar, que un río desaparezca me parece impensable.
Un fuerte abrazo.
Hola Pepe, es verdad lo que dices, las primeras vivencias importantes, y ya no solo en el amor sino en todos los ámbitos de la vida, suelen dejar una impronta.
EliminarLo del sentimiento que me comentas, no me resulta fácil, me tengo que poner en "situación", como los actores, vamos que tengo que creermelo para que resulte verosímil lo que intento contar.
Sobre lo que me dices del río, es así, tal cual, y a raíz de tu comentario (me haces pensar), acabo de cambiar la primera línea dle relato en la que digo "río intermitente", lo cual es imposible e impensable, desde luego, y puse río de aguas intermitentes.
Gracias Pepe por tu ayuda y comentario. Deseando leerte a ver que nos cuentas esta vez.
Bueno, bueno, buenooo....!!! Qué pedazo de relato para el concurso, querida escritora y amiga Tara, me has dejado obnubilada, vamos que has hecho un trabajo concienzudo y de categoría para subir directo al podium. O sea, que ya me puedo preparar, porque has puesto el listón bien alto.
ResponderEliminarSubrayo este matiz de profundo romanticismo en el buen sentido de la palabra, es decir, sin afectación alguna, ya que has abordado con elegancia y naturalidad el tema algo tabú todavía del amor lésbico. Y con otro buen ingrediente añadido, la tragedia épica, ese triste acontecer bélico que cercena la vida de tantos inocentes que participaron de aquella célebre Marcha Verde o el éxodo del pueblo saharaui, unos años después de la muerte del dictador español.
Me ha gustado el detalle por tu parte de incluir el glosario de estos curiosos términos que aparecen a lo largo de tu historia. Gracias, Isabel.
A título de sugerencia:
--->"Mucho más bonita las jaimas que mi casa" (quinto párrafo) - hay error de concordancia de número, es decir debería ir el nombre o sujeto en plural: Mucho más bonita(s) las jaimas que mi casa.
Un beso y mi enhorabuena por tu dominio narrativo.
Muchísimas gracias Estrella, de verdad... gracias.
EliminarYa se va perdiendo la memoria y la empatía con la causa sahariana. España tuvo una responsabilidad política importante, primero como colonizadores, y sobre todo por abandono de los saharahuis, ahora apátridas desde hace ya casi 45 años. En fin...
Sobre el relato, y la parte íntima de las dos amigas, no sabía bien como enfocarlo, tenía mis dudas... opté por no ser demasiado explícita o gráfica, ni tampoco , como dices, afectada y poco natural.
Que me alegra mucho que te haya gustado Estrella, y ya corregí la ese que se me escapó.
A ver con que nos sorprendes tú, Estrella. Un cariñoso abrazo, y hasta muy pronto.
¡Magnífico!
ResponderEliminarGracias Javier :)
ResponderEliminarHola Isabel!!! Muy hermosa tu historia. Me reafirmo en lo dicho: eres una excelente escritora. Por cierto, acertaste con lo de Adán y Eva. La pareja bíblica fue mi fuente de inspiración para "Corazón en Llamas". ¡Qué arte tienes! Besos y mucha suerte en el Tintero (aunque, a decir verdad, no la necesitas dada la gran calidad de tus escritos).
ResponderEliminarYa sabes Isabel lo mucho que disfruto con tus relatos,... la temática, que en este tema mucha gente desconoce, la verisimilitud de la historia, la variedad y el colorido de los personajes,... y como siempre, especialmente me fascina el "tempo" que imprimes a la historia,...
ResponderEliminarConozco un poco de la historia de Sahara español (incluso tengo una bonita colección de sellos de la época colonia, así que disfruté enormemente de tu relato.
Lo guardo para releer. Un abrazo.
ResponderEliminarUn relato soberbio, Isabel. Tanto por el contenido como por la manera en que lo cuentas. Nada más que añadir. No hace falta desearte suerte, ya la tienes por esta cualidad para saber contar bien. Felicidades por el resultado.
ResponderEliminarQué relato tan bonito y sentido. Si las colonizaciones son malas, las descolonizaciones, por la forma de hacerlas, son aún peores. Se dejó a los saharauis abandonados a su suerte y así siguen. En tu relato el amor une a ambos pueblos a través del tiempo y la distancia. Por no hablar de lo maravillosamente escrito que está.
ResponderEliminarTuvo que ser toda una experiencia vivir en aquel lugar y compartir juegos y sentimientos con sus niños.
Un beso y mucha suerte en el concurso.
Hola BERI. Muchas gracias por tus palabras... sobre Adán y Eva lo vi clarísimo, no es mérito mío, diste pistas más que suficientes. Luego me paso de nuevo por tu paraíso perdido y te digo más, ¿vale?
ResponderEliminarGracias NORTE. En casa también tenemos algunos sellos de la etapa colonialista, y sobre todo una colección de postales impagables (que ahora comercializan a precio de oro en las redes). Mi padre encargó a un fotógrafo francés, Philiphe Martín, un reportaje de fotos por l aantigua colonia española. En algunas excursiones, siendo muy niña, lo acompañé, por ejemplo a Smara la "santa",(donde nació el revolucionario/héroe BASIRI) Quien me lo iba a decir cuando hicimos noche en Smara y resultó inolvidable para mi. Nada... que llevo el siroco en vena, ya ves.
MAMEM... por aquí estaré, no me pienso mover hasta que vuelvas , quiet apará :)
CARMEN Gracias compañera, espero que tú también participes de este estupendo reto que nos pronone el amigo David.
ROSA, al contestar a NORTE también te contesto a ti. Mi infancia fue inolvidable, y le sumo de adulta mis vivencias en Melilla y el resto del Magreb, de donde saco algunas de las historias que escribo. Vuelvo a disculparme, Rosa, por no participar en el resto de los blogs que no concursas, entre Café Literautas y Tintero de Oro se me va el tiempo..., aunqu esta mañana me dio tiempo a leer tu reseña, tan bien escrita que ya tengo pedido LAS HIJAS DE OTROS HOMBRES, no me pude resistir.
Gracias compañeros. hasta pronto.
No te preocupes, Isabel. Sé el tiempo que lleva el concurso de el Tintero de Oro. De hecho esa es una de las razones por las que no participo en el concurso en sí y solo lo hago con reseñas. La otra razón es que las reseñas se me dan mucho mejor. Los relatos, ante maestros como tú y otros participantes, no tienen mucho que hacer.
EliminarME QUEDÉ SiN PALABRAS, no conozco nada de tu cultura y vida. Con razón congeniamos, mi Capitana. EXCELENTE, ya deberían de darte el famoso (y esquivo) Tintero.
ResponderEliminarEl Grumete
jajja Holaaa Jean Loup, ¿qué tal tu vida grumete?
EliminarBueno, no son tan esquivos los tinteros, mis compañeros han sido generosos y me han regalao unos cuantos.
Voy a ver que se cuece por tu casa... voy voy...
Hola saludos, un relato histórico romántico muy bien narrado, donde aprendí un poquito sobre esos pueblos que mencionas. Saludos desde Venezuela
ResponderEliminarHola, Tara. ¡Qué bonita historia!Qué nivel!
ResponderEliminarJustamente hoy descubrí toda esta historia de Marruecos y España, así como otros "chimentos afines" de temas que no conocía con exactitud. Así es que me iluminaste el aprendizaje con esta sentida experiencia en primera persona. Las fotos y la memción a tu papa le dan un tinte autobiográfico muy expresivo.un abrazo.
"Tu papá"."Un abrazo". Perdón por los patinazos de mi dedo.
EliminarQué decir que no hayan dicho ya tus comentaristas más avezados que yo en la "critica literaria", je,je.
ResponderEliminarTu estilo narrativo es envidiable, como llamativas son la gran mayoría de historias en las que están inspirados tus relatos, especialmente los basados en hechos reales (suena como en el cine) y contados con tanta natutalidad (e incluso diría lirismo). La jerga que utilizas en tus historias, tanto del norte de África como de las islas Canarias, es un valor añadido que le da esa naturalidad y espontaneidad tan tuya.
Y qué decir de las vivencias que nos cuentas, esos recuerdos inolvidables y tan íntimos. En definitiva, decir que me ha encantado es poco.
Un abrazo y te deseo mucha suerte (que la mereces) en el concurso.
Hola RAQUEL, muchas gracias por tu valoración. A ver que nos tienes preparado tú, compañera.
ResponderEliminarHola BEBA y JOSEP Mª, muchas gracias compañeros. Os respondo que el relato no es exactamente autobiográfico, viví por esas tierras como hija de colonizadora (sin ser consciente de que lo era), muchos años más tarde que el 46 o 47 que menciono en relación c las construcciones de las primeras casas en El Aaiún, inicialmente solo un poblado reducido; quise rendir un pequeño homenaje, sobre todo a las cuadrillas de albañiles oriuendo en su mayor parte de Fuerteventura, aunque bajo el mando de arquitectos militares. Hay toda una historia detrás de esto.
No suelo compartir mucho de mi vida personal por privacidad y pudor, pero os cuento que mi padre, al trabajar en la llamada Secretaría General, estaba al tanto de las movidad políticas y decisiones que se tomaban, entre ellas la muerte de Basiri en el año 70, y los inicios del Polisario y su posterior represión. Tengo algunos documentos originales, otros muchos se perdieron o se tiraron porque la familia no éramos consciente del valor histórico y vivencial. Vamos, que podría escribir unas cuantas historias en torno a esto, archivos hay, y luego mi etapa vivencial.
Un fuerte abrazo amigos, gracias de nuevo.
Guau que interesante , si la historia es fascinante y de eso tiene mucho nuestra homenajaeada de lo que el viento se llevó.Espero les guste lo que escribí,está vez, aunque competir con ustedes es un gran desafío para mi.Hago el intento. Saludos desde Venezuela
EliminarHola de nuevo Raquel. Estoy leyendo tu "mañana será otro día", buena historia, ya te diré compañera. Hasta luego.
EliminarGracias por su atención, leerme y darme palabras de aliento y estímulo para seguir avanzando en mi aventura de escribir.
EliminarHola Tara, magnífico trabajo.
ResponderEliminarCuantas historias en una sola. No le hacen falta fotos gracias a la cantidad de instantáneas que nos brindas con tu escritura (por cierto, qué bonito me ha quedao).
Dulce y duro a la vez, me ha encantado, de diez, como dices tú.
Un abrazo
Siii, te ha quedado de lujo :))
ResponderEliminarGracias Paola, un abrazo apretao.
Buenas, Tara.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu historia y la situación tan complicada en la que pones a los personajes. Tuvieron que tener mucho valor para hacer algo así en aquella época, aunque al final acabase de esa manera.
Un saludo.
Hola Irene. Casualidad, acabo de comentarte en café tu estupendo relato de la avispa elefante. Muchas gracias por tu valoración, y sí, supongo que tuvo que ser difícil en esa época para cualquiera que no respondiera a las normas morales en la España Franquista, moralista y católica apostólica, donde la sexualidad abierta era un tabú, y los homosexuales o lesbiana tenían pena de carcel y el ostracismo social.
EliminarDifícil.
Gracias Irene, a ver si te animas con alguna historia.
Hola Isabel. Es en los relatos en los que narras vivencias de tu infancia y juventud en los que se aprecia esa autenticidad de quien escribe de algo que conoce y que siente, y eso tiene su reflejo en la calidad del resultado final. Un relato que transmite sentimiento, sin aspavientos ni artificios, sino llevándonos a través de la historia y sus personajes, como dicta el buen hacer.
ResponderEliminarHay un trasfondo histórico, que sabes que siempre aprecio, naturalidad e inocencia en las vivencias de las dos niñas que despiertan al sexo, y ese miedo atávico a sentir que nos ha inculcado la religión, que sin embargo es burlado por las niñas convenciendose de que el ojo inquisidor no puede llegar a su rincón privado.
Triste final con la muerte de Múnia y el abandono del pueblo saharaui, aunque despunta la esperanza con la muestra de solidaridad que todos los años trae a niños de esa comunidad a pasar aquí el verano.
En definitiva buena apelación a los sentimientos del lector, y un trabajo de calidad que sin duda será reconocido. Un abrazo y suerte.
Aprecio mucho tu comentario Jorge.
EliminarMe gusta que hayas mencionado el miedo atávico, pues sin que fuera demasiado explícita en el relato (dejé que las dos chicas hablaran por la autora)
Gracias, a ver que sorpresa nos preparas tú en esta ocasión.
Hablando del Sahara, estamos sufriendo un siroco o calima tremendo por estas islas, de los más fuertes de los últimos años, tanto que se ha activado alerta e incluso el cierre del aeropuerto en Gran Canaria. No queda otra que quedarse en casa y cerrar puerta y ventanas. Bueeno, así me da tiempo de escribir y comentaros.
Hasta pronto Jorge, te doy de nuevo las gracias.
Hola Isabel, una historia que ahonda en el cauce de los sentimientos y el conocimiento, por esa niña, por ese amor, por esa historia tan tuya, tan nuestra. Qué prefiriera esa familia irse a Canarias, es por proximidad y por el tire de la tierra, pero esa arena que te llega del desierto es un recuerdo constante de que también existieron aquellas raíces, en el Aaaiún. No es la primera vez que hablas de este lugar al que le salen cada vez más personajes. Da para un libro compañera. Un abrazo
ResponderEliminarEn eso estoy, en lo del libro digo.
EliminarGracias Eme.
Tara, Tara, compañera y maestra, ¿ qué he de decir de tu historia cuando otros lo han dicho todo y mucho mejor que yo? Es un relato perfectamente estructurado, conmovedor y preciso, y tan verdadero como su autora.
ResponderEliminarSolo me falta tu voz. Cuando te leo, me siento como una niña a escucharte y maravillarme. Otro aplauso y otro abrazo.
Juana, Juana... eres un cielo. No tienes ni idea del alegrón que siento cuando alguien "me escucha" con la atención que tú lo haces. Me da la impresión de que te leo con voz, y tu me escuchas con sentimientos.
EliminarGracias Juana.
Ah, y gracias por el glosario.
ResponderEliminarIsabel, como se nota que prefieres apoyarte en sucesos de la historia para darle vida y colorido a tus relatos. Una historia plagada de nostalgias, de vivencias ricas en matices y emociones duraderas.
ResponderEliminarMe ha gustado como nos introduces y nos llevas a conocer esos personajes, sus alegrías y tristezas y todo ese paisaje que compone tu obra literaria tan exquisita y delicadamente narrada.
Me encantó ese detalle de ver animales y otras cosas en las manchas de humedad de las paredes, es algo que suelo hacer aún a esta edad en los diseños de los mosaicos, las nubes y en las mismas manchas de las paredes, ja, ja, también el detalle de la discusión sobre Dios y el hamman, ambos detalles nos dejan ver la existencia de los diferentes puntos de vista, o sea, cada cual ve a su manera las cosas, y cree en lo que ve o prefiere ver, sin tener mayores consecuencias.
Gracias por las fotografías, creo que lucen bien conservadas, y por el glosario, así nos documentas mejor y familiarizas con ese lugar que debe ser encantador a pesar de todo.
Grata semana para ti.
Pues apúntate conmigo, Harolina, a ver dibujos donde solo hay manchas. No sé si conoces la obra del pintor Tapia, cuando lo descubrí pensé ¡Anda... cómo los dibujos de mis paredes! ¡Tal cual!
EliminarGracias a ti Harolina.
Bueno, Isabel, creo que con este extraordinario relato vas a recuperar los lugares de honor, que habías perdido en la última convocatoria. Sin duda, tu historia apunta bien alto. Con tu reconocido talento para recrear paisajes y personajes, nos conviertes en espectadores privilegiados de la hermosa y atribulada relación entre la protagonista y Munía, su amor del desierto. A destacar la fuerza plástica y calidad literaria con que describes los escenarios del Sáhara, las costumbres de sus moradores, el trabajo de albañilería del abuelo, las casas con "sus dibujos" de humedad, y, especialmente, esa pasión prohibida, en una escena inolvidable, que rebosa sensualidad y ternura. Y todo ello, muy bien contextualizado, en unos tiempos de gran tensión bélica que todos vivimos de niños y adolescentes.¿Cómo olvidar esa "Marcha Verde" que parecía no iba a terminar nunca?. Rematas con un final, triste aunque esperanzador, con esa Munia casada a la fuerza, que sigue viviendo en su pequeña hija, así creo que lo vive la protagonista.
ResponderEliminarMucha Suerte en El Tintero, aunque, la verdad, no creo que la necesites. Un abrazo, Isabel.
Gracias Paco ¡Anda que tu Mambrú no se queda atrás colega!
EliminarLa niña es la nieta de Munia, pasaron muchos años desde su muerte, y aunque no hablo de los supuestos hijos, (no se puede contar todo en 900 palabras), se presupone.
Muchas gracias Paco por tus palabras, siempre eres un chute de ánimo, y es un gustazo tenerte de compañero.
Ya sabes que la suerte es relativa, no solo depende de lo bien o lo mal que lo hagamos, también depende del gusto personal del lector, por eso casi nunca deseo suerte a mis compañeros, porque todos os mereceis tinteros de platino solo por participar.
Un amrazo amigo Paco.
Pronto iré a leeros a todos, con esto del siroco y calima en las islas, me he retrasado. Y ahora el jodido virus del corona en la ísla vecina. ¡Ufff!
ResponderEliminarImpecable tu relato, Isabel, con tantos datos conocidos de primera mano. Ha quedado muy completo con esos detalles y la osadía del amor lésbico.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, un abrazo y suerte!
Muchas gracias Carla, me alegra que te haya gustado. No me hables de osadías, que el tuyo se sale :)) (acabo de leerlo)
EliminarUn abrazo y pronto iré a comentarte Carla.
Juro por Snoopy que creí dejar un comentario desde el principio y veo con sorpresa que no fue así. mil perdones.
ResponderEliminarEl relato a parte de emotivo y lleno de nostálgicos pensamientos basados, sino en hechos reales vividos en primera persona, en recuerdos muy sentidos por la escritora; osea tú.
Se nota que la documentación está implícita en la narrativa que destaco por su ritmo y fluidez. Una historia muy trabajada y emotiva.
Enhorabuena Isabel.
Un abrazo.
Hola Francisco, no hay nada que perdonar amigo.
EliminarGracias por tu lectura y apreciaciones, es un relato en el que he me he implicado, me alegra que lo hayas notado.
Un abrazo Francisco, desde que pueda voy a por el tuyo.
Un precioso relato sobre un amor prohibido, aún en los tiempos que corren. A nuestra protagonista le corroe el no haber podido clamar a los cuatro vientos el amor que sentía por Munia, y paga su condena derrochando amor sobre su nieta.
ResponderEliminarUn placer como siempre leer tus relatos. Mucha suerte en el concurso.
Muchas gracias Bruno. El amor prohibido es lo que tiene ;)
ResponderEliminarIsabel, no sé si he leído o he visto tu relato. Imagino el río intermitente, aunque lo hayas cambiado por aguas intermitentes, discurriendo entre la aridez de una tierra hostil e infértil, donde curiosamente florece una maravillosa relación. Me quedo deslumbrado por la luz y por las estampas que nos ofreces del paisaje y paisanaje, con la bella sonoridad de los nombres árabes que se pierden en el silencio del desierto o entre la algarabía de sus gentes. Me encanta el encuentro sensual o erótico en el hammam obviando a ese Dios omnipotente u omnipresente y a los pecados impuestos por una sociedad que prefiere tener miedo que placer. Como colofón el trágico final de Munia en un éxodo que nos debería avergonzar y el recuerdo de la narradora al acoger a la nieta. Genial el último párrafo, contemplando ese horizonte marino, acariciando los rizos de su guayeta y acariciada por un suave alisio. Una joya, Isabel. Un abrazo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarEn general, tú lo has dicho, las religiones ahogan el placer aplastándolo con el miedo. Es lo que había, y aún, en determinadas sociedades sigue habiendo.
ResponderEliminarMe ha emocionado mucho, pero mucho, tu comentario Jose. Sé que lo dices a corazón abierto y que disfrutas cuando lees algo que te gusta (a mi me ocurre con tus historias), y es un verdadero milagro el podernos emocionar los unos a los otros.
Pronto te comentaré tu bukoswkiano relato de poesía y amor. Grande.
Saludos Isabel, una historia muy bien hilada,muy descriptiva, de romance y tristezas. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarSaludos Mery, muchas gracias por tus impresiones compañera.
EliminarNos vemos en la Gala.
Isabel me has trasladado a esa tierra inhóspita en el Sahara y esa historia tan bien trazada como sueles acostumbrarnos. Ese amor prohibido de las amigas. Me ha encantado y tienes ya sitio en el podium. Un abrazo.
ResponderEliminarQue bueno que te gustó Mamen. No sé si tendré sitio en el podium, hay buenos relatos por aquí...lo que si que tengo es un lugar para todos vosotros con este intercambio de cuentos y relatos que nos traemos.
EliminarGracias amiga Mamen.
Leer tu relato fue como un magnífico sueño de esos que te da pena despertarte. He imaginado en mi cabeza cada detalle del escenario mágico que nos describes.El contexto historico trazado con rigor y el familiar/ amoroso es pura emoción. Tu prosa me resulta ante todo muy honesta y es precisamente lo que la hace tan especial.
ResponderEliminarUn abrazo compañera.
Pues no sabes lo contenta que me dejas sabiendo que has recreado en tu cabeza la historia que he contado. Es lomejor que me podrían decir, todo un privilegio para mi, Araceli, contar con tus ojos.
EliminarGracias.
Me ha gustado mucho tu historia. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu visita, Rocío. Y yo te invito a participar en la próxima edición de Tintero de Oro.
EliminarOtro abrazo para ti.
Leyendo tu relato se aprecia la autenticidad de todo lo que narras, los lugares y los hechos están descritos con todo detalle.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Muchísimas gracias Puri. Un cariñoso abrazo y hasta la Gala... a ver con qué nos sorprende el bueno de david esta vez. Tengo curiosidad curiosa :))
EliminarBonito, muy bonito. No digo más.
ResponderEliminarGracias, muchas gracias David. Yo tampoco digo más :))
ResponderEliminar¡Enhorabuena, querida Isabel, por tu flamante y bien merecido primer premio en El Tintero!
ResponderEliminarBesos.
La primerísima en venir a felicitarme. Gracias Estrella. Muchos besos.
EliminarY enhorabuena por tu estupendo puesto Estrella.
EliminarEnhorabuena por tu merecidísimo tintero, Isabel, ya lo dijo alguien nada más empezar eso de "Tara" era premonitorio. Un abrazo!!!
ResponderEliminarPues sí Pepe, lo tenía a "web" con ese nombrecito.
EliminarGracias compañero, felicitaciones a ti también.
Muchísimas felicidades, Isabel! Gran relato y merecidísimo Tintero. Un beso grande.
ResponderEliminarGracias Marta, ha sido estupendo participar. Besos.
EliminarHola Isabel, felicidades por ese merecido Tintero de Oro, con un gran relato que ha tenido justa recompensa. Un abrazo y a cuidarse.
ResponderEliminarGracias Jorge. Felicidades también a tí compañero.
EliminarENHORABUENA, Isabel, por tu flamante y merecido Tintero de Oro. Celebrándose la Gala en Tara, ya estabas un poco predestinada, pero tú, además, le echaste una mano al Destino con tu vigoroso relato sahariano. Otro más, para tus nutridas vitrinas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amiga canaria, y cuidado con el virus monárquico.
Gracias Paco, igualmente.
EliminarSí sí tendré cuidado, y encima el bicho, además de dañino, coronado ¡puag!
A ver como se te da el reto de ciencia ficción, seguro que de película.
Ah, y por supuesto, me siento afortunado por acompañarte en el podium.
ResponderEliminarNos vemos en Marte, que allí estaremos a salvo de la Pandemia.
¡¡¡Felicidades, Isabel!!! Me alegro mucho por este galardón. Es un relato increíble y has obtenido un premio merecidísimo, en superlativo, como el relato. Un beso y un abrazo, aunque ahora estén prohibidos.
ResponderEliminarHola Jose. Gracias. Venga ese abrazo!!!!!
EliminarHola, Isabel.
ResponderEliminarLo primero es felicitarte. Por el premio y antes, o a la par, por el relato, porque el uno no habría llegado sin el otro.
Me ha paredico magnífico. Cómo has conjugado el amor —AMOR— prohibido con el momento histórico y las descripciones magistrales del lugar y costumpres. Es todo elegancia y un trabajo previo de información poseída y adquirida. Acompañar dos fotos le da valor y muestra un rasgo del corazón de la autora.
Una gozada.
Muchas gracias Isan, por tus apreciaciones y felicitación.
EliminarUna de las cosas buenas de ganar un tintero de oro, es que tenemos el privilegio gestionado por elcompañero director de orquesta, David Rubio, de que nos haga una corrección de texto una profesional cómo Grisel R. Núñez, así que ando limando alguna propuesta que me ha sugerido.
¿No te animas a participar en Crónicas Marcianas?, el CIFI tampoco es lo mío, pero mira, nunca es dicha si la tarde es buena.
Un abrazo y nos vemos muy pronto en Café Literauta