Don
Jacinto padecía de alergia primaveral.
Además de tener aversión a las flores,
sufría cierta ansiedad, pues tenía
merecida fama de gafe.
Sus
compañeros intentaron animarle.
—Ahora,
ya jubilado, podrás dedicarte al arreglo
de bonsáis.
—Quita,
quita, ¡se me está agravando la puñetera antrofobia! —respondió.
Al
término del ágape tomó aire dispuesto a
soltar el discurso memorizado. Cuando
iba a pronunciar sus primeras palabras, los pétalos de flores del centro de
mesa se desprendieron de sus corolas, levitaron unos segundos para asombro de
todos y fueron a parar a la cara del disertador. Una margarita colgaba de su
bigote y de los escasos pelos de su cabeza, rosas y jazmines.
A
la espera de que estudiaran su extraño caso no salía de casa dada su mala
suerte. Asomado a la ventana para tomar
el fresco, una maceta de geranios cayó desde la terraza del ático sobre su cráneo matándolo al instante.
Desde
los parques y jardines; desde los puestos de flores; desde las macetas de balcones y ventanas…, volaban toda clase de
flores hasta cubrir por completo el coche funerario. Más bien parecía una
alegre romería que un cortejo fúnebre.
En
el cementerio, las coronas procedentes
de otras tumbas se estrellaban contra el nicho de don Jacinto. Las
autoridades, alarmadas, decidieron
exhumar e incinerar el cuerpo, esparciendo después sus cenizas en altamar.
Algunos navegantes cuentan sobre el misterioso avistamiento
de un cada vez más creciente círculo de colores flotando entre
las olas. El olor a flores nadie lo puede explicar.
250 palabras
Isabel Caballero
Vaya por Dios Santo, este pobre hombre ni aun muerto podia escpar a su fobia, y eso es otro apunte: Si tienes una fobia esta te persigue para destruir tu vida, como se ve aqui con Don Jacinto.
ResponderEliminarPorque otra cosa seria tener una fobia y no saberlo (diriamos... 'potencialmente fobico')
Sin embargo hay belleza en todo esto, por los colores y aromas que se desplegaron de mod exhuberante en el relato.
Muy bien narrado, me alegra haberte leido.
(el teclado me ha jugado algunas malas pasadas....se comio algunas letras en mi comentario anterior --las erratas son: escpar por escapar, y mod por modo)
EliminarPuestos a contar sobre fobias le añadí la carga de estar gafado. ¿No querías flores? ¡Pues toma un cargamento!
EliminarSoy mala, malísima 😉
Gracias Jose.
Muy buen relato que retrata la tragedia de que las fobias nos determinen. Pobre Don Jacinto!
ResponderEliminarPobrecito es verdad, creo que me pasé con él.
EliminarGracias Ana.
Muy lindo relato, Isabel. Poético a pesar de la fobia. Podría decirse que es irónico, pero creo que las imágenes terminan dotándolo de cierta dulzura.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mirna. Una pizca de ironía no viene nada mal a una parodia de tragedia, creo.
EliminarCuidadito con las arañas, amiga.
¡Qué bueno, Isabel! Me ha encantado el tono tan próximo al realismo mágico (o surrealismo, mejor) que le has dado al cuento. Un personaje y una historia genial. El nombre del protagonista ya era premonitorio, jeje.
ResponderEliminarSi se hubiera llamado Pedro le lloverían piedras, mejor las flores, aunque hayan sido la causa de su muerte.
EliminarGracias Marta. Repito, tu microfobia me encantó.
¡Hola, Isabel! No quieres fobias, ¡toma dos tazas! Ja, ja, ja... Desde luego que la vida del pobre Jacinto no fue fácil y ni en la muerte encontró descanso, y espérate que esas flores en altamar no causen algún naufragio. Muy divertido micro en el que a través de ese realismo mágico que ya han comentado has conseguido que las flores sean realmente odiosas, tal y como las percibe quien les tenga esa fobia. ¡Estupendo aporte al reto! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David. Estoy encontrando divertido estos aportes de microfobias, a cada cual más dispar, así que muy agradecida por esta propuesta. ¡Un fuerte abrazo!
EliminarBuenísimo y genial micro, Isabel. Me ha gustado ese tono humorístico al tratar la fobia del pobre hombre.
ResponderEliminarAbrazos y muy feliz finde.
Muchas gracias Marina, a ver que fobia se te ocurre contarnos a ti.
EliminarBuen domingo, compañera.
Pobre hombre. La fobia lo persiguió hasta la muerte y más allá... lo que yo digo, nunca se superan solo puedes vivir a su pesar. ¡Muy buen micro! Poético a pesar de todo.
ResponderEliminarYo creo que más bien la fobia la tenían las flores al pobre Jacinto.
EliminarMuchas gracias MJ
Lo del relato de terror ya terminó, ¿no?
ResponderEliminarJa,ja,ja. Me ha encantado, Tara. Pobre hombre...
¡Anda! Es verdad... 😊
EliminarGracias Misterio
Hola, Isabel. Eres única imaginando. A una fobia catalogada (se nota que tiro de listado) le añades la propina como si no tuviera bastante. Gafe hasta el final y más allá. Estupendo micro. Un abrazo
ResponderEliminarLa imaginación es una herramienta potente, como sabemos todos los que intentamos estas cosas del escribir.
EliminarGracias Isan. Deseando leerte.
Hola, Tara. Menudo pájaro el Jacinto este, no iba de flor en flor que sería lo normal hasta encontrar la adecuada. Eran ellas las que en tropel iban detrás suyo. Algunos tanto y otros ni un triste cardo. Igual es por cosa del nombre que Jacinto es de flor y Percebe de molusco 😂😂🖐
ResponderEliminarHola Percebe... digo, JM
EliminarMás que tratarse de un picaflor, es al revés, un picajacinto.
Nos vemos en tu "Desfobiador"
Jummm... lo de las flores y ese Jacinto era algo personal. De seguro algo les hizo en su juventud para tanto aplique :-) .. Buen relato. Abrazos
ResponderEliminarVete tú a saber, Octavio, si se dedicaba a deshojar margaritas y estas y sus congéneres tomaron venganza 😊
EliminarGracias Octavio.
Buenas noches Tara. Y encima se llamaba Jacinto jajaja. Un relato muy bien escrito que te arrastra mediante el vuelo de las flores hacia ese final redondo, a mi me ha gustado. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro. Un cordial saludo, compañero, y reitero la bienvenida a Tintero.
EliminarTambién es mala suerte eso de padecer alergia y llamar a la mala suerte. Dos al precio de uno, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hoooola Josep. Claro, está gafado el Jacinto, ya lo dice el título y la fobia: antrogafefobia
ResponderEliminarJa ja. Más bien parece que las flores le tenían fobia a él y no él a las flores. Desde luego su reticencia hacia los coloridos órganos vegetales estaba más que justificada. Le tenían declarada la guerra. Y encima se llamaba Jacinto. Lo dicho: flores en guerra.
ResponderEliminarMe ha parecido un relato genial.
Un beso.
Gracias Rosa. Siempre tan generosa. A pesar de tu pequeño y más que merecido descanso, nos vienes a leer y a comentar a tus compañeros, esto habla muy bien de tu persona.
EliminarMe alegra que te haya divertido.
Un cariñoso beso.
Hola, Isabel!
ResponderEliminarFlores pesadas, cansinas o asesinas, jeje. Pobre hombre, dos fobias en una, y encima con alergias y un gafe casi maldito que lo siguió incluso después de habérselo llevado a la tumba. Buena esa manera en cómo has retorcido una trama que ya de por sí era sorprendente para acabar con un final casi poético, tierno y místico. Se nota que te lo has pasado bien, este reto promete mucho.
Un abrazo!
¿Qué tal Pepe?, es verdad, este reto está dando de sí, se ve que el mundo de las fobias nos ataca a todos jeje
EliminarUn abrazo, Pepe.
¡Hola, Isabel! ¡Madre mía! El pobre hombre no descansa ni muerto... no quiero ni imaginarme el suplicio, jaja. ¡Me ha gustado mucho tu relato, felicidades! Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminar¡Hola, Javier! Muchas gracias, ya iré pronto a leerte, compañero.
Eliminarinteresante lo que nos cuentas
ResponderEliminarHola Isabel,
ResponderEliminarAy pobre hombre, cuanta tribulación le causaron esas flores, y ni siquiera a la hora de su muerte. Esa persecución floral tan sanguinaria debieron ser las malas raíces de su desconocido pasado. Muy buena entrega de una antrogafefobia.
Saludo
Gracias Yessy. Pues conozco a una persona con antrofobia, pero no sabía como se denominaba la fobia. Lo que se aprende por aquí jeje
EliminarPobrecillo, las flores le acompañaron hasta la tumba, literalmente. Me ha encantado la mezcla de humor y ternura que has vertido en este micro. Además, esas flores empeñadas en arrimarse al pobre de Jacinto, tal como lo has contado, me ha recordado al estilo literario llamado realismo mágico.
ResponderEliminarEstupendo micro, Isabel.
Un beso.
Gracias Paloma, creo que la fobia debería llamarse antrojacinto.
EliminarUn beso.
Que desgraciado, pobre hombre.
ResponderEliminarBuen micro, con tu permiso me quedo por aquí leyendo.
Un saludo.
Estás en tu casa, Ángel. Gracias.
EliminarHola Tara, gran narración, muy imaginativa, y vaya persecución, mágica e implacable contra el pobre hombre, jajajaj me ha encantado saludos¡¡¡¡
ResponderEliminarGracias Milk, acabo deleer tu aporte. Muy bueno.
ResponderEliminarVaya, Tara. Pobre Jacinto. No sólo no pudo disfrutar de su jubilación sino que no en la muerte lo han dejado tranquilo.
ResponderEliminarMe he divertido un montón con tu relato. Un abrazo enorme.
Me he explayado con Jacinto, soy mala malísima je je
EliminarGracias Bruno, otro enorme abrazo para ti.
Aquí se cumple el dicho de: No te gusta el caldo, pues tómate dos tazas.
ResponderEliminarMe ha gustado ese humor teñido de irónico aroma floral.
Un beso.
jeje Francisco, más que dos tazas, dos ramos.
ResponderEliminarUn besazo.
Por cierto...¡anda que el pedazo humor que te has marcado con el tuyo! ¡Me encantó!
EliminarY tan extraño. Muy bien aderazado con tu imaginación y muy bien contado.
ResponderEliminarBuen relato.
Más extraña todavía es tu "hipopotomonstrosesquipedaliofobia"
EliminarGracias Macondo.
Un abrazo.
Muy bueno, que la muerte dio fin a su jubilación, pero adornado de flores allá donde fueron sus cenizas. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé yo si a Jacinto le habría gustado que hasta muerto le persiguieran las flores :)
EliminarGracias Mamen. Un abrazo.
¡Hola Isabel!
ResponderEliminarUn micro hermosamente narrado con todo y su nefasto contenido.
Creo que tu prota quedó marcado como gafe al nacer y luego al momento de declararle con ese nombre. Válgame Dios, qué vida tan mortificada y trágica, y pensar que la causa de sus mayores tragedias fueran las flores, suena a mofa, eso sí, le fueron fieles hasta el final y un poco más allá, ja, ja.
Vistoso y perfumado ese enigmático final. Feliz semana.
Gafe y alérgico a las flores ¡pobre!
EliminarMil gracias Harolina. Un abrazo.
Hola Isabel. Pues si que era gafe el pobre Don Jacinto, y su fobia más que justificada pues todas las flores se le pegaban, incluso después de muerto. Esperemos que al menos descanse en paz, ya que no deja descansar al resto de difuntos. Buen micro. Un abrazo.
ResponderEliminarLo dicho, una fobia antifloral, que ahora en serio, existe y doy fe de ello, la alergia total al polen y a las flores por muy bonitas que sean.
EliminarQue bien lo cuentas Isabel, pobre hombre lo perseguían las flores para su desgracia incluso después de muerto. Es que esa fobia se las trae, con lo bonitas que son las flores, pobre Jacinto y mira por donde tiene nombre de flor je je je.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Sí que son bonitas las flores, pero si lo piensas, Puri, son naturaleza muerta, cadáveres de lo que fueron. Mejor plantadas que cortadas.
EliminarUn abrazo, Puri.
Que le dejen descansar en paz sus fobias, me parece tremendo... y muy poético el final...
ResponderEliminar¡Puñeteras fobias! je, je
EliminarGracias Riol.
Hola Tara , me a gustado mucho tu relato pero es que a este no lo van a dejar
ResponderEliminardescansar ni después de muerto , ajajajaja te deseo una feliz noche, asido todo un placer el conocer tu bello rincón , saludos compañera.
No descarto volver otro día por aquí.
¡Menos mal que no te presenté a Jacinto cuando estaba vivo, pues con tu precioso nombre de Flor, iba a salir corriendo el buen señor.
EliminarVuelve cuando quieras, compañera, de aquí no me pienso mover.
Graciasss
Hola guapa , paso para decirte que me hago seguidora tuya
ResponderEliminarsoy la del árbolito de flores , saludos y que tengas un lindo día.
Estás en tu casa. Gracias Flor.
EliminarRelato de una fantasía original, lo que le quita crudeza a la historia. Ya sea por la fobia, el gafe, o la mala hostia de las flores. Me ha gustado cómo lo has narrado, mostrando esos hechos inverosímiles de una forma tan veraz.
ResponderEliminarMe ha gustado el micro. Un abrazo.
En efecto, Carlos, una historia puede ser veraz aunque los hechos sean inverosímiles. Me alegra haberlo conseguido y, sobre todo, que lo aprecies.
EliminarUn abrazo y hasta la próximo propuesta.
Buen relato, con ese toque de ironía. No quieres fobia, ¡pues tomo un ciento!. Hay que ser gafe. Te mata la maceta y después de incinerarte, las flores te siguen el restro.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Muchas gracias, Jose.
EliminarEspero que te animes también para el próximo reto, compañero.
Hola Isabel, ¡Pobre de tu personaje que hasta después de muerto sus peores pesadillas siguen acompañándolo! A pesar de su triste final, disfruté de la lectura y no pude evitar sonreír, no de su suerte, sino de ver las secuencias que tan bien describes. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarSí, Rosa, es una situación que, a pesar del desgraciado, puede sacar una sonrisa.
EliminarMuchísimas gracias, compañera.
A esto lo conozco por; "No quieres caldo, pues toma tres tazas" ja,ja.
ResponderEliminarHe disfrutado un montón con este micro, Isabel. Lo has condimentado con un humor exquisito al que no le falta buen olor (valga la redundancia). Siempre un placer leerte, tan pulcra en cada descripción.
¡Un abrazo grande!
¡Qué bien, Mila! Disfruto de tu disfrute (y valga también la redundancia)
EliminarUn cariñoso abrazo.
Pobre Jacinto. Estas flores son peores que las de mi jardín de la muerte, ellas por lo menos, sabemos que están malditas. Este hombre hasta su muerte jajaja se llevó arrastras esa maldición por las flores. Ojalá algún día descanse en paz. Jajajaja. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui.
ResponderEliminarComo título podría haberle puesto "Las flores del mal", lástima que me lo quitó Baudelaire ;)
EliminarSaludos desde Gran Canaria, compañera, y muchas gracias por tu tiempo y lectura.
¡Hola! Me ha parecido un relato muy original!! Este pobre hombre no solo tiene una fobia, sino que además es gafe. Genial ese juego de palabras en el título: "antrogafefobia". Y ese final en plan legendario... No sé, pero yo veo mucho humor negro en este relato je, je, je. ¡Muy buen trabajo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola hola, M.A. El humor que no falte, y si es negro mejor que mejor, aunque dado el mundo floral debería ser humor de colores.
EliminarMuchísimas gracias MA
Un fuerte abrazo.
Hola Tara! Menudo imán tenía este hombre! Muy divertido :)
ResponderEliminarGracis Mercè. Un saludo, compañera.
ResponderEliminarVaya que era gafe don Jacinto. Me ha encantado y si, a pesar del pobre Jacinto, a mí me ha divertido tu micro. He visto sobrevolar pétalos de diferentes colores en una sola dirección, dejando a su paso el aroma de las diferentes flores. La imaginación al poder. ¡Felicidades, Isabel!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias, María Pilar. Un abrazo de los fuertes fuertes.
EliminarHasta pronto.