Susto-sobresalto-angustia-alivio-vergüenza-desconcierto-asombro-sorna-resignación
En la última rotonda antes de la parada final, un coche como el de mi madre se ha estampado contra ella. Una mujer está tendida en la acera rodeada de personas.
—¡Mamá, mamá! —
grito angustiada desde la guagua.
Todo los
pasajeros a una exclamaron: ¡Pare guaguero!
—¡Qué Dios te
ampare! —dijo alguien.
Corro con el
corazón a mil hacia mi pobre madre atendida por un socorrista. Me mareo. Arenas
movedizas.
¡Anda!... si
no es mi madre, aunque se parece. Siento
alivio y también remordimientos por la accidentada. Intento explicar
el equívoco, pero me da vergüenza.
—Es que creí
que…
—Tranquila, no
te preocupes.
Se escucha la
sirena de la ambulancia, la guardia civil y el tercio de caballería. Me
incorporo mareada aún intentando escapar sin que nadie se
entere. Desde que la metan en la ambulancia, me piro, pensé. Suben a la mujer en una
camilla y yo con ella pues no me suelta la mano. Cierran la
puerta y arrancan.
—Esta mujer no es mi madre —le digo al socorrista. Le cuento todo, abre muchos los ojos.
—Me quiero bajar
—Ahora no podemos parar.
La señora tiene un bulto en
la frente y ojos desconcertados. No me suelta la mano.
—¡Pobrecita! ¿Y su familia ya lo
sabe?
—Creíamos que su familia eras
tú —replicaron con cierta sorna.
El socorrista le pregunta el
nombre. No contesta, solo me mira a mí.
—¿Cómo se llama? —le pregunto.
—Soy mamá.
—¡Vaya por Dios! —suspiro resignada
acariciando la mano de mi madre postiza.
250 palabras
Ante este relato sólo puedo decir: desconcierto.
ResponderEliminarMe he quedado como la protagonista, en shock 😳😂
jeje, yo también, ¡anda que es despistada la muchacha!
EliminarGracias compañera.
Pues no tuvo más remedio que apechugar. Si no, que no hubiera metido la pata, ja, ja, ja.
ResponderEliminarSiempre tan ocurrente, Isabel.
De paso, aprovecho para felicitarte por tu primer puesto en el concurso de El Tinterio de Oro. Estaba cantado. Ya te dije que tu relato era buenísimo.
Un abrazo.
Siii, no le quedó otra.
EliminarMuchas gracias, Josep.
A ver que se te ocurre a ti.
Abrazosssss
Fantástico, Isabel. Un micro que comienza con mucha tensión e incertidumbre y logra sacarnos una sonrisa al final. Un relato muy visual con un recorrido emocional estupendo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta. Es una historia real que me ocurrió hace muuucho tiempo, aún no tenía ni carnet de conducir y me movía en guagua. Confundí el coche de mi madre mismo color y marca, y creí que era ella la señora rubia tumbada en el suelo, al acercarme corriendo vi que no era (alivio), pero hasta ahí... lo demás invención, me disculpé e hice mutis por el foro. Normalmente piden a los familiares, si están presentes, el seguro médico de la accidentada y a que hospital le corresponde ir, salvo que sea una urgencia in extremis. Pero bueno, inventar ha sido la parte más divertida.
EliminarHola, Tara:
ResponderEliminarHas escrito un relato con mucha garra: al igual que le ocurre a tu personaje que no se suelta de su acompañante, tus lectores nos aferramos a tu mano creativa.
Un abrazo, Tara.
¡Qué bien, Nino! ¡Cuánto me alegra que el micro te haya parecido distraído! Un abrazo grande.
EliminarUn torbellino de emociones que presagian un final muy distinto. Poniéndonos en el lugar de la chica roja de vergüenza, de alivio y remordimientos, nos dejas con buen sabor de boca. No por la accidentada, claro, sino por el gracioso equívoco.
ResponderEliminar¡Muy buen relato!
Inventar situaciones delirantes (en este caso hilarantes), me encanta. Muchísimas gracias, Trujamán.
EliminarJaaja. Yo también pensé en la verdadera hija, que también iba en el bus, y se sintió aliviada porque otra identifico a la accidentada. Que malo...
ResponderEliminarVaya hilera de emociones nos planteas, certeramente y en orden, reflejadas en el texto. Y mira que solo pedían una...
Muy buena compactado en 250.
Tengo un amigo ambulanciero, le preguntaré si suelen llevar algo para la verguenza😜
Besiss, Isabel, y enhorabuena por el ... tintero del mes pasado. Iba a poner el número pero no sé tantas mates
¡Pero bueeeno! Que mal pensado y que malote eres, Gabi liante. ¡Cómo te gusta enredar!
EliminarMuchas gracias por tu felicitación, estoy muy contenta por la acogida del relato.
Más abrazos y besos.
Me gusta. El personaje siente y muestra lo que siente. El resultado es redondo : la emoción como resultado de esa síntesis, sentir y mostrar. Una demostración de tus recursos narrativos. Gracias Isabel
ResponderEliminarMe pillas por aquí y te contesto. Me pareció que lo mejor en esta ocasión para mostrar emociones, era utilizar la primera persona y en presente, como si todo estuviera ocurriendo en el mismo momento en el que se lee. Me alegro que te haya parecido un acierto. Gracias a ti, siempre.
EliminarEs que uno tiene miedos y fantasías tan escondidos que el color de un auto puede disparar elterror más absoluto. (Muy impresionada por la cantidad de Tinteros que aparecen en tu blog. Todos merecidísimos!!) El abrazo de siempre, compañera
ResponderEliminarEl detonante para disparar (o disparatar en este caso) el miedo puede ser cualquier cosa, tienes razón, Juana.
EliminarSobre los Tinteros, espero que no se interprete como una exposición de vanidad, sino como muestras de agradecimiento. Me siento muy honrada e incluso asombrada de que la generosidad de los colegas me los hayan otorgado a lo largo de estos casi siete años ya.
Un abrazo de esos nuestros, Juana, y me voy a la cama que yo son las tantas por aquí.
Qué situación estresante, el miedo genera pánico y este nos hacer ver cosas que no son, un torbellino de emociones y desconcierto, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Es verdad, Patricia, el mido nos hace imaginar situaciones y nos altera la realidad. Muchas gracias, compañera.
EliminarParece que no sólo la protagonista confundió a la mujer con su madre, sino que esa mujer confundió a la protagonista con su propia hija. Toda una casualidad.
ResponderEliminarBien logado el pasaje de emocioens.
Un abrazo.
Casi un vodevil por los equívocos y enredos, es lo que se me ocurrió Demiurgio. Abrazosss.
EliminarVaya complicaciones y enrredos. Una historia original y cómica.
ResponderEliminarMe gustó. Un abrazo
Siii, se lo acabo de comentar a demiurgo, un vodevil total con ingredientes cómicos a pesar de los sustos. Muchas gracias, Albada.
EliminarLo mejor que puede hacer tu protagonista es relajarse y disfrutar , jajajaja. Un enredo divertido.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
Al final se resignó, total, ya no podía solucionar el entuerto. Gracias, Pedro. Abrazos.
EliminarMaravilloso micro, Isabel. Has conseguido hacernos reír en medio de una situación de lo más angustiosa, pues ser testigo de un accidente de tráfico no es plato de buen gusto para nadie y menos aún si crees que la persona accidentada es tu propia madre. Has reflejado muy bien todas las emociones por las que pasa la protagonista. Felicidades.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchísimas gracias, Estrella, intenté pasar por emociones variadas y que, finalmente, una sonrisa aflojara la trama. Un cariñoso abrazo.
EliminarGenial derroche de emociones Isabel, a cuántos no les habrá pasado algo parecido, al ver el auto familiar chocado, la mente vuela, y somos más trágicos o fatalistas de la cuenta... Pero que el accidentado se aferre a uno sin conocerlo, ya es la mayor muestra de no querer morirse, ja, ja,
ResponderEliminarMuy bueno todo el teatro del micro.
Un abrazo y lindos días para ti.
El teatro del micro, me ha gustado la definición, Idalia. Que tengas unos días estupendos acompañada, si puede ser, de la preciosidad del niño de la foto que adorna tu positivo blog.
EliminarUn gran abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAl final, la pobre y equivocada protagonista de tu relato, va a pagar cara la confusión, teniendo que adoptar al menos provisionalmente a una nueva mamá, que se agarra a la mano de una desconocida para no perder contacto con la realidad. Un desamparo momentáneo producido por el shock del accidente.
ResponderEliminarAbrazo.
El límite de las 250 palabras máximas nos obliga a condensar situaciones, pero es justo lo que quería reflejar con "la cara de confusión" de la mujer accidentada que justifica, creo, la necesidad del ancla mano cercana y afectuosa.
EliminarGracias Francisco. Un abrazo.
Muy divertido y con un cúmulo de emociones. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Lulita. Un abrazo.
Eliminar¡Hola, Isabel! Leyendo los comentarios veo que está basado en hechos reales, en una experiencia vivida con lo que aprovecho tu estupendo micro para comentar qué son esas emociones conocidas y experimentadas en hechos propios la materia prima de nuestros relatos. Luego se ficcionan, pero la enorme ventaja de escribir reviviendo momentos es que logramos plasmar en el papel emociones reales y lo hacemos sin dificultad, dado que las vivimos.
ResponderEliminarUn micro divertido, casi una anécdota, pero que deja un personaje, el de esa mujer accidentada que deja al lector compungido. Si el error de la hija es visual, ese "soy mamá" de la mujer aferrándose a la mano de una desconocida nos hace imaginar su triste historia. Un abrazo!
Nuestro recorrido vital de vida que suma experiencias nos ayuda a escribir y a poner a "sentir" a los personajes . Lo bueno de los micros, y esto lo aprendí por aquí en Tintero, es que nos enseña a condensar situaciones, ya se lo comenté a nustro compañero Francisco. Ya ves, David, que ya no digo que no se me dan los micros, le he empezado a pillar el gustillo gracias a vosotros.
EliminarUn abrazo gigante, capitán.
Madre no hay más que una... dicen. Va otro abrazo para ti Marifelita.
ResponderEliminarTuve el corazón en un puño hasta el final que me hizo sonreír... Que de emociones trasmites. Un microrrelato excelente. Te aplaudo. Un abrazo
ResponderEliminarPues que mi pequeño relato consiguiera ese efecto en tu corazón significa que no lo hice del todo mal.¡Qué bien, Nuria! Un abrazo grande, compañera.
EliminarHola Isabel, sin duda son cosas que pasan la hija y la mama postiza por un rato cruzaron sus vida. Muy bien contado. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Ainhoa, y sí, son cosas que pasan o que pueden pasar. Más abrazos, compañera.
EliminarTe iba a decir que algo así bien puede pasar y veo en una respuesta tuya a otro comentarista que te sucedió a tí, hace muchos años esa confusión. Es que los autos de cierta época no tienen colores definidos y con los nervios, se confunden. Muy divertida la segunda parte del relato. Y sí, la mujer bien pudo estar también confundida por el trauma. En todo caso, cómo es habitual en ti, muy bien relato. Un abrazo. Y súper felicitaciones por tu tintero de oro con la carta de Sancho a Teresa.
ResponderEliminarEra un mini rojo, los minis son todo un clásico aunque los actualicen.
EliminarMuchas gracias por tu felicitación, Myrian, acabo de venir de leer y comentar tus tres relatos tan bien empastados con el genial título.
Muchas gracias también por tu felicitación, parecer ser que gustó la carta de Sancho a su mujer, y yo feliz.
Un abrazo Myrian. Hasta pronto.
Hola, Isabel. Entro por primera vez en tu casa. Y, vaya la experiencia la tuya. Creo que es normal sentir el alivio al descubrir que no era tu madre. Pero al mismo tiempo, el pesar que podría ser la madre de otra persona. El final quedó abierto a una segunda parte...Igual hay un hijo guapo y sexy, super agradecido...No se yo. (Guiño).
ResponderEliminarHola, muchas gracias por venir y leer Pluma del Este. Oye, pues me has dado una idea con lo del hijo guapo y agradecido :)
EliminarHasta pronto y espero que sea la primera de muchas veces tu incursión en Tintero.
Buenísimo, rezumando sentido del humor por los cuatro costados. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y que no falte el humor, Macondo. Graciasssssssss
EliminarHola Isabel, me ha gustado mucho tu relato pues ilustra perfecto la paleta de emociones dentro de una historia atractiva y que resulta hasta divertida. Me encantó. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana. Qué bien que te gustó.
Eliminar¡Hola, Isabel! ¡Qué situación tan angustiante... y embarazosa. Leo en algún comentario que te ocurrió (al menos, el inicio) a ti y no sé cómo habría reaccionado en tu lugar. Me ha gustado cómo has continuado la historia. Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminar¡Hola, Javier!, eso es lo que le pasa a las personas despistadas. Un cordial saludo, ya iré a leerte que voy por orden de aparición :)
EliminarFantástico... Me encanta lo bien que describes todas las emociones, pero especialmente cómo la niña se siente "atrapada". Has logrado una situación de lo más curiosa.
ResponderEliminarOtro hallazgo: Me mareo. "Arenas movedizas." No puede ser más descriptivo.
Un abrazo, Tara! :)
Que bien que te hayas fijado. La brevedad de los micros nos obliga a buscar palabras sustitutas de oraciones que encierren una intención o pensamiento. "Arenas movedizas" me pareció que encajaba.
EliminarUn beso, Maite, y muchísimas gracias, compañera.
Vaya cúmulos de despropósitos, malentendidos y emociones, Isabel. He tenido que leerla tres o cuatro veces porque tu micro se las trae. La discordia entre ella, la madre, una mujer, otra vez ella, luego yo, la mujer de nuevo y al final la madre que resulta que es postiza. Un cóckel con el tercio de caballería, que es más cuantioso que el quinto, que te deja con una sonrisa en la cara y un nudo en la neurona.
ResponderEliminarMuy bueno, compañera.
Un abrazo!
Mira Pepe que soy despistada (lo mismo cque la muchacha del micro), que puse "tercio de caballería" en vez de quinto, eso es porque me crié en el Sahara no demasiado lejos del tercio de la legión jajaja
EliminarLo del nudo en la neurona estuvo bien.
Un fuerte abrazo, colega.
Hola, Isabel
ResponderEliminarAmplio abanico de emociones que has condensado en el micro. Me ha gustado mucho lo de las arenas movedizas que dibujan de forma muy plástica esa angustia de las entrañas cuando estamos ante una situación que nos desborda. Y el desenlace, con la resignación de la prota ante su madre postiza, refleja la caritativa y compasiva alma de tu personaje y a los lectores nos deja una sonrisa en la cara.
Hola querida Matilde. Me alegra que te haya gustado el cuentito. Ya pronto llego a tu micro, tenme paciencia. Muack
EliminarHola Isabel , todo un cúmulo de sorpresas al descubrir que no era su madre. Las emociones las describes muy bien, si nos ponemos en lugar de la protagonista se entiende su reacción ,tanto cuando cree que es su madre , como cuando descubre que no la es, uff que jaleo .
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Sí sí, un jaleo. Gracias Puri, otro abrazo para ti
EliminarPues se ve que le ha salido otra madre de regalo. Esperemos que en realidad sea un regalo y no una carga porque hay cada madre...
ResponderEliminarGenial tu relato.
Un beso.
Y a ver como sale la prota del entuerto :)
EliminarGracias, Rosa. Otro beso para ti.
Genial el micro, el final es muy bueno. Un besote, Isabel.
ResponderEliminarGraciassss Emeeee
EliminarIsabel un buen micro, un poco de angustia por lo de parecerse a tu madre. Y al final es como una segunda madre no? Un abrazo.
ResponderEliminarMás que una segunda madre, una madre eventual jeje
EliminarGracias Mamen. Un beso.
Qué hermosa historia. Llena de humanidad! Me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué gran micro, Isabel! Me ha encantado. Ingenioso y muy bien secuenciado en cuanto a las emociones, al final te deja tan desconcertada como la protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola Tocaya, vaya imaginación la tuya, la verdad es que se pasa un mal rato algo parecido le paso a mi padre con un hombre que iba en bicicleta que se cayó dejándole una pierna atrapada debajo de la bicicleta y en es momento pasaba el tramvia, le aplastó la mitad de la bicicleta y gracias a dios que mi padre pudo sacarlo si no le corta la pierna por la mitad, el hombre lo cogió tan fuerte de la muñeca que casi se la arranca, ya que el hombre sufrió un infarto.
ResponderEliminarDe ver que moriría atropellado por el tramvia.
Te deseo una feliz semana, besos de flor.
Lo he disfrutado mucho de verdad.
Me provoca una sonrisa y a la vez ternura. Me ha gustado mucho tu micro, Isabel. Un abrazo.
ResponderEliminarToda una mezcla de emociones en un mismo relato, si que suelen estas cosas suceder, se siente un gran alivio, pero al mismo tiempo una gran pena. Así es de controvertido el ser humano, aunque nos volvamos un poco egoístas, pero si somos buenas personas siempre damos el apoyo al otro, si se puede. Abrazos virtuales desde Venezuela
ResponderEliminarEn un momento así se aferra a cualquiera. Un beso
ResponderEliminarExcelente relato y muy sensible. Tiene una forma literaria que parece ir hacia un lado y deriva en otro. Un gran recurso.
ResponderEliminarFelicito.
Me ha gustado tu micro Isabel, si la señora no tiene a nadie, te encontrarás con dos madres ¡Genial!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola amigos escritores. Lo primero disculparme por la tardanza y no haber contestado a vuestros comentarios. Me falta micros por leer aunque sea con retraso. Iré poco a poco retomando el blog y vuestros trabajos, eso espero.
ResponderEliminarMirna, María Pilar, Flor, Lola Romero, Raquel, Susana moreno, Nocturno náufrago, Conchi... mil gracias, un abrazo colectivo. Pronto iré a por vuestros micros.
ResponderEliminar!Hola, Isabel!
ResponderEliminarLa chiquilla pasó verdaderos apuros; no es para menos dada esa confusión tan grande. Una a una, has sabido transmitir con gran pericia cada emoción, para acabar en ese final tan inesperado... Ahora toca imaginar que pasaría después con la mujer, que parece necesitar un familiar a su lado, una mano que la acompañe y acaricie, también pones de manifiesto la humanidad de la joven.
Te ha quedado un micro magnífico, felicidades.
Un abrazo, y disfruta del finde :-)
Muchas gracias Mila. Un micro ligero con el que no quise profundizar demasiado. Me alegra que te gustara. Un abrazo compañera.
EliminarEstuvo bien, la pobre mujer se agarra a la que se confunde sin ser consciente del error.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, Arturo.
Eliminar¡Hola Tara! Vaya malentendido y qué susto se llevo la muchacha al creer que la accidentada era su madre. A este reto no me dio tiempo a llegar.
ResponderEliminarPor cierto, he comenzado a seguirte hace poco a raíz del tintero. En su momento se me pasó comenzar a seguiros a todos y poner el botón de seguidores en mi blog. Ya le he puesto remedio, así que si quieres estaré encantada de tenerte como seguidora.
¡Nos leemos! Un saludo.
¡Hola, Rocío! Gracias compañera, pasaré por tu blog. Un abrazo y hasta pronto.
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