Ilustración de Jordi Bernet para “1280 ALMAS”
¡BANG!
Jim, un joven ingeniero de Oklahoma, vivió en nuestra casa durante varios meses. El trabajo de su equipo consistía en montar la cinta transportadora de 100 km de longitud desde el yacimiento de fosfato hasta la costa. Mi padre, topógrafo durante una década en dicha mina, nos contaba entusiasmado que se trataba de los mayores filones de tales características hasta ahora descubiertos.
—La capa de mineral tiene un grosor de 5 m y unos 3.70 de profundidad.
—¿Y eso es bueno?
—Claro, hijo, facilita su extracción.
Se estima que las reservas son de, aproximadamente, 1700 millones de
toneladas. ¿No es así Jim? —preguntó al americano, quien añadió que la franja
tenía de largo 84 km
La empresa Fosbucráa pagaba bien, más un plus por determinadas
cotas de extracción y por trabajar en las denominadas por aquel entonces:
“Provincias Españolas del Sahara Occidental”. El Aaiún, su capital, crecía a un
fuerte ritmo demográfico. Resultaba difícil conseguir vivienda, por lo que algunas familias solían hospedar a trabajadores, tanto españoles como
extranjeros.
A punto de cumplir los diecisiete, hincaba los codos para el examen de
reválida de septiembre, y así tener acceso al curso de orientación
universitaria.
El americano me ayudaba con el inglés prestándome sus revistas mensuales
llamadas Selecciones Reader's Diggest. Solían llegar con semanas de retraso; a mí me daba igual que
no estuviesen actualizadas.
Jim dominaba el español salpicado de léxico mexicano.
—Trabajé un tiempo por allá. Hasta tuve una noviecita que me enseñó lo
que sé.
—¿El español?
—Y más cosas, cuate —dijo sonriendo.
En pocas semanas pude traducir el libro que me regaló y que aún
conservo: “1280 Almas”. Gracias a él conocí otro tipo de aventuras diferentes a
la de mis lecturas habituales.
Desde el primer capítulo envidié al scheriff de Potts County:
Nick, Nick Corey. El tipo decía de sí mismo que, desde que era un crío, nunca
le habían faltado mujeres, que las tías le iban detrás…, se las tenía que
quitar de encima a hostias. Yo había visto alguna que otra revista de mujeres
desnudas, no muchas, algo de pornografía, y poco más.
Los domingos y fiestas de guardar asistía a misa con mi familia. Al
americano se le excusaba por tener una
religión extraña. Dijo ser de confesión presbiteriana. Monseñor, la mayor
autoridad eclesiástica de la Misión, nos advirtió que ser protestante en
cualquiera de sus facetas, era peor aún que ser ateo.
Le pregunté si él lo era, contestó que sí.
—Ateo y comunista, como Jim Thomson, el autor del pinche libro.
Desde entonces, el americano se coronó como mi ídolo. Seguro que, sin el
cinturón del pecado mortal amarrado a su conciencia, tendría tanta experiencia
sexual como el protagonista de mi libro preferido.
—I´m a good boy —se excusó riendo.
—¿Tú… un buen chico?, ¡no jodas!, seguro que te has follado a medio
Oklahoma.
Con él podía permitirme hablar con el descaro que se expresaba el
sheriff Nick.
—¿To fuck… dices? Vale sí, un poco, aunque no tanto. ¿Y cómo
llevas tú el asunto?
—Bueeeno…, unos cuantos morreos, magreo de tetas a un par de chavalas, aunque todas las de aquí pretenden llegar intactas al matrimonio.
Era mentira, lo de las tetas, pero no quería que Jim pensara que era un
pringado.
—Estás jodido, pendejo.
Se dio cuenta enseguida de mi ignorancia y se convirtió en mi asesor
sexual. Era tan gráfico en sus expresiones, que solo de contarme como había que
hacer determinados actos, me excitaba más que todas las fotos guarras
compartidas e intercambiadas con mi pandilla de muchachos tan novatos como yo.
—Procura que se sientan únicas, aunque sean del puto montón.
—Y decirles que están muy buenas.
—¡Qué pedo!, ¡pues claro que no! Diles que son lindas, que te mueres por ellas,
escúchalas con atención, disimula que no entiendes una papa de las cosas que largan,
y hazte el romántico aunque te importe una mierda esas vainas.
—Pero… ¿cuándo crees que podré tirármelas?
—Tranquilo, chico. Son ellas las que te lo indicarán, no con palabras, con
actitudes. ¿Aún no sabes distinguir cuando una niña está calentita?
Gracias a sus iniciáticos consejos empezó a funcionarme el método, al
menos con algunas de las muchachas, aunque no terminaba de rematar la faena.
—La que más me gusta es una que está loca por mi mejor amigo, pero este
le ha dado puerta porque se ennovió con otra. Una joven formal, ni la roza, se
la reserva para cuando se case.
—Es el momento justo porque está vulnerable. Necesitará de tu
comprensión. Lo tienes a güevo, ¿se dice así?
—Más o menos.
—De paso cepíllate a la formalita. Tendrá muchas ganas, y si su novio ni
la toca…, eso que te llevas ganado, chico.
—La respeta.
—¿Ahorita te vas a rajar, güey?
—¡Un colega es un colega! —protesté.
—¿Qué haría en tu lugar Nick
Corey?
—Seguro que cargarse al amigo y tirarse a la novia —contesté.
—¡BANG! — .Imitó el sonido de un tiro y el gesto de disparar con el
índice; lo completó soplándose la punta del dedo.
En poco tiempo me gané merecida fama de cabronazo entre los chicos y de
encantador tunante con las nenas. Un malote en toda regla.
Fue el
mejor verano de mi vida. Lo peor vino después, el cabreo y castigo de mi padre
por suspender la reválida a pesa del dominio del inglés; eso sí, con un acento
medio gringo que te cagas.
900 palabras
Isabel Caballero
¡Gracias, Isabel, por participar con este relato en este homenaje a Jim Thompson! Un fuerte abrazo y suerte!!
ResponderEliminarMuy bueno. Personajes creíbles en lugares y situaciones próximas en su lejanía. Ese es el gran mérito y la clave de acercar emociones ya perdidas. Muy buen trabajo colega
ResponderEliminarQué bueno Isabel,... creo que has logrado enlazar muy bien los personajes creando un espejo de la ficción en el que se mira con devoción tu personaje. Mis felicitaciones!
ResponderEliminarHola, Isabel ¡Qué buen giro le has dado al tema! Me ha encantado el relato por ese tono evocador que lo impregna y ese protagonista adolescente que has perfilado de maravilla, se siente la nostalgia en cada línea y el pellizco de la pérdida. Muy buena historia. Felicidades!
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso, Isabel. Muy buen relato. No hace falta estar en Texas para emular a Nick Corey.
ResponderEliminarUn beso.
Has conseguido todo un escenario a lo Jim thompson sin derramar una gota de sangre. Has recreado el espíritu salvaje y sin reglas de un futuro malote de película. No se yo si llega a rayar la psicopatía, pero desde luego ese protagonista que vas desarrollando en el muchacho, promete.
ResponderEliminarUn abrazo, compañera.
Gracias DAVID. Salvo la parte introductoria donde presento a los personajes y el escenario en el que ocurren los hechos, he querido desarrollar los diálogos al estilo de 1280 Almas, ya te dije que, su lectura, en ese sentido, fue toda una lección y una experiencia.
ResponderEliminarHola JAVIER. Muchas gracias. Me resulta muy difícil escribir sobre lo que desconozco, y Texas me queda muy lejos, así que no me quedó otra que traerme al americano a casa, o al lugar donde pasé mi infancia y adolescencia. Si te entra curiosidad, puedes meterte en Google Earth, aún se puede apreciar la cinta de 100 km. del transporte del fosfato que llega desde Bucrá, un poco más al norte de El Aaiún, hasta la costa. Después de 40 años, ni el tiempo ha conseguido borrar la huella colonialista. La nieblilla blanca que se aprecia no es todo arena, es polvo de fosfato. Verás también el muelle y artilugios, ahora en desuso, para el transbordo en su época del mineral a los barcos.
Hola NORTE, muchas gracias. Un espejo de ficción, dices. Oye, pues es verdad, me ha gustado esa manera de expresarlo.
¿Qué tal MARTA? Muchas gracias, tu historia, ya te lo dije, es fantástica.
Hola ROSA, ya se lo dije a un compañero, si Texas no va a la montaña, la montaña tendrá que ir a Texas... o al revés. Muchas gracias.
¿Cómo estás FRANCISCO? Bueno, dicen que los psicópatas se hacen desde pequeños, y al parecer el chico apunta maneras, más aún si lo ayuda su preceptor malote. Muchas gracias compañero.
Qué bueno tu americano, del fondo de Texas o por el estilo, lo he imaginado a la perfección. En mi pueblo las chicas siempre se iban a por los extranjeros, sangre nueva, decían con todo tipo de acento incluido. Me has hecho evocar aquellas épocas de estudios veraniegos y convivencias extrañas (en verano ese lugar siempre se llenaba de todo tipo de quisqui).
ResponderEliminarEn cuanto a la historia decirte que está muy bien lograda, la introducción fue lo que más mérito me parece que ha tenido, el meternos en esa situación en tan poco espacio para poder tener un gran margen para el resto.
A destacar también el rigor histórico, un plus añadido que has sabido incluir para contribuir a ese tupido ambiente que pobla todo el relato.
Y por cierto, muy buenos diálogos, ayudan a dibujar mucho a los personajes.
En resumen un trabajo que se disfruta en casa aspecto, se nota que te gustó el tema, je, je.
Un abrazo!
En principio pensé en escribir sobre un psicópata en su más pura esencia, un asesino en serie sin ningún tipo de escrúpulos, ni respeto a la vida humana. Hice varias intentonas de las que no me gustaron los resultados. Luego pensé que no conocía a ningún americano, que recuerde, en persona, salvo el de la pelis. Entonces recordé, que si que, de niña, veía a mucho americano en el Sahara, eran los técnicos contratados para las minas de fosfatos que expliqué en el relato. Me llamaban la atención porque solían ser altos, tenían los dientes perfectos y se gastaban su buena pasta en los pocos comercios de El Aaiún... y ese fue el detonante para la historia que os he contado.
EliminarGracias Pepe, a ver que nos cuentas tú. y Oye, ya le estoy pillando el truco a los diálogos, a ti te salen geniales Pepe.
¡Hola, Tara! Me ha encantado tu relato. Parece que hubiera estado ahí, mientras se desarrollaba la acción. Coincido en que el personaje está muy bien delineado y promete mucho. Así que te aliento a que continúes la historia. Un abrazo
ResponderEliminarSalud Tara. Toda una promesa tu jovencito. Y así como nosotros aprendemos de Jim Thompson, este chaval se trajo un yanki para maestro. Buenísimo. Un abrazo.
ResponderEliminarSalud Juana, tal como andan las cosas me parece el mejor de los saludos.
EliminarMuchas gracias Juana, un fuerte abrazo y hasta pronto.
Hola Mirna. No creo que continúe la historia, no le veo más recorrido, pero ahora que lo dices, Mirna, pudiera ser el germen de algo más. Lo pensaré.
ResponderEliminarUn abrazo y mil gracias Mirna.
No pude resistir la curiosidad de indagar acerca de esta empresa Fosbucrás, inaugurada el 22 de mayo del 68 allá en lo que entonces era otra provincia española en África. Tal y como nos comentas existió esa enorme cinta transportadora del fosfato hacia la costa...
ResponderEliminarComo siempre, dedicándote en cuerpo y alma a documentarte lo suficiente como para recrear con tus letras esa parte de la historia de este país y al mismo tiempo elaborar todo un argumento tan rico en matices, incorporando al famoso novelista Jim Thompson, pero actuando como ingeniero además de escritor y compañero de fatigas del propio narrador, que como sucede con la protagonista de Rebeca (próxima novela para la siguiente convocatoria del Tintero), no figura en ningún momento su nombre o identidad.
Queda evidente la meticulosidad con la que has construido los diálogos, apuesto que te empapaste de Nick Corey para escribirlos.... ja , ja, ja.
Por favor, no es alabarte por costumbre, pero no me cabe decirte otra cosa: ¡chapeau!
Un abrazo muy grande, estimada compañera Isabel.
Buenos días Estrella. Estaba deseando leer tu comentario.
EliminarComo veo que eres curiosa te cuento, que los enormes yacimientos se descubrieron en 1942. El movimiento independentista Polisario bombardearon a menudo tanto las minas como la cinta transportadora. Después de la salida de España del Sahara en 1976, se utilizaron los fosfatos como arma política, y si había interés en la zona, fue especialmente por la riqueza de estos, todos querían un trozo del pastel. Es un tema interesante, pero no me quiero enrollar.
Sobre los diálogos ¡claaaro!, !1280 Almas" fue mi referente, cada vez que tenía alguna duda sobre la puntuación y signos de diálogos, solo tenía que abrir el libro.
El puntito o puntazo irreverente, además, no podía faltar.
Deseando leer tu aporte.
Un abrazo gigante.
Hola, Isabel. Destacaría tres cosas potentes del relato. Los diálogos que hacen un relato que te meten en la historia, lo que cuentas de la historia y la geografía del lugar que se intuye vivencia personal porque parece imposible inventarlo y luego lo confirmas en los comentarios y la tercera es ha historia en sí, lo bien que relatas las efervescencias adolescentes por un lado y la relación con el gringo. Como siempre no defraudas. Magnífico relato.
ResponderEliminarYo estoy en un proceso dudoso escribiendo un relato que no tengo nada claro si encaja en la propuesta, ni si es un relato, ni siquiera si mi protagonista es un psicópata, sí que iré leyendo otros relatos (este es el primero) y veré si lo mando.
Un abrazo.
El proceso dudoso del que me hablas, Isan, lo solemos tener todos hasta que no conformamos el texto, y las dudas iniciáticas hablan de lo perfeccionista que eres, así que te animo a continuar, seguro que sacas algo de esto interesante.
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario, me ayuda a seguir escribiendo e intentar que el desarrollo creativo no se pierda en el camino, pues la opinión de un lector, de un buen lector, siempre siempre es importante.
Un fuerte abrazo, compañero.
Buenísimo y muy entretenido. Una historia que roza (?) la realidad. Chico virgen que busca iniciarse y viejo experto que lo ilustra y asesora. Y, por si eso fuera poco, un personaje literario que incita al muchacho a ponerse las pilas y jugar a ser el malote, el tipo canalla que gusta tanto a algunas chicas, je,je.
ResponderEliminarLa ambientación y el lenguaje son admirables, aliñados son un trasfondo histórico en esas tierras que, al parecer, tan bien conoces. No sé en qué época exacta has situado la acción, pero yo también me examiné de la reválida del bachillerato superior (que aquel año pasó a ser voluntaria y aun así la hice, tonto de mí) para acceder al curso Preuniversitario (el Preu), antes de que pasara a llamarse COU.
Me ha encantado tu historia y tu estilo narrativo.
Un abrazo y suerte en el tintero.
P.D.- Seguro que hay una explicación, pero mi oxidado inglés me dice si no has querido decir "To fuck" en lugar de "To Fook".
Miraré lo del tufuk y también lo del Reard Digest que creo lleva un acento de esos ingleses por algún lado.
ResponderEliminarLa época del relato, podría situarse entre el 62 y el 76, cabría tanto el PREU como el COU. El curso 70/71 fue el último en el que se impartió el preuniversitario. Yo fui de COU.
Gracias Josep, coincidimos esta mañana en comentarnos, ahora mismo miro lo dle inglés.
Corregido el to fuk. Graciassssss ;)
ResponderEliminarHola Isabel
ResponderEliminarUn relato delicioso tejido con ganchillo como se hacen las cosas en nuestras tierras.
Bien montado, ideas claras e imágenes pintadas a la acuarela.
Buen trabajo, me ha encantada y aplaudo con las orejas que ahora ya sé.
Abrazos
Gracias por ese aplauso orejil, Paola.
EliminarY que me alegro de que te haya gustado. A ver para cuando el tuyo, compañera.
Da gusto leerte, Tara. La forma de como construyes la historia me encanta, y el resultado es excelente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo Isabel
ResponderEliminarEs un gusto leerte, lo que escribas lo haces siempre muy ameno, con protagonistas muy logrados, imperfectos como somos los humanos. Me hubiera gusta que escribieras sobre un psicópata en regla, porque pocos como tú para insinuar con sutileza actos de maldad, con ese buen gusto que tienes para escribir. Me agrado los mexicanismos, me recuerda a mi patria, te salen mejor que el inglés. Me gusto mucho tu personaje y la ambientación. Todo bien por acá, espero que también tú y los tuyos.
Gracias CARMEN, tu trabajo ya sabes que me gustó mucho, y no lo digo por corresponder, es la verdad.
ResponderEliminarGracias SILVIO
Muchas gracias ALFREDO, por todo lo que me dices, eres muy generoso.
Tenía miedo de que los mexicanismos utilizados sonaran algo impostado, pero siendo tú de allá y dándome el visto bueno, me quedo más tranquila. Lo del inglés es una de mis muchas tareas pendientes.
Es verdad que podría haber apretado más la psicopatía, pero me salió solo un aprendiz de los modos y maneras de Nick Corey.
Nos vemos en la gala compañero, vete sacando billete de avión.
Hola Tara. El inglés podría pasar por serpiente en el manzano del Paraíso. ¡Vaya forma de enredar a nuestro protagonista! El chico se ganó la fama de malote que deseaba pero a cambio de sus estudios. Al fin y al cabo tuvo suerte; Mefistóteles hubiera pedido su alma.
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte.
Muy buena la historia, con unos personajes bien descritos y ambientados. Ese jovencito es un aguililla de largo recorrido.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel y suerte
Puri
Hola Tara, acabo de leer tu historia y me parece bastante bien construida, digamos
ResponderEliminar"posible", ahora bien no conozco al escritor del homenaje, pero supongo puede parecerse a John Fante o a Charles Bukowski, o quizas no.
Ahora con este reto supongo tendre que leerlo, no sea que este cometiendo una falta muy grave.
Ahora bien volviendo al relato, supongo puede expandirse estos mundos que indicas como "Sahara Occidental" y al mismo tiempo ubicar al Gringo en otros escenarios.
Estoy seguro que haz hecho un buen trabajo.
Hola, Isabel
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, divertidamente profunda aunque haya odiado a Jim por pervertido, menudo personaje! 😁Lo has aderezado con una buena dosis de sarcasmo para "divertir" en cierto modo y para conseguir una lectura muy entretenida, además, qué buen giro le has dado pasando de presentarnos a un niñato y terminando con todo un casanova.
Un saludo
La ironía y cierto sarcasmos pueden ser herramientas eficaces, a mi me gusta usarlas si el tipo de relato lo permite.
EliminarGracias YESSY. Nos "vemos" en la Gala.
BRUNO, gracias. Otro fuerte abrazo para ti, escritor.
ResponderEliminarPURI, me ha gustado eso de aguililla, casa con la manera de ser del muchacho. Gracias compañera.
Hola HUGO. No había leído a Jim Thompson, la iniciativa de David presentándonoslo para este reto me ha servido para conocerlo. Seguro que te gustará. Muchas gracias por tu lectura y valoración y ¡Bienvenido a Tintero!, encontrarás un montón de buenos escritores por acá.
Amiga Isabel, qué bien escribes, te lo digo siempre; y este relato no iba a ser una excepción: elegante, fluido..., toda una gozada su lectura mientras vamos asistiendo al nacimiento de la psicopatía del protagonista. Muy buen relato.
ResponderEliminarTe envío un fuerte abrazo y mi deseo de mucha suerte en el concurso.
¡Qué bueno, Isabel! Me han encantado los diálogos, tan logrados que nos hacen ver a los personajes que hay detrás sin describirlos. ¡caramba con el americano! Jim, por cierto, un nombre muy apropiado con todas las referencias que haces a la novela. Nos podemos imaginar en qué ambientes ha aprendido el español mexicano por los términos que emplea y por lo que sabe de la vida que para el joven "pringao" se convierte en su líder. Si añadimos que envidia al scheriff de Potts County: Nick Corey, nos sale el "malote" que apunta maneras en la carrera de Nick.
ResponderEliminarFelicidades, Isabel, y suerte en El Tintero.
Esos retazos de los veranos de juventud que tanto marcan y que siempre pasan factura brotan por todos los poros del relato. Me ha gustado la historia Isabel. Quizás un psicópata en estado embrionario aparece dibujado en el relato.
ResponderEliminarSuerte en El Tintero.
Posible nacimiento una psicopatía, me quedo con esto que me dices PATXI. Suerte para ti también querido compañero, hay tantos relatos de calidad que va a ser difícil elegir a la hora de puntuar. Un abrazo de los grandes.
ResponderEliminarGracias MARÍA PILAR, la verdad que he dado todo en los diálogos, es lo que más me llamó la atención de 1280 ALMAS, lo naturales que son y lo bien que fluyen, ha sido toda una lección su lectura. Suerte para ti también, señora escritora.
CARLES LEO, gracias, se lo decía al compañero Patxi Hinojosa, estoy de acuerdo que he pincelado el posible germen de un futuro psicópata, o no, a saber :)
Carles, he intentado ponerte un comentario en tu blog felicitándote por tu estupenda historia, pero no me deja, seguramente debido a mi torpeza para estos menesteres.
Nos vemos en la Gala compañeros.
Disculpar mi falta de pericia con el blog. Al parecer los comentarios necesitaban aprobación por parte del administrador. Y aún no he averiguado como cambiarlo. Bueno. Todos los comentarios están visibles, incluido el tuyo. Gracias por tu comentario.
EliminarA mi también me cuesta mucho estas "vainas", así que no te preocupes, ni te disculpes, Carles.
EliminarGusto leerte Tara tan impecables como siempre tus relatos. Me gusta mucho como mezclas y das ese tono especial a cada uno de tus escritos. Abrazos virtuales desde Venezuela
ResponderEliminarMuchísimas gracias Raquel. Un fuerte abrazo desde Canarias.
EliminarHe disfrutado mucho la lectura, Isabel. Uno se queda con ganas de más por el contexto histórico tan bien tratado y por los dos pesonajes que se intuyen a la perfeccion gracias a unos diálogos potentes. Has sabido colocar a un personaje exótico, el americano, en un escenario bien conocido para ti y lo has hecho de forma que no solo no desentona si no que despierta el interés. Me uno a las felicitaciones de los compañeros.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Araceli, yo también disfruté mucho en "Como el sushi"
EliminarNos vemos en la Gala, un fuerte abrazo.
¡Un gustazo leerte, como dicen más arriba! El Aaiún también fue un destino laboral para mis abuelos y creo que para muchos canarios en el pasado. La historia es muy buena, genera una sensación de cercanía entre el lector y los personajes, gracias a esos guiones tan bien hilados, así como a las personalidades creadas de los diferentes actores principales. El contexto histórico, además, como dice Araceli, ha sido tratado de diez. Un saludo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Isabel, tu personaje diferente me ha gustado mucho por lo jovencillo. El relato lo he leído de un soplo pues los diálogos, fantásticos, le dan dinamismo.
ResponderEliminarSuerte? no la necesitas, ya la tienes compañera, escribiendo como lo haces.
Un saludo.
Hola Ulises, muchas gracias. Te cuento que los canarios, especialmente los majoreros, fueron los artífices de la construcción de las primeras casas en los años 40 en la que aquel entonces, su capital, El Aaiún, solo era un poblado. Los mejores albañiles los de Fuerteventura, se los rifaban al mando ¡como no! de los militares.
ResponderEliminarUn cordial saludo para ti, paisano, y que tengas suerte en Tintero.
Vaya maestro y que alumno más aplicado. Suerte ��
ResponderEliminarjeje pues sí.
EliminarGracias JM
Gran relato, Isabel. Me parece original situar la trama en tu estimado y conocido Sahara para explicarnos la curiosa relación del tipo americano con el joven protagonista. La influencia del yanqui en el chico, alucinado además con la lectura de 1280 almas provocan que cambie su actitud hacia las chicas. Narrado desde el conocimiento histórico y geográfico de la zona y con cierta nostalgia de un tiempo en el que la forma de iniciar las relaciones entre los jóvenes eran bien diferentes a las de hoy en día , además de algunas referencias que me han removido los recuerdos (mi madre tenía una extensa colección de la revista Selecciones de Reader's Diggest).Me parece imprescindible mencionar los acertados diálogos que vertebran perfectamente la historia. Un abrazo muy grande y mucha suerte en el Tintero. Siempre es un placer leerte
ResponderEliminarHolaaaaa, estaba deseando saber tu opinión Jose. Mi padre también tenía colección de Selecciones, si revuelvo en los cajones que mi madre guarda en el sótano, seguro que encuentro algunas todavía.
EliminarNos vemos en la Gala, seguro que tu recogiendo uno de los tinteros y yo aplaudiendo en primera fila.
Así que el chico inocente se transformó en un cabrón... ¡para que luego digan que leemos no nos influye!
ResponderEliminarUn abrazo
😊 Pues sí, David, todo un cabroncete, pero todavía le falta recorrido para llegar a a la altura de Nick Korey
ResponderEliminarFabulous blog
ResponderEliminar¡Vaya con el gringo! Esto toda la mala influencia. Desde luego que la maldad toma los caminos más diversos, no siempre sangrientos. Mucha suerte, Isabel.
ResponderEliminarEstos yankis son la lexe 😊
ResponderEliminarMuchísimas gracias Beatriz, suerte para ti también.
Hola, Isabel. Estaba seguro de que te encontraría entre los ganadores, felicidades. Si te soy sincero, me da un poquito envidia. Un abrazo.
ResponderEliminarMe acabo de enterar por ti de que ya está la Gala y los merecidos ganadores en el podio. Contenta con puesto 7 u 8, creo, dada la calidad de los relatos me siento más que satisfecha.
EliminarTranqui colega, tal como escribes solo hay que tener un poquito de paciencia para algún tintero, tú vete quitándole el polvo a las estanterías.
Un abrazo, es un placer tenerte de compañero, Isan.
Enhorabuena, querida Isabel por obtener ese séptimo puesto dentro de una convocatoria con relatos de alto nivel.
ResponderEliminarTambién sabía que llegarías a figurar dentro de los finalistas por la calidad con la que sabes manejar tus letras.
Un abrazo.
Gracias Estrella, ¡qué estupendo es poder participar en Tintero!
EliminarFelicidades, Isabel. Un meritorio séptimo puesto. Tus letras siempre me hipnotizan, da igual el tema, tu sello es inconfundible. Gracias por escribir, es un placer inmenso leerte. Un abrazo grandísimo, en superlativo es como lo siento.
ResponderEliminarNo está nada mal un séptimo puesto ¿eh? Estoy muy contenta. Y de nuevo enhorabuena a ti por ese merecido Bronce.
ResponderEliminarOtro super abrazo, Jose.
Buen tiro, Isabel. Una mención muy merecida, aunque resulta complicado descartar puntos cuando el nivel de los relatos participantes es tan bueno.
ResponderEliminarNunca me decepcionan tus textos. Un placer leerte.
Un abrazo.
Tienes razón Carmen, incluyo tu relato entre los muy buenos, así que es para celebrar estar mencionado.
ResponderEliminarA ver que se nos ocurre para el próximo reto, Carmen.