EL DESIERTO QUE ME HABITA
La familia de
Alba fue determinante en mi vida. Me acogieron gracias al programa de niños
saharauis en Canarias con el fin de alejarnos,
durante los meses del estío, de las condiciones extremas en las que
vivíamos en el campamento de refugiados de Tinduf, en Argelia. Solo tenía doce años, la misma edad que la única hija del matrimonio.
Lo primero que hizo Pino, la sirvienta de
confianza de la señora, fue restregarme
la mugre en la imponente bañera, la única, hasta entonces, que había
visto en mi vida.
—¡Pero que niña tan sucia Dios mío de mi
vida! ¡Estate quieta, chiquilla del demonio! —farfullaba Pino.
—Yo no demonio, yo Maimun, no susia, siniora Pino, yo morena —protesté por tanto estropajo arañándome la piel y tantos tirones de peine de mis apretados rizos.
Me
hicieron reconocimientos médicos
exhaustivos para evaluar mi precaria salud. Baja de hierro, algo de anemia
y necesitada de mayor graduación en las gafas de culo de botella. Lo peor fue el martirio del dentista.
Las primeras noches dormí con Pino. Acostumbrada
a compartir el poco espacio vital de la “hamada” con mi numerosa familia,
estar sola me aterraba. Alba llegaría en
unos días desde el prestigioso internado galés, "Atlantic College",
en el Reino Unido.
—¿Sabes Mimu?...
—Maimun —corregí.
—La señorita estudia en un castillo del siglo... no me acuerdo, pero por lo visto es muy muy viejo. Mira, aquí tengo un papel con una fotografía. Léelo tú, no sé donde he metido las dichosas gafas.
Leí en el folleto desplegable que se trataba de un castillo del siglo XII. El colegio se fundó en 1962 con el fin de promover el entendimiento internacional a través de la educación a los jóvenes y hacer que se sintieran empoderados para remarcar una diferencia positiva.
—¿Y todo eso qué quiere decir?
—Pues no sé, seniora Pino, yo no sigura…, lo de la diferincia no mi gusta.
Alba me odió nada más verme. Yo estaba
vestida con su ropa de anteriores temporadas de su surtido vestidor. Me miraba de reojo y hablaba tan deprisa con
sus padres que apenas lograba comprender lo que decía. Después se encerró en su
cuarto dando un portazo.
Como de costumbre, cené en la cocina. El personal de servicio charlaba con el acento peculiar canario que me costaba
comprender. Pino dijo algo parecido a
que no había derecho que trajeran a una pobre criatura para luego pasar
de ella. La pobre criatura era yo. Creo que fue el chófer quien
contestó que la señorita Alba era una consentida y que el señor pensó
que era buena idea que la señorita fuera consciente de otras realidades. La otra realidad también
era yo.
—Mi niña, tú no estar triste, nosotros
cuidarte —dijo Pino gesticulando mucho y
en voz muy alta, como si yo fuera sorda, dándome un cariñoso abrazo y hablando como hablan los indios en
las películas del oeste. Guardé silencio y pensé que ellos desconocían que en Tinduf teníamos
televisión, antenas parabólicas, una
escuela con dos maestras, un cine al aire libre y algo parecido a un
pequeño dispensario médico… y coraje y determinación y armas y
soldados y escritores y poetas. No solo había cabras, camellos y arena
en Tinduf.
A los pocos días no le quedó otra que
confraternizar conmigo, supongo que obligada por sus padres. Fuimos juntas a un lugar que llamaban club náutico. Pasó de mi como de la mierda. No me quité la ropa porque me daba
vergüenza enseñar mi escuálido cuerpo dentro del minúsculo bañador de dos piezas y además porque no sabía nadar. La piscina
inmensa era como un desierto líquido inabarcable y transparente. Alguien de su grupo tuvo la
genial idea de tirarme a ella vestida.
La inmensidad era azul. La inmensidad era
blanca. La inmensidad era luminosa. Cuando abrí los ojos el sol entró a
raudales en mis pupilas a la misma vez que salía agua de mis pulmones. La boca
de Alba sobre la mía prestándome su aire.
Luego supe cómo se enfrentó a su pandilla
de imbéciles. A partir de entonces se
abanderó como mi hermana de piel.
Los siguientes veranos fueron distintos.
Mientras tanto, nuestras cartas de papel se cruzaban en la franja que separa las Canarias del Sahara, un
cementerio marino de los tantos que se atreven a surcar por él en precaria situación. Después llegó el móvil e internet. De vez en cuando funciona
internet en Tinduf. Ya saben, no solo hay arena en el Sahara.
Años más tarde casi todo su entorno se volvió del revés: sus inquisitoriales padres,
el colegio galés, la sociedad caduca… fue un proceso lento pero incisivo. No
fue fácil para ninguna de las dos. Ella ha mutado mi concepto del mundo en
blanco y negro; he descubierto el matiz
de los grises. Yo he cambiado en ella su escala cromática. Entre ella y yo no hay color ni distancia.
Estudié medicina becada por el gobierno
español. Pronto volveré al destierro apátrido al que nos tienen condenados. Quiero y deseo ser útil. Ella es reportera gráfica y hace unas fotos de la leche. Viaja por el
mundo y el mundo por ella. De vez en cuando nos encontramos y entonces nuestros universos se detienen.
No solo habita el desierto en mí, también el desierto, aunque sea
amarillo, tiene tatuado en su sinuosa
anatomía el nombre de Alba.
Hola Tara: me ha encantado tu historia, me ha emocionado. He viajado desde las tiendas de Tinduf hasta el Club náutico y sus oropeles y esa mezcla de los desiertos ha sido leer una novela y ver una pelicular a la vez de esas que disfrutas tanto aun mas es como si hubiera estado alrededor del fuego escuchando las aventuras de estas dos mujeres, la tradición oral. Enhorabuena por este amor sin fronteras y que cambiaros las vida de las dos, otra cualidad del amor que nos hace mejores y amplia nuestros mundos. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarOtro abrazo enorme para vosotras. Me alegra haberos emocionado.
EliminarMuchas gracias, Isabel, por participar con este relato en el homenaje a Fitzgerald. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarA ti, Marta, por esta estupenda convocatoria.
EliminarBuenos días Tara.
ResponderEliminarUn hermoso relato de encuentro de sociedades diferentes, el descubrimiento de un mundo tan alejado del nuestro, y al mismo tiempo, tan parecido.
Me ha gustado la descripción de ambos ambientes, con detalles que nos permiten trasladarnos a ellos y vivir su realidad.
Un abrazo.
Conozco ambos ambientes "in situ" de primera mano, y eso que las dos protas son totalmente de mi invención. Muchas gracias Trujaman. Un abrazo.
EliminarNos has regalado un relato precioso, me gusta mucho la naturalidad con que escribes y nos llevas de un lado a otro, espectadores de esta hermosa historia. Me parece que hay mucho amor en tu relato y me encanta el mensaje que transmite, entre los seres humanos no hay en realidad diferencias. La historia de estas dos merece una novela.
ResponderEliminarNo sé si llegaste a leer mi novela, de "Villa Herbania", creo que me preguntaste como podías conseguirla, en ella se daban situaciones similares. Muchísimas gracias, Ana.
EliminarDos hermanas, aunque de procedencia diferente. Cuanto sabemos lo que ocurre mas alla de nuestras fonteras? Que relato mas hermoso y pintoresco. A la vez nos da un recuento de los ultimos tiempos.
ResponderEliminarPara el pueblo saharahui aún continúa el destierro desde 1976, ya casi 50 años exilados. Es una dura realidad. Gracias José. Hasta pronto.
EliminarHola Tara
ResponderEliminarMuy buen relato , con exelentes descrpciones y un final fulgurante, un abrazo.
Mil gracias Pablo, otro abrazo para ti.
EliminarUna historia de amor sutilmente contada. Primero parece, por las diálogos de Maimun que la historia es más corta en el tiempo. Entonces chirrían ciertas expresiones, que manifiesta como narradora, pero, a medida que ves wue la historia se alarga, ya cuadra la forma de expresarse. Destacable el juego de colores que se slrga durante todo el texto,: el nombre de ella Alba, contrastndo con la piel de Maimun, oscura; el azul y el blanco cuando ña tiran al agua, la escala de grises, que es capaz de distinguir al finsl mMsimun, la profesión de fotógrafo, y el amarillo del desierto, que se hubiera echado en falta.
ResponderEliminarMe encanto todo, sobretodo el decir sin decir, que ya no está de moda.
Abrazoo
Lo de decir sin decir, y lo de contar solo asomando la puntita del iceberg es una técnica narrativa que suelo utilizar. Has remarcado el tema del color que lo hice con la voluntad expresa de evidenciarlo, incluso el nombre de Alba está pensado por ese contraste cromático. Me gusta que te hayas fijado en esto Gabiliante. Más abrazossss
EliminarCuanta luz en tu relato, compañera!! En tan pocas palabras has pintado la evolución maravillosa de dos adolescentes como los ambientes sofocantes que las rodeaban. Y así el amor es capaz de crecer como "el musguito en las piedras" como dijo Violeta Parra. Siempre me gusta leerte. Un abrazo
ResponderEliminarYo sí que soy afortunada por tener lectoras incondicionales como tú, querida Juana. Un cariñoso abrazo.
EliminarIncreíble relato que, como ha apuntado alguien más arriba, bien merecería extenderse hasta convertirse en una novela. Los matices, los colores, las realidades enfrentadas. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Estrella, ya contesté a otra compañera nuestra, que escribí una novela titulada "Villa Herbania" donde se trata un tema algo similar, pero no tan condensado, puesto que el límite de palabras no permite extenderse en los detalles. David ha puesto a nuestra disposición una biblioteca, por allí se menciona mi libro y el de los compañeros que se han, nos hemos, atrevido a escribir un libro. Ya ves, aprovecho para publicitarme jejeje
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Estrella.
¡Magnífico! Una historia tan sencilla de entender como los sentidos que la narradora muestra para llevar al lector a ese complejo lugar que es "el desierto que habita". Sólo por el acierto del título yo haría una mención especial.
ResponderEliminarMe gustó su kectura
Ya sabes, querido Javier, que para mi es muy importante tu opinión, así que me quedo tranquila pues temía haberme excedido en los sentimientos, aunque toqué más el palo de las sensaciones.
EliminarUn besu.
Muy bonita historia. Se puede uno imaginar como es la vida en Tinduf, los colores, los olores.
ResponderEliminarTinduf no huele demasiado bien, la verdad, pero hay unas puestas de sol espectaculares, y el coraje y fortaleza de su gente es impresionante.
EliminarMuchas gracias delaFlor, me alegra que te gustara.
Gracias a todos, queridos compañeros. Feliz, muy feliz de que os haya gustado el cuento. Mañana con más tiempo y calma os contesto a todos.
ResponderEliminarAdorable historia de un amor o como aquí llamamos, ''hermanas del alma'', el transcurrir del relato con todas sus tonalidades
ResponderEliminarUn abrazo
Bien expresado lo del transcurrir del relato con sus tonalidades. Muchas gracias Mujer de Negro. Un abrazo.
EliminarHola, Tara. Vaya historia tan llena de nostalgia como de superación. Cambiando el escenario y la época me ha recordado a alguno de los protagonistas de Dickens que sin infancia tenían que salir adelante en un entorno muy chungo.
ResponderEliminarPara un sentimiento puro (Amor) no hay distancias, ni color de piel, ni siquiera género y tú has usado las tres en tu relato; así que pleno.
Saludos y suerte aunque creo que no vayas a necesitar mucha.
Claro que necesitaré suerte, a veces somos injustos con las votaciones porque a todos nos gusta una manera determinada de relatar, hay escritores consagrados (no los nombraré), que a mi no me gustan, así que el tema de la votación es subjetivo aunque intentemos ser lo más justos posible.
EliminarHasta pronto, señor Vanjav el de la imaginación tremenda y la paciencia corta :)
Hola Isabel. Preciosa historia, ambientada en un escenario y circunstancias que tú conoces bien. La trama refleja el encuentro entre dos mundos, el mundo rico lleno de comodidades y otro precario en el que falta de todo, tan cerca sin embargo geográficamente de nuestras sociedades modernas. Pero también habla de la evolución de nuestra sociedad en pocos años hacia una visión diferente de los prejuicios y el amor. Los sentimientos de las dos niñas cambian a través de las sensaciones, los colores y de su madurez según van pasando los años, dando lugar a un amor prohibido por la cerrazón de los padres de una y los prejuicios de la sociedad de la otra. Se dice en ocasiones y se intuye en otras lo que ocurre según avanzan los sentimientos de las adolescentes, recurso de buena escritora, y de telón de fondo la problemática del Sáhara, que aún perdura hasta nuestros días. Un relato muy completo que seguro obtendrá buenas puntuaciones. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Ayayay Jorge! Que me acabo de dar cuenta que no te había contestado a tu estupendo y positivo comentario. Disculpa mi despiste, o bien si te contesté y se perdió en el ciberespacio.
EliminarSi a veces lo que pareciera incompatible, se vuelve amor. Y aunque no haya sangre común, hay un cruce de mundos que vuelve todo aun mas interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias, Gustab. Hasta pronto.
EliminarQué maravilla de relato, qué bien describe los sentimientos, las situaciones la transición del desprecio al aprecio y aún más allá. Y tan bien escrito como siempre.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un beso.
Si te ha gustado a ti, Rosa, con lo maravillosa lectora que eres, me quedo tranquila. Un cariñoso beso y a ver que nos tienes preparado con tu seguro estupenda reseña.
EliminarHola tocaya , que belleza de reto no sé qué me pasa contigo que siempre que te leo un relato tuyo , me transportó contigo de la mano y como si lo lo viviese también , me a gustado mucho.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el reto
Besos de flor.🥰🥰🌺 y
Hola mariflú. Me alegro que te haya gustado. Besos de Isabel.
EliminarUna bella historia llena de amor que nos hace viajar por ese desierto y sus emociones. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Nuria. Hasta pronto.
EliminarUna historia muy dulce y que se hace cercana, pese a ser tierras y situaciones lejanas, por su lenguaje llano y directo! Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti también, Marifelita, me alegro haber acercado el Sahara a tus ojos.
Eliminar“No sólo hay cabras, camellos y arena en Tinduf”.
ResponderEliminarA lo largo del texto la primera persona intercala los hechos con sus propias sensaciones y también con los prejuicios externos que va percibiendo. Has entrado tan profundamente en el personaje que es como si viera a través de sus ojos su realidad. Y en esto el estilo sobrio, preciso, detallado, le da un realismo de cámara fotográfica. Además de la historia, me gusta mucho su ritmo variado, en el que te permites introducir párrafos de gran originalidad como el de su visión de la inmensidad tras el boca a boca; es chocante pero nos introduce en el nuevo estadio emocional, en el amor que llega de improviso con mucha belleza. Todo el texto es sutil, elegante, admirable, y con un deje de tristeza que esconde una delicada crítica social. Me ha encantado.
Un abrazo!
¡Ay Maite! Tú si que me has emocionado con tu comentario. ¿Sabes? Justo esa era mi intención al intercalar frases "realistas e informativas" y algo más largas, con frases muy cortas de tipo sensorial. Por ejemplo escribí coloquialmente "foto de la leche" y a continuación sobre "mundos y universos". Uno modo deja respirar al otro y así no se cansa de escribir la autora ni aburre al personal.
EliminarTu comprensión sensitiva del texto es impresionante, querida compañera.
Graciassssss
Un texto bellísimo de principio a fin. La historia de una amistad que se va gestando lentamente entre dos personas (niñas) de orígenes y vidas muy distintas, casi opuestas. Ese contraste lo vemos muy a menudo entre niños de países cuyo nivel de vida no les alcanza para cubrir algunas necesidades vitales y los de países en los que gozan de una comodidad, a veces inmerecida.
ResponderEliminarConocedeora como eres del Sahara, de la forma de vida del pueblo saharaui, y del desierto, ello es un ingrediente que ha aderezado con un gran tino un relato tan humano como este.
Huelga decir que me ha encantado, como siempre lo hacen tus letras.
Un abrazo y suerte en el concurso.
Ya sabes, Josep, porque conocemos nuestra manera de escribir desde hace años en tintero, que soy muy recurrente con el tema isleño y sahariano, a veces me da miedo cansar con el monotema :)
ResponderEliminarGracias por tu generosidad, amigo Josep, y espero que escribas pronto.
Un fuerte abrazo.
Escribes sobre lo que conoces y eso se nota en tus descripciones de paisaje natural y humano. Pero también te atreves a imaginar relaciones humanas dotándolas de un realismo que emociona en su contexto. Creo sinceramente que tus letras no dejan indiferente en cuanto tratan sobre temas que deberían afectarnos a todos. Se nota la sensibilidad de la que eres portadora.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Francisco, de verdad, muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarHola Tara, hermosa historia, donde las relaciones humanas, sus vidas, sus mundos son muy claros, me alegra el buen final y cómo transcurre la historia, muy realista y porqué no, romántica, me gustó mucho, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Un cordial saludo, gracias Patricia por leerme y comentarme con sensibilidad. Hasta pronto.
EliminarHola, Isabel. Se lo comentas a alguien (lo siento no me da para leer todos los numerosos comentarios) y para mí también leer este relato es recordar Villa Herbania que tanto me gustó. Se nota el amor que tienes por esas tierras. Abanderada de sus padeceres e ilusiones. El relato escrito con maestría nos lleva de una isla a otra y entre medio el mar, denunciando y narrando lo que por ahí pasa. La relación que empezó mal acaba bien como una buena historia de amor que se precie. Como siempre es una gozada leerte. Estoy seguro que tendrás premio. Un abrazo
ResponderEliminarTengo que hacer un gran esfuerzo de imaginación para escribir relatos en entornos que desconozco, por eso los acerco a los paisajes y paisanajes de mi entorno. Yo lo veo más como un defecto o carencia para escribir porque me limita un poco, así que hago lo que puedo, Isan (sonrío)
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola.. excelente relato en el que me emociona mucho la esperanza que representa ese cariño en esas "hermanas de otra madre" en el cual tal vez podamos entrever un futuro de verdadera hermandad entre etnias y naciones... gracias por ese regalo que nos haces ... ¡Saludos!
ResponderEliminarGracias a ti, Octavio. Acabo de leer tu "Contrato", hasta los demonios tienen corazoncito :)
EliminarAy, Isabel, qué maravilla de relato. Tiene alma. Narras tan bien que se ve, se siente, se huele, se escucha... Emociona. Siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Carmen, muchas gracias. Oye, que bonitas poesías haces, desconocía esa faceta tuya. Un cariñoso abrazo.
EliminarQué maravilla, Isabel. El marco del problema saharaui como telón de fondo para una historia tierna, dura, esperanzadora...cómo nos llevas de la mano en cada párrafo. Enhorabuena!
ResponderEliminarBuenos días, Mayte. Me alegra que te haya gustado. Acabo de guardar tu relato del teatro. Esta tarde lo leeré con calma y tiempo. Muchísimas gracias, Mayte.
EliminarHola, Isabel, ¿qué tal? Cómo se nota el cariño que imprimes en cada letra, el cariño por tu tierta, el cual plasmas con una delicadeza sublime. El contexto está claro desde el principio, y el escenario cobra tal vida que, resaltado las majestuosas líneas del último párrafo, llega a formar parte como si de un personaje más se tratara. En cuanto a la trama, yo también he vuelto a viajar a Villa Herbania y, aunque en este caso no estuviera Lucía, lo he disfrutado de igual modo con esta historia tierna, dura, con tremendas dosis de realismo y un final que ha hecho que este para nada romántico ente que te lee sienta que todo es posible, por muy remoto que parezca.
ResponderEliminarFantástica propuesta, Isabel, echaba de menos leer tus mágicos relatos.
Un abrazo!
¡Gracias guapo! En el fondo de nosotros hay un romántico/a escondido pugnando por salir. A veces hay que dejar que asomen su nariz ¿no?
EliminarUn fuerte abrazo, Pepe.
Hola, Tara:
ResponderEliminarCon tu relato me ha ocurrido como a tantos viajeros con el desierto: me ha fascinado la experiencia y dejado con ganas de ampliarla.
Por suerte, el tuyo es un arenal creativo poblado de oasis recreativos: la suave brisa de su narración, el refrescante uso de sus diálogos, la sombra protectora de su armazón literario...
Mientras te escribo resuena en mi ánimo el "Tea in the Sahara" de The Police.
Un abrazo nómada, Tara.
Tea in the Sahara es un temazo.
EliminarGracias Nino, qué motivador lo que dices y cómo lo dices.
Un abrazo de los fuertes, Nino.
Hola, Tara. No solo Alba ha descubierto que en el desierto hay algo más que cabras y arena. A nosotros, ciudadanos privilegiados del mundo, se nos tiene que recordar constantemente el drama humano que se representa al otro lado de la frontera y aún así siempre volveremos a tropezar en la piedra del olvido.
ResponderEliminarUn relato enorme en el que pensar.
Un abrazo.
Es verdad, Bruno. España fue en su momento copartícipe del abandono de los saharauis a su suerte y en manos del enemigo y aún hoy tiene o debería tener cierta responsabilidad colateral. No quise tocar el tema a fondo en el relato porque no correspondía, pero siempre que puedo doy pinceladas porque forma parte también de mi historia personal, puesto que viví en el Sahara como "ocupante colonialista" con mi familia, sin ser consciente de que lo era, hasta el abandono del Sahara.
EliminarGracias Bruno. Nos vemos en la gala.
Hola, Isabel! Hermosa historia en la que nos retratas cómo se siente un inmigrante, cómo se lo subestima tantas veces. En este caso con un final feliz, por suerte. Excelente relato!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Mirna. Otro abrazo para ti, compañera.
ResponderEliminarUna genialidad Me encanta como escribes pasa por mi casa serás bien recibida
ResponderEliminarMuchas gracias, recomenzar.
EliminarHola, Isabel. Tu historia es maravillosa. Original, con personajes bien construidos, con un conflicto muy real y muy bien escrita. Lo haces tan fácil... que maravilla leerte. Te deseo mucha suerte en el concurso, aunque no creo que te haga demasiada falta porque lo bueno siempre salta a la vista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Graciaaasss. No hay mayor satisfacción que nos lean con cuidado y valoren nuestro esfuerzo. Te lo agradezco de corazón.
EliminarUn fuerte abrazo, MJ, acabo de leer tu particular "Elle"
Hola Isabel que bonita historia la que nos cuentas, al principio la cosas no iban bien entre ellas, pero el paso del tiempo las hizo entender que las dos podían ser iguales ante los demás.
ResponderEliminarNos recreas un ambiente muy duro y lo difícil que es llegar a ser alguien importante como lo llegó a ser tu protagonista.
Un abrazo y suerte en el concurso
Puri
Hola Isabel, como siempre dejando trazos tuyos, tu vida y añoranzas. Aquí un relato que dibuja el amor, que entre culturas o posturas adversas puedan impedir, pero que cuando 2 se aman, sencillamente todo es posible. Abrazos virtuales desde Venezuela
ResponderEliminarVaya regalo que nos has hecho, Isabel, excelente relato, con una protagonista muy bien esbozada, una trama que va poco a poco llevándonos de la mano por esa amistad incipiente e inevitable. El ambiente de tu tierra así como el añorado Sahara empapan toda la historia. Los diálogos endulzan la realidad más amarga de los emigrantes forzados en una tierra, la canaria, que siempre ha estado abierta de brazos dando la bienvenida. Intuyo que tu trabajo estará muy bien posicionado en la selección final.
ResponderEliminarUn gustazo leerte y aprender de tu trabajo, un abrazo.
Hola, Isabel. Un bello relato que suma información y concienciación, a la empatía con los personajes y sus universos. Por supuesto, elegancia y soltura en la construcción. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Isabel. Un texto magnifico. Por la ambientación, por la voz narrativa, por los diálogos, por la historia y por el final. Una verdadera delicia para cualquier lector.
ResponderEliminarUn abrazo y mi enhorabuena.
Amigos Puri, Raquel, Carles Leo, Beba y Pedro... muchísimas gracias a todos. Ha sido un reto estupendo ¿a qué sí?
ResponderEliminarAbrazo colectivo y gigante.
Hola, Tara. Genial tu relato, me ha gustado de principio a fin. Has retratado muy bien la manera en la que se trataban a las damas de compañía, no eran más que juguetes vivos para las hijas ricas. Suerte que Alba supo superar ese prejuicio y encontrar en ella el amor.
ResponderEliminarMucha suerte en el Tintero.
Un abrazo.
Hola Cynthia, cuando me alegro de que te guste. A mi también me encantó tu relato, uno de mis preferidos por su originalidad.
EliminarNos vemos en la gala. Un fuerte abrazo.
Hola, Isabel!! Qué historia más bonita has escrito!! He empatizado mucho con Maimun y su forma de ver la vida me ha emocionado. El final es precioso. Enhorabuena y un abrazo!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Cristina. Nos vemos en la gala. Un cariñoso abrazo.
ResponderEliminarSiento anunciarte , por si aún no lo sabías, que el próximo concurso sólo podrás participar fuera de concurso porque
ResponderEliminarHAS GANADO EL DE SCOTT FITGERALD.
Muchas Felicidades Isabel!!!y 👏 👏👏👏👏
Siiii me enteré anoche por el móvil, pero internet estaba regulín y no pude contestar, me gusta hacerlo por el ordenador. ¡Qué alegría!
EliminarAsí que me quedo sin participar en el próximo reto, salvo los micros. Estaba empezando a leer "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, y a medida que leía me dije que difícil reto en este género que me cuesta, así que me salvé jeje, aunque leeré y comentaré a los colegas participantes, eso espero.
Graciassss Gabiliante.
No, no... tienes que participar fuera de concurso, como la otra vez que te pregunté. Además, puedes pasarte de palabras 901 o 902. Es coña eh...
EliminarFelicidades otra vez
Ah vale vale... Pues si tú me das tu permiso Gabi Liante a lo mejor participó aunque sea fuera de la reja... O a lo mejor reciclo algo y lo rescató del fondo de armario... Ya veremos.
EliminarFelicidades Isabel por ese Tintero de Oro, otro más para tu colección, que empieza a amenazar con desbordar los márgenes del blog. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Jorge. Hace unos meses decidí quitar los tinteros de las estanterías que estaban acumulando mucho polvo, los pondré en el cuerpo de los relatos, que aunque esté muy feo decirlo, pues parece que estoy alardeando, no me caben ya, y yo feliz de vuestra generosidad.
EliminarUn abrazo grande, Jorge, y a seguir escribiendo que lo haces de lujo.
Enhorabuena por ese podio, Isabel, un magnífico Tintero de Oro para ese relato que nos regalaste. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti, Carles, por tus siempre generosos comentarios. Un cariñoso abrazo.
EliminarFelicidades, Isabel ¡¡¡Otro Tintero de Oro!!! ¿Y van...? Desde luego tu pluma o tu mano son de oro y todo aquello que escribe lo convierte en premio. Me ha dado un alegrón verte nuevamente arriba. A medida que iba leyendo la lista de ganadores y no salía tu nombre, te he visto ganadora. Vuelvo a darte la enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarQuita quita, que ya sabes lo que le ocurrió al rey Midas.
EliminarEstoy muy contenta, Isan, y no solo por el estupendo tintero, sino porque me sentí satisfecha al escribir el relato y es muy raro que me ocurra eso, me pasa como a ti, buscamos la perfección que no existe, nunca se puede estar seguro del resultado, pero vosotros me habeis dado el válido y la confirmación con vuestro premio, y eso me produce mucha alegría.
Un abrazo gigante y a seguir escribiendo.
Enhorabuena, Isabel. No cabe duda de que eres brillante contando. Una vez más luces en el alto del podio con todo merecimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Carmen. Felicidades también a ti por tu rutilante plata. Un beso.
Eliminar¡Felicidades! Me alegro mucho de que tu maravillosa historia tenga su oro. Porque ¡escribes de oro!
ResponderEliminarUn gran abrazo :)
jeje Maite, escribo como puedo y cuando puedo, y no siempre con tan buen resultado como en esta ocasión, es más lo que tiro que lo que publico.
EliminarEstoy muy feliz, gracias Maite. Muchos besossss
Isabel! Felicidades por ese Tinterazo. Ya te lo dije, este relato iba a llegar alto aunque era de los primeros que leía en el concurso. Tus letras son fantásticas y el reconocimiento se va quedando corto. No sabes lo que me alegro en compartir el podium contigo y carmen, desde la tercera butaca, por supuesto, y sin dejar de aplaudiros.
EliminarUn abrazo!
Hola chef. Encantada de estar tan bien acompañada por Carmen y por ti.
EliminarAbrazo, Pepe.
¡¡Felicidades Isabel!! Una excelente recompensa para un relato que me sorprendió y me encantó. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Trujumán, seguro que nos leeremos en más retos. Un abrazo.
EliminarHola Isabel, ¡felicidades!, adelante con tus letras que dan para otro libro. Comparto felizmente esta satisfacción tuya. Un abrazo fuerte
ResponderEliminarHola Eme. Se te ha echado de menos en esta convocatoria. Un cariñoso abrazo.
ResponderEliminarQué bonito, se siente la melancolía entre líneas. Te seguiré leyendo. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Teresa. Bienvenida a Tintero. A ver si te animas para próximos retos. Un abrazo.
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